Mi suegro crió hace unos años un cerdo vietnamita. Al final nos lo comimos, lo que ciertamente no es el destino de una mascota.
Lo que quiero decir es que, como mascota, un cerdo vietnamita está bien. No son pocilgueros como los normales, son curiosos e inteligentes, y cumplen como compañía. Se parece mucho a un perro en el sentido que te va a buscar, se alegra cuando te ve, juega contigo y se deja querer.
Pero vamos, que con las cosas de comer no se juega y al final pasó lo que tenía que pasar...