He tenido muchos hamsters. NI SE TE OCURRA. Son cabrones, nada cariñosos, tienen muchos problemas de salud, y se mueren en un suspiro, con el consiguiente disgusto. Además, a las dos semanas (o los dos días), se aburrirán de ellos y te tocará a ti limpiar sus mierdas. A diario.
Siguiente opción. Un hurón. Son juguetones, inteligentes, y te cogen (cierto) cariño. Eso si, huelen regular, y te va a pasar lo mismo que con los hamsters. Papá limpia jaula. A diario.
Después de pasar por esas dos etapas (y algunas más, como un acuario), hace un par de años nos planteamos tener un perrito. Pero teníamos ciertas limitaciones. No podía soltar pelo (alergias), no nos apetecía tener que sacarlo cuatro veces al día, y por ese entonces vivíamos en una casa pequeña.
Investigué (mucho), y finalmente tomamos una de las mejores decisiones que he tomado jamás. Una bichoncita. Bichón maltés toy, variedad coreana. No suelta pelo, hace sus cosas en una empapadera (aunque la sacamos por puro placer), pesa dos kilos... y es nuestra niña desde el primer día. Es inteligente, cariñosa, tiene sentimientos, y nos hace la vida mucho más agradable. Y para ella, estar en casa no es una tortura. Al contrario. Es SU casa, y le encanta. Son perros domésticos cien por cien.
Es una decisión importante, pero después de mucho darle vueltas, la tomamos... y no me arrepiento ni un ápice. La adoramos, y ella a nosotros. Es otro miembro más de la familia.
Hazme caso. No te quedes a medias. Te arrepentirás.