Es que los precios son prohibitivos, igual que los de la vivienda, y salvo excepciones, la mayoría de los jóvenes con esa edad, lo tiene muy difícil para poder hacer frente a la compra de un vehículo o de una vivienda en propiedad.
Estoy de acuerdo con
@krell4u en que los jóvenes comprarían coches si costasen 6.000€. Cuando leemos informes que dicen que la juventud tiene otras prioridades no lo discuto, pero unos precios tan altos ayudan a cambiarlas "a la fuerza".
Yo estoy muy lejos de esas edades, pero también han conseguido que cambie mi forma de comprar y este último coche lo he adquirido de segunda mano a través de Audi Selection Plus, la división de Audi que se encarga de vender coches kilómetro cero o con pocos kilómetros, en un estado impecable y con la misma garantía que si fuese nuevo.
Si os apetece ver el stock que tienen ahora mismo, lo tenéis disponible en esta web. Normalmente son vehículos utilizados por la gerencia de los concesionarios, y están impecables.
www.audi.es
Ha sido mi forma de combatir el incremento de precio, pues para conseguir algo muy similar a lo que compré nuevo hace casi 14 años, la diferencia era de más de un 30%, muy pareja a los datos de la inflación acumulada en ese período.
Y es que si lo miramos fríamente y desde el punto de vista de quien fabrica, además de prohibitivos,
esos precios me parecen hasta baratos teniendo en cuenta el contexto en el que se mueve el negocio, que se ha visto obligado a fabricar vehículos eléctricos con todo lo que eso supone desde el punto de vista del proceso productivo y de la cadena de suministro.
Y digo obligados porque desde un punto de vista estrictamente empresarial y de rentabilidad, nadie se metería a fabricar vehículos eléctricos en un mercado sin clientes suficientes y con unas infraestructuras de recarga pública muy lejos de ser ideales.
No sé si ya lo habéis comentado en el hilo, pero me refiero en concreto al
Reglamento 2019/631 de la Unión Europea que obliga a los fabricantes a tener un límite de emisiones de CO2, con multas importantes en caso de no hacerlo.
Para turismos, en el período de 2020 a 2024 no pueden superar los 95g CO2/km, cifra que se reduce un 15% de 2025 a 2029 y otro 20,5% adicional de 2030 en adelante.
Esa cifra de 95g/km se aplica para el total de vehículos que fabrican, y siendo tan baja solo se puede conseguir fabricando vehículos que no emitan CO2, lo que implica fabricar vehículos 100% eléctricos.
Esa ha sido la fórmula de Von der Leyen y compañía para “acelerar” la transición energética, y como las multas son severas, realmente ha sido la fórmula para obligar a los fabricantes a fabricar eléctricos.
Fabricar vehículos eléctricos no es algo trivial. No solo supone cambiar las líneas de producción, altamente automatizadas y que deben adaptarse o construidas desde cero, si no cambiar también la cadena de suministro, ajustada al milímetro con sus proveedores en un modelo de servicio just in time, para pasar a un modelo nuevo, totalmente dependiente de las baterías en donde los chinos son los mejores, no solo en tecnología, sino porque son los dueños de las materias primas necesarias para fabricarlas.
Y es que el vehículo eléctrico es una especie de “vendetta” de los chinos, que no fueron capaces de competir con los térmicos, y diseñaron una estrategia que comenzaba desde la compra de las minas donde se producen todas las materias primas.
Hoy son los puñeteros amos en ese campo, con fabricantes de coches como BYD que de origen son fabricantes de baterías, y tecnológicamente van muy por delante.
BYD tiene una marca de lujo llamada Yangwang, y en ese vídeo podéis ver dos de sus estrellas: el U9 que es un hypercar sorprendente, y el U8 que es un todoterreno capaz de girar sobre sí mismo, o vadear ríos flotando hasta 30 minutos, más sorprendente todavía.