A mi estas cosas me recuerdan mucho a los flipadetes que van por las rotondas haciendo el punta / tacón.
Los coches de ahora son infinitamente más seguros, gastan menos, son mil veces más cómodos... Vamos, que no, que la electrónica no está destruyendo el automóvil, al contrario. Confío mucho más en una centralita que en mis habilidades al volante, cuando se trata de corregir en una curva mojada. Sin electrónica, hostia segura. Llevo una niña de meses, paso de hacerme el héroe.
Como los cambios automáticos, otra cosa igual. No se cambiar mejor que una buena caja automática. Ni se, ni quiero. No me merece la pena el esfuerzo. Si me comprara un MX-5 o algún juguete similar, lo pillaría manual. Si no, automático siempre.
Que el rugido de un V12 es algo que nunca se podrá sentir con un coche de ahora está claro (salvo Ferraris y Aston Martins), pero que me hago un viaje mucho más tranquilo en mi coche que en el del abuelo, también.
Ahora, para fliparnos con la nostalgia, claro que los coches de antes tenían algo. Pero lo tenían para nosotros, no para la mayoría de la gente de ahora. Porque esa magia es, eso, nostalgia. Y la nostalgia es muy personal.
De pequeño soñaba (literal) con el NSX. Si me dieran a elegir entre el NSX original y el que va a salir ahora, tengo clarísimo que me pillaba el actual, por muy atmosférico que fuera el otro y por muy chulos que fueran los faros. Vamos, sin dudarlo ni medio segundo. Siempre tendré un lugar en mi corazón para esos cromos de coches con los que flipábamos, pero...
Sobre la potencia de antes y ahora... Mi coche da 130 caballos, con un consumo de 5'6, si me porto bien. Esos caballos me dan una aceleración y unas recuperaciones que me sobran en el 90% de los escenarios. Esas mismas prestaciones hace veinte años me supondrían el doble y casi el triple de consumo.
¿Fiabilidad? Según las tablas que salen cada año, hay marcas que no tienen que envidiar nada a los coches de antes. ¿Todos los turbos petan? Supongo, pero la clave es cuándo. Mi padre tiene dos coches, uno con casi 350 mil kilómetros y otro con más de 250. Los dos con los turbos de origen. El mío, casi 80 mil y el turbo de origen. El de mi mujer, el turbo se lo cambiaron a los 10 mil kilómetros en campaña (una tirada defectuosa) y hasta hoy, 90 mil kilómetros después.
No veo la hecatombe, la verdad. Y siguen saliendo modelos míticos y de erizar el pelo. Mi debilidad son los japos y tengo mucho dónde elegir si me quiero comprar algo chulo.