El post del manga

Pasamos por una de las tiendas de Alita Comics en Coruña para preguntar qué sagas podrían gustarle a mi hijo. Por ahora estamos con One Piece, Dragon Ball (y la serie en la tele) y compramos el otro día el primero de Detective Conan.

Fui con mi mujer y los dos niños. Total, que salimos de allí con el primero de Doraemon y Pokemon (para ella), uno de Zelda tocho (que me voy a leer yo también) el primero de Haikyu.

Tengo pendiente ver si hay algo que no sea puramente cómic, más novela gráfica. Con más texto, por decirlo de alguna manera.
 
Pasamos por una de las tiendas de Alita Comics en Coruña para preguntar qué sagas podrían gustarle a mi hijo. Por ahora estamos con One Piece, Dragon Ball (y la serie en la tele) y compramos el otro día el primero de Detective Conan.

Fui con mi mujer y los dos niños. Total, que salimos de allí con el primero de Doraemon y Pokemon (para ella), uno de Zelda tocho (que me voy a leer yo también) el primero de Haikyu.

Tengo pendiente ver si hay algo que no sea puramente cómic, más novela gráfica. Con más texto, por decirlo de alguna manera.
te va a salir mas barato meterles en las drogas...consejo desde el corazon...
 
¿Los .CBR no los lee?
Yo creo que los Kindle no leen .CBR (al menos los Kindle antiguos, no sé si los más modernos sí). Sí leen PDF, por lo que una opción sería descomprimir el CBR y hacer un PDF con todas las imágenes (desconozco si existe alguna aplicación que puede hacer el proceso directamente). En cualquier caso, dudo que un manga como One Piece se pueda leer bien en un Kindle normal (en un Kindle DX o Scribe no debería haber problemas), en su día probé a leer Detective Conan en otro ereader que sí lee .CBR y la verdad es que la experiencia no terminaba de funcionar. Donde sí se leen de lujo los mangas es en una tablet de 10 pulgadas, y puedo dar fe de ello porque yo he estado leyendo One Piece en tablet. Dado que los mangas se suelen editar en formato pequeño es posible que con un dispositivo de 8 pulgadas también se lean bien, pero por debajo de eso creo que no.
 
De manga para adultos (pero no para tocarse, marrano) Jiro Taniguchi es apuesta casi segura. Tanto Barrio lejano como El almanaque de mi padre son maravillosos.
Luego si quieres una serie de scifi y conspiraciones que te enganche tienes 20th Century Boys de Naoki Urasawa o del mismo autor un gran thriller en Monster.
Suscribo, 20th Century Boys es maravillosa, me compré el primer tomo (recuerdo que fue el comenzar la pandemia) y me enganchó una cosa mala.
 
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Se publican en español estos relatos de finales de los 90 cuya autora se declara deudora de autores como Kazuo Umezz o Hideshi Hino, en especial yo diría que de este último, en cuanto a un estilo de dibujo de formas simples, redondeadas y desde luego grotesco (grotesquito sería la palabra); muy gracioso como repite diseños y personajes como el de una niña con un parche en el ojo que aparece por ahí continuamente. Es un terror que se inclina hacia el humor negro, tirando a gamberro y de temática adolescente y estudiantil, imitando (entiendo) ciertas convenciones del “shojo”.

Las que tienen más miga son las que abren el volumen, con el tema recurrente del contraste entre belleza y fealdad, y a su vez, la belleza interior o la ausencia de esta. “El adefesio”, “La abominable chica descuartizada”, “Monólogos interiores” son sencillos, agudos, destacan por cierto desafío a estos parámetros de lo aceptable; personajes (chicas sobre todo) objeto de marginación, capaces de actos más bien (disparatadamente) atroces, pero que no siempre sienten remordimiento ni deben nada, en el fondo, a lo que piensen de ellas sus compañeras, cuestionando eso que todos entendemos por belleza, aunque por desgracia nunca se librarán de la insidiosa idealización y perfección ajenas, que les reduce a monstruos y que siempre sale ganando de una manera o de otra. Monstruos que, cómo no, terminan siéndolo precisamente quienes menos lo aparentan.

Mi preferido es uno titulado “Mach go go girl”, por cómo se las gasta al abordar ese concepto de la “sad girl”, o estetización de la tristeza y el sufrimiento femeninos, que se perciben como algo trágicamente hermoso, romántico y no queda entonces más que apuntarse a la moda de turno con tal de ser admirada. “Wonder valentine” y “Chocolate Man” tocan la cuestión del día de los enamorados, tan importante para los japoneses; aquí encontramos actos extremos y (auto)destructivos que se cometen por esa tontería llamada amor, la desconfianza terrible que puede suscitar, después de tantos años de matrimonio y desgaste, ese ser extraño que es tu mujer… El rechazo, de nuevo, y la falta de afecto crean demonios, como el que protagoniza un slasher sobrenatural ambientado en este día tan especial.

“¡Qué poca cabeza!” es un ejercicio de realismo fantástico contado a base de frases hechas (perder la cabeza, cortar por lo sano…) que adquieren una escalofriante literalidad, que trata no obstante de muchas cosas; de los reveses de la vida, cómo esta nos deja huella y nos forjamos una coraza. Los últimos relatos, eso sí (“El internado”, “El refugio de montaña”, “La mansión misteriosa”) me parecen anecdóticos y dejan bastante que desear, limitándose a ser chistes sin mucho recorrido o ideas faltas de desarrollo. Por lo demás, un tomo gracioso y sin mayores pretensiones.
 
Finalizado Kimetsu no yaiba. Y la verdad, 23 tomos que son una maravilla. Sin rellenos absurdos y con un principio y final perfectos, enlazando todas las historias perfectamente.

Un puto 10 y súper recomendable.
 
Ver el archivo adjunto 63320


Se publican en español estos relatos de finales de los 90 cuya autora se declara deudora de autores como Kazuo Umezz o Hideshi Hino, en especial yo diría que de este último, en cuanto a un estilo de dibujo de formas simples, redondeadas y desde luego grotesco (grotesquito sería la palabra); muy gracioso como repite diseños y personajes como el de una niña con un parche en el ojo que aparece por ahí continuamente. Es un terror que se inclina hacia el humor negro, tirando a gamberro y de temática adolescente y estudiantil, imitando (entiendo) ciertas convenciones del “shojo”.

Las que tienen más miga son las que abren el volumen, con el tema recurrente del contraste entre belleza y fealdad, y a su vez, la belleza interior o la ausencia de esta. “El adefesio”, “La abominable chica descuartizada”, “Monólogos interiores” son sencillos, agudos, destacan por cierto desafío a estos parámetros de lo aceptable; personajes (chicas sobre todo) objeto de marginación, capaces de actos más bien (disparatadamente) atroces, pero que no siempre sienten remordimiento ni deben nada, en el fondo, a lo que piensen de ellas sus compañeras, cuestionando eso que todos entendemos por belleza, aunque por desgracia nunca se librarán de la insidiosa idealización y perfección ajenas, que les reduce a monstruos y que siempre sale ganando de una manera o de otra. Monstruos que, cómo no, terminan siéndolo precisamente quienes menos lo aparentan.

Mi preferido es uno titulado “Mach go go girl”, por cómo se las gasta al abordar ese concepto de la “sad girl”, o estetización de la tristeza y el sufrimiento femeninos, que se perciben como algo trágicamente hermoso, romántico y no queda entonces más que apuntarse a la moda de turno con tal de ser admirada. “Wonder valentine” y “Chocolate Man” tocan la cuestión del día de los enamorados, tan importante para los japoneses; aquí encontramos actos extremos y (auto)destructivos que se cometen por esa tontería llamada amor, la desconfianza terrible que puede suscitar, después de tantos años de matrimonio y desgaste, ese ser extraño que es tu mujer… El rechazo, de nuevo, y la falta de afecto crean demonios, como el que protagoniza un slasher sobrenatural ambientado en este día tan especial.

“¡Qué poca cabeza!” es un ejercicio de realismo fantástico contado a base de frases hechas (perder la cabeza, cortar por lo sano…) que adquieren una escalofriante literalidad, que trata no obstante de muchas cosas; de los reveses de la vida, cómo esta nos deja huella y nos forjamos una coraza. Los últimos relatos, eso sí (“El internado”, “El refugio de montaña”, “La mansión misteriosa”) me parecen anecdóticos y dejan bastante que desear, limitándose a ser chistes sin mucho recorrido o ideas faltas de desarrollo. Por lo demás, un tomo gracioso y sin mayores pretensiones.
A mí me ha gustado el estilo clásico de dibujo y la yuxtaposición belleza-fealdad con mucho humor negro,aunque algunos relatos pecan de forzar el chiste absurdo.
Mis historias preferidas han sido Monólogos interiores, Match go go girl y El Adefesio.
 
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Lerew, un muchacho de una aldea pesquera, es salvado de un accidente en el mar por un misterioso forastero que prepara remedios medicinales. Resulta que este es un “chico bruja” que le ha revivido utilizando su propio corazón, el problema es que ahora es un monstruo rebautizado como Frankenstein (Fran, para los amigos) y que sus otrora vecinos le contemplan como un monstruo horrendo. Ni cortos ni perezosos, ambos huyen y emprenden un viaje en pos de nuevos conocimientos, unidos por una instintiva simpatía.

Manga que desarrolla en tres tomos una historia de fantasía y como de cuento, una aventura entrañable pero no exenta de tintes oscuros en torno a dos personajes, su amistad y su amor incondicional. La odisea de Fran y Ein, el “doctor”, un ser de rasgos andróginos, carácter falsamente huraño e incierto pasado, que lleva una vida errante, tiene cuanto menos un tema central; los marginados, la desconfianza y el miedo a lo nuevo de los grupos humanos cerrados, y a partir de esto se le dan la vuelta a ciertos tópicos.

Frente a ciertos prejuicios e intolerancia, estos dos se tienen el uno al otro; su entusiasmo, afán de descubrimientos, el amor por libros, aprendizaje, la fascinación por el mar. Descubrirán que es el resentimiento acumulado lo que puede convertir a las personas en monstruos, criaturas que no descansan en paz, heridas por dentro al ser obligadas a cometer un acto atroz, fruto del error o de las circunstancias. También que la civilización puede no basarse en el altruismo o en la ayuda mutua, sino en un interés por sostener cierto estado de cosas, a base de sacrificios que, a diferencia de los que sí se realizan por amor, no son desinteresados.

La autora crea a unos personajes marcados por un profundo vitalismo, que se buscan a sí mismos y se encuentran en el otro; lo hace con la intención de que nos encariñemos con ellos y lo logra. Levanta su mundo (con sus leyes, al principio algo arbitrarias y que vamos entendiendo), forja vínculos durante suficientes páginas para que funcione; momentos costumbristas, ternura, juego, presencia de la comida como unión, introduce animales graciosos-entrañables… el humor es un tanto infantil y entiendo que para la parroquia, pero ejerce un contraste cuando las cosas estallan y dichos personajes se enfrentan a difíciles pruebas, comprendiendo el significado de esa relación suya. Pues esto tiene bastante de relato de iniciación, pero también de saga familiar tremebunda, con giros trágicos y un desenlace de esos catárticos y emotivos (preparad los cleenex).

En cuanto al dibujo, destaca la expresividad de las figuras y algo de retorcimiento (algo confuso a veces), un diseño recargado y muy detallado de ambientes (ese barco-hogar en el que van), edificios, vestuario (con amplios pliegues de los ropajes)...
 
Leído Su Frankenstein de Norizaku Kawashima.
Un hombre fracasado tiene visiones de una extraña adolescente que conoció de niño. La chica estaba muy enferma y obsesionada con Frankenstein y desarrollan una amistad parasitaria. Dibujo clásico y muy expresivo, buena narrativa y más "drama" que terror sobre la identidad y quien somos realmente. Me ha gustado bastante, la verdad.
 
Me ha gustado mucho Another (4 tomos, basado en una novela del autor de Misterio de la casa decagonal que también guioniza el manga). Es una mezcla de intriga y terror sobrenatural, con una clase "maldita" y muchos giros. Os la recomiendo si os van mis rollos y si no os espanta la ambientación estudiantil japonesa.
 
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