Respuesta: El post del pensamiento crítico y escéptico
Pero en el fondo, la mente humana es curiosa. Conozco a una persona (muy cercana) que llegó a ser un gran matemático, dominando también la física. Los últimos 20 años de su vida los ha dedicado a la "búsqueda de la verdad" tocando palos como el reiki, terapias alternativas, pseudociencias. Un catedrático de matemáticas con un cierto prestigio (no es español), libros editados sobre ecuaciones diferenciales y todo el copón. Ahora edita libros de
pseudoética...
Yo, la verdad, no entiendo
Pues no es tan raro. Newton también se dejó llevar por esas obsesiones. Una vez leí que hasta realizó una expedición para buscar dragones en los fiordos noruegos o algo así. Otro caso curioso es el de Conan Doyle, el creador de la novela detectivesca y de ese héroe escéptico y racionalista que es Holmes. Al morir su hijo se obsesionó con el espiritismo y hasta con la existencia de las hadas.
Yo, que soy muy dado a desarrollar teorías locas, intuyo que la mente humana es un arma de doble filo. No soy experto en el tema, pero la capacidad de abstracción de la mente humana, ese manejar conceptos y categorías que van más allá de lo físico para ayudar a entender la realidad, me parece la fuente de muchas de estas cosas. Que un matemático, acostumbrado a manejar abstracciones teóricas de gran complejidad conceptual, desarrolle obsesiones locas al aplicar esa capacidad al mundo real me parece hasta inevitable.
Somos víctimas de esas obsesiones aunque algunos sean más autoconscientes que otros. Los "antiguos" veían una montaña altísima e inalcanzable y su mente intentaba imaginar que habría allí. Y la poblaban de dioses y criaturas fabulosas. Igual les pasaba con el fondo de los mares.
Nosotros lo de los mares y las montañas, pues ya como que no; pero ahora pensamos en la inmensidad del universo (que ya no es una bóveda con agujeros por donde se filtra la luz del mundo ígneo, como pensaban los "antiguos") y lo poblamos con los ovnis y los aliens cabezones, que son como el kraken y los duendes de antes. Hasta secuestran gente y hacen desaparecer barcos. Lo de las sondas anales sí que es un rasgo nuevo y preocupante.
Y de la muerte ya ni hablamos. La historia de la religión es, en el fondo, la historia de la escatología, que no es otra cosa que nuestra mente poblando el vacío cognitivo después de la vida con toda clase de conceptos acojonantes.
Si muchas de esas abstracciones sobre lo que hay más allá de lo que sea que no tenemos ni puta idea resultan tan convincentes y apasionantes para mucha gente (e incluso para los escépticos), es porque en el fondo detrás de ellas están los mismos mecanismos que detrás de una fórmula matemática. No entiendo algo, luego mi mente crea una abstracción para explicarlo. Claro, después, para que eso sea racional, lógico o científico, habría que demostralo. Ahí la cagamos ampliamente. Pero el mecanismo es implacable y nadie se libra. Nadie.
Y el que diga lo contrario se autoengaña.