Yo reconozco que "Munich" era una película a la que le tenía muchas
ganas (quizá a la que más de todo lo que Spielberg ha rodado en los
últimos 10-15 años), pero al mismo tiempo el conocimiento sobre la
posición del director y del cine americano en general con respecto al
estado de Israel (y no olvidemos que aunque más libre que otros,
Spielberg ha de responder ante las "majors", en este caso ante los 75
millones de la Universal), me hacían albergar serias dudas al
respecto. Pero, qué coño, que precisamente Spielberg fuese a meterse
en un berenjenal entre terroristas palestinos y terroristas israelíes
era una tentación muy grande como para perdérsela. No es que
Spielberg no haya hecho cine "serio" con mayúsculas, pero tanto "El
color púrpura" y "La Lista de Schindler" -los dos máximas exponentes
de esa vertiente del director- mostraban unos enemigos mucho más
claros e indiscutibles (esclavistas y nazis, nada menos), por lo que en
este aspecto no resultaban nada polémicas al nadar a favor de
corriente.
Sin embargo con "Munich" sí se ha metido en aguas turbulentas al
cuestionar la política de réplica israelí y analizar sus
consecuencias, no para dar una solución al problema de Oriente Medio
(que a lo mejor no la hay en décadas o a lo peor, en siglos), sino que
mostrando lo que hasta ahora se ha hecho mal e incluso sus
consecuencias directas implicando de lleno a EEUU (ese plano que cierra
el film, aunque quizá efectista, es muy gráfico al respecto, pero
también hay que recordar que los palestinos entran en la Villa
Olímpica porque les abren... los atletas americanos). Además, quizá
el destino paranoico del personaje central pueda ser interpretado como
una metáfora de la mentalidad de un país al que su sufrimiento le
lleva a calificar de anti-semita a cualquier movimiento político que
le resulte ligeramente sospechoso. Y finalmente, por una vez, no veo en
Spielberg un final feliz y cerrado, ni siquiera alargado, sino una
mirada escéptica y pesimista al futuro que en los tiempos que corren
me parece la más coherente de todas las opciones.
Ante mi sorpresa por este planteamiento de Spielberg, el resto de la
película tiene en mi opinión una mayoría abultada de cosas buenas,
aunque algunos errores de cierta envergadura que bien pueden servir
para crucificarla. Entre estos destacaría sobre todo que Michael Kahn
ha sido un excelente montador (lleva con Spielberg desde 1977 rindiendo
a un gran nivel) pero desgraciadamente demuestra que está demasiado
mayor. Aunque "Munich" no se me ha hecho larga ni me parece que le
falte ritmo, sí le echo en falta un mayor dinamismo uniendo secuencias
y realizando transiciones, que precisamente ha sido una de las virtudes
universales del cine de su director. La premura con la que se ha
llevado a cabo la post-producción (el rodaje terminó a finales de
septiembre y los primeros estrenos limitados tuvieron lugar mediado
diciembre) quizá haya jugado en su contra y la película creo que sale
perjudicada. Pero del error más grave -que también está relacionado
con el montaje- no es responsable Kahn, sino Spielberg en persona, al
fragmentar, dividir y repartir el asalto palestino a la Villa Olímpica
durante el film (especialmente en ese horrible orgasmo paralelo final)
no se sabe muy bien con qué motivo, rompiendo así todo su dramatismo
e identificando el dolor del momento con el dolor e impotencia del
personaje central ante los hechos vividos. Richard Brooks también
alteró el orden en que muestra los acontecimientos reales de la
estupenda "A Sangre Fría" (1967) para mostrar primero sus
consecuencias, pero donde Brooks -teniendo siempre en cuenta que una
película NO es un documental- relata "tal cual" los hechos reales, sin
alterarlos, Spielberg los usa de manera maniquea y efectista, cuando
precisamente los momentos "verdaderamente reales" y constatables
hubieran debido de mostrarse con un rigor máximo.
Pero quitando esas (muy malas) elecciones, creo que "Munich" es un
thriller muy notable en toda su extensión, con un conjunto de
"set-pieces" quizá no tan brillantes como un De Palma en plena forma
pero sí muy talentosas y muy trabajadas en su puesta en escena, con
una dureza y frialdad -cfr. "lo de" la holandesa- que a mí (pese a
"Schindler" y "Ryan") no sé por qué pero me sorprende en su director
y además de manera muy grata. En cierto modo, en este "Munich" me ha
parecido que Spielberg ha usado no sólo su talento -que nadie le
niega, creo yo- sino que además ha elaborado un discurso personal es
un tema muy arriesgado, dificil y muy político y lo ha plasmado tal
cual en la pantalla, de manera un tanto fría, pero siempre crítica y
decididamente pesimista con el futuro.