Respuesta: El Spielbergpost
Spielberg, ese gran crítico social
Flaco favor le haces a la película cuando la alabas por lo que no es.
Es evidente que la crítica social no es el objetivo número uno de las películas de Spielberg. Pero como decía Godard:
El travelling es una cuestión moral. La misma elección de un punto de vista supone un posicionamiento con respecto a un tema. Como bien ha expresado Atreus, con el plano cenital mencionado de
Minority, Spielberg consigue condensar en un único movimiento de cámara todo el mensaje de
1984. ¡Tremenda capacidad de síntesis! Si tan poco le importase a Spielberg manifestar su opinión política y lo único que le interesa es la acción y el espectáculo, ¿qué sentido tiene planificar esa escena desde el exterior del edificio y en un único movimiento de cámara, cuando lo que hubiera hecho cualquiera sería mostrarnos con detalle la acción desde el interior de cada una de las habitaciones invadidas?
Lo mismo sucede en
La guerra de los mundos, una película a la que Miguel Ángel Huerta, en su libro
Celuloide en llamas: El cine estadounidense tras el 11-S, critica por quedarse en el simple espectáculo y rehuir cualquier tipo de posicionamiento ético ante los dilemas morales planteados. ¿Y la escena del asesinato en off de Tim Robbins qué es, si no? Con la simple elección de un punto de vista Spielberg está diciéndonos lo rastreros y cobardes que somos los seres humanos civilizados, que al contrario de los invasores, que matan abiertamente y a sangre fría, nosotros también matamos, pero a puerta cerrada, autoconvenciéndonos con burdas excusas y desviando la atención de los ciudadanos para que nadie se entere de nuestros trapos sucios.
Es cierto que en las pelis del judío rara vez aparecen personajes en pantalla soltando discursitos políticos o debatiendo complicados dilemas éticos. La crítica social no es el objetivo uno de Spielberg, desde luego. Pero cada vez que un director escoge un determinado punto de vista, este se está posicionando con respecto al tema retratado. Y a poco que uno se fije detenidamente en las elecciones formales que hace Spielberg se dará cuenta de que su cine es mucho más profundo de lo que aparenta a simple vista, y que lo que parece una simple escena de acción nos está contando a nivel subliminal muchas otras cosas. Y para mí eso es lo que convierte al judío en un artista con mayúsculas.
En este foro mucha veces se critica a directores como Nolan en cuanto a que verbalizan todo y luego las imágenes dicen muy poco. Spielberg es el caso contrario: los diálogos de sus películas muchas veces resultan insignificantes o intrascendentes, y eso nos podría llevar a caer en el error de pensar que su cine tiene una función meramente evasiva. Pero es que en el cine del judío la atención no hay que prestarla a lo que dicen los personajes, sino a lo que dicen las imágenes.