Respuesta: El Spielbergpost
INDIANA JONES Y EL TEMPLO MALDITO
Segunda entrega de la saga que parte de un inteligente planteamiento: no parecerse en la anterior a nada salvo en su personaje. Eso crea un ambiente de sorpresa constante y una alegría creativa para cualquiera. Y el hambre de James Bond (rompiendo la rutina) se le quitaba al judiazo, claro.
La fotografía de esta película a mí ya me deja tóo loco, porque el cabrón la rueda como si estuviera contando un Lean..., y eso es lo que yo más echo de menos en el mainstream finisecular actual. Cojones, y cómo juega otra vez con la luz dramática. Atención el momento que Indy queda poseído, metiendo la cara en un cuarzo (¿no, Nacho?) para expresar su cambio de condición. Es acojonante.
A Spielberg le dicen que a veces en los INdy tiene gazapos, pero coño, para verlos tienes que ponerte chandal y azada, porque los pocos que hay denotan un cerebro absolutamente privilegiado. ¿Habéis visto la ambición que tiene este hombre de plano? Angulares enormes con acciones constantes a cada esquina de encuadre. En ésta encima, con el ritmo que tiene, he tenido que repetir secuencias para enterarme de la acción física entera.
Vaya puntazo el cameo de Dan Cazafantasmas...¡sobre todo porque no se le ve más que de espaldas yen general! ¡Madrugón pa nah!
Es incongruente a más no poder y confesa al respecto..., así empieza con el Anything GOES (¡todo vale!I y luego incluso lo dialogan). Incluso la película es constantemente una comedia que rara vez se abandona, encontrando el tono porque cuando suelta la sonrisa es para marcarse algún setazo piezo aventurero de agárrate y no te zambombees.
Impresionante Williams. Dios, aquí ya pone hasta ruiditos cartoon, asumiendo la película como un casi enorme despiporre de animación real. Pero aquí pongo un pero..., y es que la película no tiene casi plano sin música..., encima con mil acordes para el oído. Y eso cansa. Con todo, momentos como la vagoneta descubriendo a Indy (atención al plano y las hostias en fuera de campo) son de lo mejor de su carrera.
Ford es querible desde el primer plano. Y es que es una película muy loca y sin definición de personajes donde, en cambio, tienen cuidado cada gesto de actor y eso hace que empatices y te preocupes por ellos.
Muy desfasao lo de la comida animal...¿son platos reales? Ni idea, pero la película no suelta la definición de enorme gamberrada en ningún momento.
Atención tambíen a las secuencias de los sacrificios, por favor. Oro fino. Y el villanazo es un gran acierto de casting.
Mucho gazapo cazado. Atención de nuevo al salto de eje en la pelea de las vagonetas. El villano que salta a la vagoneta lo hace para caer por la derecha..., y cae por la izquierda. Pero es que la persecución es tan memorable que, bueno, es lo menos en qué fijarse. Vaya complejidad artística.
Es curioso porque todo el ritmo loco que posee va a golpe de musical. Y también así se define al principio, con un estupendo número musical que no entiendo bien..., porque empiezan bailando en el garito del prólogo, pasan por un pasillo, bailan en un enorme escenario que no existe y luego vuelven al garito...¿alguien se lo explica? El prólogo es acojonante, por cierto..., al más puro estilo Bond (pero en bueno) y con un Indy medio Bogart.
Está sobrada de huevos, porque la violencia está siempre presente y es de lo más explícita. Y muy inspirada a cada corte..., Spielberg vuelve a poner toda la carne en el asador. Sin embargo, esta película pedía un cambio en su carrera y queríamos verle metido en más harinas. Menos mal que él se dio cuenta.
Este film es como 1941 pero en vez de al bélico, al cine de aventuras. Y conseguido.
Spielberg era en estos casos una especie de Tarantino remendón, pero con el cine clásico de acción/aventura.
Joder..., y qué fisicidad. Qué fx. Si yo creo que a día de hoy raro es el que queda en evidencia. Y Ford sin dobles visibles. Como peli de acción a sacote, creo que no la hay mejor.
Y lo impresionante es que el guión es una castaña..., un manual de instrucciones para dejar hacer al judiazo.
Muy mal el poco control en rodaje, que deja en evidencia a Kahn. Muy patética la repetición de acción en la cámara con los pinchos, la pelea encima de la trituradora de rocas y la bajada de la jaula a la lava. Y alguna otra. De hecho, pocas películas he visto tan tramposas al respecto..., y hace no redondear incluso las maravillosas set pieces donde se encuentran dichos cepos. Cuando ya va a morir el héroe o la heroína, corte paralelo y al volver, está más atrás. Ya sé que se hacía en los seriales, pero En busca del arca perdida no tenía tamaña historia. Mal. Y la película está muy bien montada, con lo cual el problema es de concepción o rodaje.
Por cierto, ayer también me saltó el raccord de peinados en Poltergeist. ATención en la conversación final de los padres (en el padre) de iloveyou en bajito. Joder, a cambio de plano, va de boda o de porros. Si es que son rodajes monstruosos y no hay manera...
Willie y Tapón, los secundarios tan criticados. No funcionan cuando pecan de exceso, pero tienen mucho momento simpaticón.
Una montaña rusa fascinante con muchas curvas que hacen daño.
Otra errata, joder. Indy en todas sus películas observa que existe la magia y en la siguiente película, siempre está escéptico. Coño, si aquí ve piedras y dioses que le salvan, ¿por qué en En busca del arca perdida ya no cree en cuentos chinos..., y en La última cruzada lo mismo? Y en todas se lo tienen que volver a demostrar.
Piscinas olímpicas desbordadas.
La película está formada por set pieces casi sin unir (más allá del contexto), que funcionan por separado e incluso se podrían ver independientes de la película entera. En la fuerza de su unidad está su resolución. El ritmo es acojonante..., empiezan con prologazo, paran arriba pero a medias y, de repente, un clímax de casi una hora (que a veces no se puede sostener, cierto...)
Y qué diseño de producción, vestuario y dirección de arte.
Muy bien, cojones. No es perfecta pero no lo necesita para deslumbrar.