Respuesta: El Spielbergpost
HOOK:
Repugnante bodrio mortal y el insólito primer fracaso artístico completo (dejando aparte los cortos y la televisión) de un autor con todas las letras. Y es aún más insólito porque era el material PERFECTO para él, pero el mayor problema de todos era, precisamente, que Spielberg estaba creciendo. Digamos que el Pan del principio es exactamente Spielberg.
Lo gracioso es que aquí ni formalmente pita. Salvo planos inspirados (con tanta pasta, tanto tiempo y tanto talento, llegan, sí), la película es tal batiburrillo de una dirección de arte pomposa, un musical frustrado, un guión lamentable, un Robin Williams ASQUEROSO y un casting generalmente doliente (salvo Wendy, Hoskins y Hoffman, que el pobre hace lo que puede y a veces se encuentra como puta en comunión) que, entre otras cosas, abusa tanto de John Williams hasta el punto de que nos crea un rechazo auditivo, siendo una partitura que, aunque algo repetitiva por uso, se podría catalogar de genial.
Pero es que ni la foto (atención a sus efectismos y raccords lumínicos, aunque es más culpa del arte), ni el vestuario ni, diantres, el maldito maquillaje-peluquería consiguen levantar esto..., y se estrellan todos juntos. Atención al inicio con Williams en duelo de móviles, o con la asistencia al partido de béisbol. Parece un Columbus, cojones. Por no hablar de Williams cuando se convierte en Pan (y ya antes, eh), que no sabe dar una estocada sin parecernos el vecino del cuarto. O los motivos de pelea de Pan...¡RESCATAR A SUS HIJOS!¡PERO HIJOS DE PUTA, SI LA GRACIA DE PAN ESTÁ EN QUE ES LIBRE!¡NO VENDÁIS EL INMUEBLE YANKEE AQUÍ, JODER!
Julia Roberts sale unos minutos y está COCHAMBROSA. Joder, ni el flasback famoso me ha convencido, que está tan esquematizado y artificioso que daña, aunque tiene momentos inspirados.
Por tanto, nada que ofrecer. Y algunos planos aislados no son nada para asistir a un conjunto que da constantemente vergüenza ajena. Todo lo de los niños perdidos, lo de los piratas y nenes siendo yankees o lo de Williams paneando es, probablemente, uno de mis terrores no favoritos.
Un cagarro.