Respuesta: El Spielbergpost
El Secreto de la Piramide, 1985, Barry Levinson
Decir, que si el film tiene muchos elementos de Spielberg como comentaré después, visualmente no es nada suyo, porque el resultado es la planicie, de hecho viniendo de ver hace horas Tintin con la que comparte no pocos elementos de ambientación, las diferencias son abismales, ya solo por lo formal que caracterizaba al Spielberg aventurero 80's que aqui se suprime (scope axfisiante, horror vacui). Porque Levison digamoslo ya, es un puto ñapas al que le sonó la flauta en esta ocasión.
Salva el film el ajustado reparto, esos chavales normales tirando a feotes que se ajustan como un guante al físico de los personajes, y lo encantador del texto, así como algún ramalazo de oscuridad, esos sueño psicótropicos!!, hasta con cameo de la mascota de Iron Maiden incluida tallando una lápida.
Decir, que mucho de lo bueno que hay en el film, que no es poco, más tarde acabó desperdigado en la primeras aventuras de harry Potter de Columbus, la ambientación (otra vez) las rivalidades, las pruebas, hasta sale el personaje rubiales hostiable. La música de Bruce Broughton se ajusta como un guante con con esos sonidos que te incitan a la aventura, y que nos retrotrae a nuestro añorado Cebrian de La Rosa de los Vientos. Decir que el último tercio del film, Spielberg maneja los hilos y carga las tornas de la oscuridad del film calcando y autoplagiando los logros del Templo maldito (hasta el tema que suena se parece al de Mola Ram) y fotocopiar esa steadycam que sigue a Watson repitiendo la coregrafia de Tapón huyendo de la mina, pa cagarse, hasta llegar al duelo entre profesor y alumno con final sorpresa y devastador.
Al final del film Holmes es ese personaje huraño y solitario que ha ido heredando elementos a lo largo del film que componen sus señas de identidad, por cierto Quentin, le robó la pipa para darsela a Hans Landa, con dos cojones.