Respuesta: El Spielbergpost
LAS AVENTURAS DE TINTÍN: EL SECRETO DEL UNICORNIO
Probablemente, el último género (o la última expresión) que al maestro le faltaba por tocar y lo hace adaptando a la gran pantalla un cómic clásico y que casa por completo tanto con parte de su filmografía como con la necesidad de hacer una película de estas características, para dejar claro a los espectadores que Indy IV fue un espejismo y que no fue culpa de él.
Por ello, el film lo que no tiene de Hergé lo tiene de Spielberg..., y la película es una rotunda obra maestra que, para colmo, no sólo consigue lo que debería como adaptación, sino que encima formalmente es un experimento casi Kubrickiano que obliga a ver la obra con mando a distancia y pausa en ristre para apuntar todo lo que nos están ofreciendo. Y ya no hablamos sólo de composición, sino de diferentes actividades casi en cada píxel (coherentes) y fluidez a todos los niveles.
Y es que cualquiera que no se fije demasiado observará que momentos como el plano secuencia de la persecución, el juego global de transiciones o el genial uso de software hacen de esta película un clásico instantáneo. Y cito sólo esas cosas porque son las más evidentes.
Continuo juego con el mítico tupé de Tintín, icono y leyenda de todos y cada uno de los personajes y una obra que en todo momento se preocupa de EMITIR y enviar un chorro de imágenes y sonidos que resultan portentosos. Un Spielberg en plena forma que retoma Indiana Jones y la última cruzada en los créditos y sigue demostrando que sigue ahí en esa vena, aunque la hubiera abandonado temporalmente.
Todas las características al máximo. Si me dicen de ponerle peros, podría cargarme un poco el final abierto (que está bien que así sea, pero creo que se van de madre y no avisan, diríase...aunque funcione como remedo de aventuras pasadas), la subtrama de Hernández y Fernández (que, aunque magistral, obviamente sólo funciona como demanda de personajes) y, sobre todo, a John Williams...que como le maldicen que esté siempre presente, muchas veces no sabe qué hacer con los instrumentos o para rellenar...aunque otras muchas sí (sin tirar cohetes esta vez). Pero son solo comentarios para humanizar la propuesta, porque estamos ante una obra tan rica, compleja de exposición y genial que, sinceramente, tiene mucho de absurdo perizarla.