Respuesta: El Spielbergpost
(
War of the worlds, 2005)
"¿Son terroristas?"
Como han cambiado los tiempos (y más desde el fatídico atentado terrorista del 11-S). Spielberg siempre nos había presentado a los extraterrestres como seres amistosos, apacibles, cercanos, los cuales sabían (y querían) convivir en paz y armonía. Pero todo aquello es fruto del pasado. Aquí no hay otro interés que colonizar y destruir y si es a lo grande mucho mejor. No son seres pacíficos sino hostiles, sin otro fin que exterminarnos.
A partir de la primera aparición del trípode en medio del pueblo la película es un sinvivir. Creo que la palabra que resume a la perfección todo es: agobio. No hay paz, tranquilidad, todo es incierto, no hay salvación posible para la raza humana. Y si algo sabe hacer el maestro es demostrar, una vez más, que con la sutileza se juega mucho mejor porque es algo que desconocemos, algo que nos imaginamos pero no podemos darle forma.
Una de las mejores obras del género sci-fi, donde lo que aquí interesa no es la forma que puedan tener los marcianos (de ahí que sólo salgan en un par de ocasiones y con el tiempo contado) sino como, se supone, actuaría el ser humano ante una situación límite como las que vemos en la historia. Está claro que Spielberg logra con este remake uno de los mejores títulos de su carrera (y van...), donde contiene escenas memorables como toda la primera aparición del trípode, con una acción rabiosa, cámara al hombro pero sin perder detalle, con esa manera de destrucción, a lo grande - explosión instantanea -, o la escena del ferry (impecable) acentuando la tensión y el miedo ante la amenaza existente o la escena del coche (para mi el mejor momento Spielberg).
Con imágenes llenas de terror (ese tren envuelto en llamas, ese río repleto de muerte, o esa lluvia de ropa) Spielberg sabe que esta vez no podía andarse por las ramas, no podía recurrir a la sensiblería de antaño donde todo era más bonito y más cercano. Aquí sabe que lo que importa es demostrar que no hay una luz al final del túnel (momento cumbre al respecto: el sótano donde se encuentran encerrados los dos protagonistas con dos amenazas reales: la extranjera (los extraterrestres) y la propia (ese Tim Robbins). La pelea en silencio lo dice todo, siendo el principio de un desenlace catastrofista, siempre con la sugerencia como distintivo. Mientras oímos, pero no vemos, lo que acontece sabemos que no hay un final feliz).
Lástima que sean los actores los que estropeen, en parte, la función. Y si bien es cierto que Cruise me ha parecido mucho mejor esta vez, por la razón de que entiendo sus razones y sus motivos (antes sólo veía su actuación), convenciéndome por completo aquí no logro concectar con los niños pues el hijo me sigue pareciendo un crasísimo error de casting (insportable en casi todo momento, sin recordar algo que le salve) y Dakota Fanning me parece que se apoya en muchos momentos en su apellido (recurriendo un poco a la sobreactuación en según qué momentos).
También encuentro un tanto fallido la fotografía en varios momentos donde Kaminski sigue recurriendo a la saturación de iluminación y dotando a muchas escenas de una luz muy agresiva, casi anulando por completo lo que quiere mostrar.
Por lo demás es una delicia de película y una muestra más de que Spielberg sigue siendo el maestro del espectáculo con emoción, sensiblería y sentimiento (cítese como ejemplo esa partida entre padre e hijo que deparará en ese plano con la ventana: símbolo de que es una familia rota, o esa nana, o donde Cruise, dentro del bar, se derrumba ante no poder controlar la situación). No sólo de efectos especiales vive la película sino de saberlos emplear. De ahí que los trípodes son más que mera maquinaria. Son terror en estado puro donde su presencia nos hace estremecer. Eso no se aprende en dos días. De ahí que muchas veces el terror venga en forma de sonido (excelente) como son el caso de los rayos ("no he oído los truenos"). Sin olvidarme de la BSO que hace que cada escena sea toda una experiencia.
Por títulos como estos son por los que creo que Spielberg sigue siendo el rey. Que el final es algo maníqueo, sí, es cierto, pero de otra manera no sería cine made in Steven.