Christian Troy
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Ropit, deja el rabo de los Dreyer un rato y sal a que te dé el aire, hombre. No es bueno vivir tan anclado en el pasado.
Es su peli Bayona, quiero casito con dramas, vamos a llorar juntos, con cementerios y trenes, la peli de un adolescente de 50 tacos. No puede salir a decir con 80 que eso es su mejor película. Rodar es algo más que técnica, la técnica por sí misma solo es la caligrafía, es igual si lo de Bayona es un 5 y esto un 8, Schindler es rodar a lo Bayona.y yo que pense que el titular era una frase DE NEESON
a Ropit se le va el personaje... "rodada como un Bayona cualquiera", para la reedicion del DVD!!
Aún me sigo preguntando como piensan caracterizar a Leo como Sinatra, teniendo en cuenta que el cantante fue durante la mayor parte de su vida un pequeño saco de huesos, y Leo a la que se descuida va como si llevase la mochila de los bocatas del revés .
la I A te lo arregla
porque para el Sinatra de los años 60 en adelante aun da el pego, pero con la Gardner estuvo de flaco
A lo mejor coincidís en la escuela. Pídele los apuntes si acaso.Pobre diablo. A ver si lee esto y aprende un poco.
Para empezar, me parece extraño que Steven Spielberg descubra y asuma finalmente su origen judío a los 45 años, y más aún que eso le lleve a hacer un film de tres horas largas, en blanco y negro y centrado en un alemán nacionalsocialista más por conveniencia que por convicción, pero que no es un santo, sino un sinvergüenza, un estraperlista, un explotador laboral, un oportunista, un falsario y un defraudador, por mucho que Spielberg y Liam Neeson nos lo presenten como un cruce de Papá Noel y Robín de los Bosques, algo así como la Pimpinela Escarlata del III Reich. Quizá para contrapesar este desequilibrio, Spielberg crea un maniqueo: un nazi caricaturesco, fanático y frío, sádico e insensible, dementoide y caprichoso, sensiblero e irresponsable, tan satánico y poderoso que —como permitía intuir una vieja regla empírica del cine enunciada hace mucho tiempo por Hitchcock, y que dudo que Spielberg ignore— acaba por resultar más interesante que su antagonista... con el agravante de que nada en la película impide que sus afines y epígonos ideológicos lo encuentren fascinante y sigan su ejemplo. Los judíos, en cambio, pese a la meritoria labor del discreto Ben Kingsley —mucho menos magnético que Neeson o Ralph Fiennes—, se ven reducidos —como por los nazis, curiosamente— a un rebaño anónimo de víctimas pasivas e impotentes.
Marías es uno de los nuestros.Schindler’s List (Steven Spielberg, 1993)
No le negaré a La lista de Schindler ciertas virtudes, las mínimas que pueden exigirse de una película que ha suscitado tantos comentarios y...miguelmarias.blogspot.com
A Marías creo que no le gustó mucho! Jajajajaja. No es completamente anti-Spielberg, A.I. le gusta, por ejemplo.
Ojo que Garci dijo en un coloquio que Schindler era de lo mejor de Spielberg (supongo que es lo que tiene ver cada año solo lo que te envía la Academy para votar).