Voy a contar mi experiencia con este maldito veneno que me tiene secuestrado desde hace 30 años, que me ha dado muchas alegrías, eso si, porque me encanta fumar, pero ya tengo una edad en la que empieza a cobrarse las consecuencias sobre mi salud y eso no lo puedo permitir.
Como todo fumador veterano he intentado dejarlo muchas veces, unas con más exito que otras. Antes de los 30 lo dejaba cada dos por tres y lo volvía a coger por gusto, de esta manera sentía que le daba un respiro a mis pulmones y volvía a empezar limpio, el período más largo que estuve sin fumar fue de 3 años y recuerdo que dejarlo aquella vez no resultó una experiencia particularmente traumática, una semana dura, un mes con mono, un trimestre con llamadas esporádicas y luego adiós.
A partir de los 30 la voluntad fallaba más, un par de veces estuve alguna semana sin fumar y poco más, siempre acababa pensando soy joven, todavía no hay daño permanente, ya lo dejaré más adelante.
Al llegar a los 40 dije se acabó, estoy en el punto sin retorno, me puse las pilas y lo dejé esperando una experiencia similar a aquella de hacía 15 años, burdo error el mío, cuanto más tiempo fumas más difícil se hace dejarlo, el cerebro produce endorfinas como respuesta química a la nicotina y a más tiempo transcurre más difícil se le hace producirlas naturalmente por lo que al cortar la nicotina se acaban las endorfinas.
Lo que hacía 15 años fue una semana dura se convirtió en un mes infernal a lo que siguió otro, y otro y otro, pasados 4 meses todo seguía igual, dormía a todas horas para no pensar en fumar, me despertaba amargado pensando en que no podía fumar, no quería salir de casa ni mucho menos ir a trabajar, estaba deprimido.
La solución fue volver a fumar, mi vida se ordenó en el instante en que volví a encender un cigarrillo pero por primera vez vi un futuro negro, no quería volver a pasar nunca por una experiencia como esa pero mucho menos acabar con un cancer de pulmón o una bombona de oxígeno a cuestas.
Y así llegué a los 46, hace un par de años empezaron la tos, la molestias en la garganta, la hipertensión, los dolores de cabeza y los bronquios cargados, mi futuro negro empezó a materializarse mientras que mi voluntad para volver a dejarlo tendía a cero hasta que una amiga fumadora apareció con un vaporizador, antes conocido como cigarrilo electrónico y me dijo "pruébalo, hace una semana que lo tengo y no he vuelto a encender un cigarrilo".
Googleé un poco esa misma noche, me enteré que ya no lo pintan tan mal como hace algunos años cuando se decía que era tan malo como el tabaco y que incluso algún estudio serio lo pone como un 90% menos dañino que éste, al día siguiente me presenté en una tienda y me hice con un kit básico y unos líquidos con 6mg/ml de nicotina.
Y aquí estoy 11 días después sin encender un cigarro desde que salí de la tienda, sin sufrir y con todos los síntomas de haber dejado de fumar (si, aunque esté vapeando), de momento se me han descargado los bronquios en unos días después de dos años de estar en una situación similar a la bronquitis crónica y he recuperado mucho gusto y olfato además de ya no oler a tabaco cosa que mi mujer agradece.
La primera semana el mono pedía cigarrillos y yo le daba vapor, es una situación un tanto incómoda porque no haces lo que el mono te exige pero te lo quitas, a la segunda, al menos en mi caso, el mono ya pide vapor, si, así de fácil y rápido.
Muchos pensarán que he dejado una mierda para meterme en otra, y si, es verdad, pero os aseguro que esta nueva, tanto a primera vista como por los pocos estudios existentes, es mil veces mejor que la que he dejado.
La primera ventaja y más evidente es que cuando vapeas no se produce combustión sino que se vaporizan los elementos del líquido que son básicamente cuatro: Propilenglicol, glicerina vegetal, nicotina y aromas, todos recontraprobados y no cancerígenos ni tóxicos, todos usados de forma habitual en la industria farmacéutica y alimenticia. Que si, que no es lo mismo comérselos que inhalarlos pero es que ante el alquitrán y los miles de tóxicos y cancerígenos del humo del tabaco no hay color.
La segunda es que la dosificación de nicotina depende de uno mismo y la experiencia de otros vapeadores ex fumadores dice que se puede reducir paulatinamente hasta dejarla en mínimos o eliminarla completamente con lo que si en un futuro quisiera o tuviera que dejar de vapear ya no tendría que lidiar con la adicción química sino solo con la psicológica.
Esta es mi experiencia, espero que sirva a otros fumadores en una situación como la mía porque a mí, en estos días me ha cambiado la vida, al fin veo algo de luz al final del túnel, se que no es la mejor manera de dejar de fumar pero es una y a mí me sirve. Si hay algún vapeador por aquí no estaría mal abrir un hilo para compartir experiencias.
Por cierto, vapear es mucho más barato que fumar, ayer compré 150ml de tres sabores en oferta con sus respectivos kits de nicotina por 36€, una vez preparado salen 210ml a 6mg/ml de nicotina que estimo me durarán unos 2 meses . Era fumador de algo menos de 20 cigarrillos al día que en tabaco de liar son unos 60€ mensuales o 120€ en cajetillas.
Saludos