Directores como De Palma, Robert Wise o incluso Clint Eastwood son algunos de los que suelen usar los enfoques partidos con mayor frecuencia. Y algunos de sus operadores habituales como Stephen H. Burum, Vilmos Zsigmond o Richard Kline, con ellos y con otros realizadores, los han utilizado habitualmente, especialmente al rodar en formato anamórfico, que lleva intrínseca una menor profundidad de campo.
También hay un plano con
Split-Diopter en "Los Abrazos Rotos", que acabo de ver en cine, justo cuando José Luis Gómez y Lola Dueñas están viendo una proyección y al fondo entra Penélope Cruz. Es algo puntual, porque hay otros muchos instantes en que podría haberse usado el mismo efecto, pero no sé por qué sólo lo han usado ahí.
[align=justify:1m9fdzbg]En general, el trabajo de
Rodrigo Prieto [ASC, AMC] me ha gustado bastante, a pesar que Almodóvar favorece un estilo que lleva implícita una luminosidad y una saturación de color muy superior a la que yo considero óptima, con un elemento de teatralización muy importante. En este sentido, es admirable cómo Prieto, que es un operador que hasta ahora ha rendido mejor en exteriores, con recreaciones de luz natural y que siempre se ha caracterizado por buscar retratos realista, se adapte muy bien a lo que le está pidiendo la forma en que el director quiere contar la historia. Casi todos los
sets de Antxón Gómez son los habituales en el director manchego, con mezclas continuas de arte-
pop y elementos decorativos
retro, en los que los colores primarios y especialmente el color rojo
pasión juegan siempre un papel muy importante a la hora de crear contrastes tonales, ya sea en algún elemento de
atrezzo o de vestuario. En estas circunstancias, lo que han venido haciendo José Luis Alcaine [AEC] o algunos de los operadores con los que Almodóvar ha trabajado anteriormente es dejar que sea el color el que cree la profundidad de la imagen, haciendo que su luz sea prácticamente uniforme en los decorados y muchas veces frontal sobre los personajes (algo especialmente evidente en "Volver").
Pero Prieto modifica dicha aproximación, con una luz suave que también es bastante uniforme, pero que incluye haces de luz desde el exterior de las ventanas y relleno siempre lateral sobre los rostros de los actores. Sigue habiendo un importante uso de luz fluorescente en el
set, pero al menos, la introducción de luz dura rompe un poco la monotonía de los mismos, aunque no consiguen que nos olvidemos de que (casi) todo el film es una artificialísima recreación en estudio (para bien o para mal). Tampoco es algo que no hayamos visto antes, sino que está usado de forma más profusa. Sirva de ejemplo que no hay la menor variación estética (iluminación, decorados, vestuario) entre las escenas que acaecen en los años 90 y las que suceden en la actualidad, más allá de prescindir de las tecnologías modernas por las de la época, o ni siquiera entre la ficción filmada y la realidad que nos cuenta el director.
Lo que sí me molesta un poco más, aunque quizá no sea culpa del operador sino del director, es que casi todo el film tiende a focales largas (75 y 100mm), lo que comprime bastante la perspectiva, reduce la profundidad de campo y produce un festival de primeros planos.[/align:1m9fdzbg]
[align=justify:1m9fdzbg]A
nivel técnico, todavía mejor. Las nuevas lentes anamórficas "
G Series" de Panavision son nítidas, consistentes en todas sus focales, libres de aberraciones y proporcionan una imagen de una calidad muy superior al formato Super 35. Por una vez, Rodrigo Prieto, que no se caracteriza por ser un operador que prime la consistencia en la textura de sus imágenes (por ello siempre alterna emulsiones de lo más diverso, 16mm con 35mm, etc), ha apostado por mantener una estructura coherente en todo el film, a pesar que mezcla emulsiones Fuji y Kodak. Su negativo se mantiene siempre en niveles de gran densidad, por lo que el grano nunca es evidente -ni siquiera a 500 ASA- y el contraste y la saturación de color son muy sólidos a lo largo de toda la proyección. Ni siquiera el uso de una ligerísima difusión en muchos primeros planos (posiblemente 1/8 ó 1/4 de
Black Pro-Mist) se hace evidente.
Como nota curiosa, las escenas de la película que rueda Lluís Homar están rodadas con lentes Panavision Primo esféricas, que además se muestran en pantalla con una focal (27mm) que no existe en anamórfico. Además, están correctamente encuadradas en formato 1.85:1 dentro del 2.40:1 del resto del film (como en "La Mala Educación", que sin embargo estaba rodada íntegramente en anamórfico). Pero en una de las cámaras que ruedan la película de ficción "Chicas y Maletas" en 1994, aparece la etiqueta "8543", que es el código de la emulsión Fuji Vivid 160T aparecida hace uno o dos años (
). Y mientras que en la claqueta aparece como director el nombre del personaje de Lluís Homar (
M.Blanco), como director de fotografía sí aparece
R. Prieto.
De lo que no hay rastro es del material supuestamente rodado en Super 16mm (no me parece que sea el de la moviola) o el digital de la cámara Panavision Genesis.[/align:1m9fdzbg]