Así que más que del episodio musical deberíamos hablar del episodio "noir", pues este componente sí que está omnipresente en todo el capítulo. Claro que en ese aspecto tampoco aporta nada nuevo la serie, ya que más series han hecho lo del capítulo
noir, incluso Smallville. Y la referencia a los superhéroes de DC no es gratuita, ya que este episodio se podría considerar un poco un
Elseworlds de la famosa editorial comiquera, que nos presenta una versión alternativa de la serie ambientada en unos hipotéticos años 40 un pelín
steampunk salidos de la mente de Walter, en los que la gente ya tenía teléfonos moviles y todo
Lo más bonito ha sido el convertir este cuento de Walter en una especie de manifestación de lo que le anda rondando en la cabeza en estos momentos. Lo que más me ha gustado es la química entre Olivia y Peter (toda la conversación del baile y el jazz) y la parte final del episodio, regalándonos otro más de estos momentos Peter-Walter tan emocionantes a los que la serie ya nos tiene acostumbrados. Preciosa la metáfora del profesor que roba sus creaciones a partir de los sueños de los niños.