Respuesta: Hay que tener criterio hasta para criticar.
A mí éso de que la historia es lo de menos... me deja helado. (...) Para que vea una película, primero me ha de atraer su argumento, su temática, su historia. Si no pasa esa barrera, no seré yo el que la vea
No es que la historia sea lo de menos, sino que
tan importante como la historia es la manera en la que está contada. Es evidente que
en un principio, el argumento es lo que más nos seduce de una película. Es evidente que si no me gustan las películas románticas, no voy a ir a ver la última de Jennifer Aniston. Y que si me gustan las películas de viajes en el tiempo, no me voy a perder la de
'Jacuzzi al pasado', por mucho que la ponga todo el mundo a parir. Pero como ha dicho
Lerink en el fondo al final eso da un poco igual porque dentro de todos los géneros hay grandes películas y grandes truños. A lo mejor voy a ver
'Jumper' todo ilusionado porque va sobre viajes en el tiempo y salgo de la película cagándome en todo después de ver semejante truño. Y a lo mejor empiezo a ver
'Antes del amanecer' a regañadientes y al final acabo maravillado por ella. Y a lo mejor uno descubre que a lo mejor no es que no le gusten las películas románticas, sino que no le gustan las típicas películas ñoñas y almibaradas protagonizadas por Sandra Bullock, pero dentro del género hay muchas otras joyas que no tienen nada que ver con las otras. Y a lo mejor la historia (el argumento) que te cuentan ambas películas es exactamente la misma, pero el cómo (las interpretaciones, el tono, el aura) es radicalmente distinto, y eso es lo que marca las diferencias. La sinopsis de
'The Visitor' me echaba mucho para atrás, y sin embargo se acabó convirtiendo en una de mis películas favoritas del año pasado. En cambio la de
'Número 9' me atraía muchísimo... y terminó pareciéndome un bodrio soporífero.
Hay muchos telefilms de sobremesa que cuentan historias interesantísimas, pero que están tan patéticamente contadas que practicamente es imposible verlos y no descojonarse con ellos. Cógete
'La ventana indiscreta' de Hitchcock y compárala con el remake que protagonizó Christopher Reeve. La historia que cuentan ambas películas es exactamente la misma, pero el cómo es radicalmente distinto. Eso es lo que hace que una sea una obra maestra del suspense y la otra... bueno, entretiene y punto. Y eso es porque
un buen director es capaz de convertir en apasionante cualquier historia, mientras que un mal director puede llegar a destrozar el mejor de los guiones. Por eso desde hace años, a la hora de escoger películas a ver, me fío más del director o de los productores que del argumento o de los intérpretes.
¿No hay cosas como el desarrollo de los personajes, o la estructura de la trama, que escapan a las cuestiones técnicas, y que no dejan de ser una ciencia en sí mismas?
Es que esas cosas también son "técnica". La técnica (o el CÓMO) no es solo cuestión de objetivos, encuadres y movimientos de cámara, también es la construcción de la trama y la dosificación de la información. A veces una película nos resulta intrigante porque nos va dosificando muy bien la información; otras en cambio nos aburre porque revela demasiado o demasiado poco, etc.
Una historia se puede narrar de infinitas maneras. Y según la cuentes de una manera o de otra, las emociones que se pueden suscitar pueden ser no sólo distintas, sino incluso opuestas. Por ejemplo, alguna vez he oido a alguien comentar que si visionas
'Memento' en orden cronológico, la peli es una mierda. Pero es que visionar
'Memento' en orden cronológico no tiene ningún interés, precisamente lo interesante de esa película es la identificación del espectador con el estado de confusión del protagonista, y el reservar el clímax para el final de la película, aunque dicha revelación cronológicamente se produzca en otro momento. Si narras la misma historia de una manera cronológica, el argumento es el mismo, pero la esencia de la película cambia radicalmente. Lo mismo pasa con
'Los cronocrímenes': el montaje cronológico que se incluye en la edición especial de la película vale como curiosidad, pero como película no funciona. Y eso que la historia es la misma.
A una misma escena le pones una banda sonora u otra y las emociones suscitadas cambian radicalmente. Un buen ejemplo se puede observar en
'Trainspotting', en la cual se puede ver la misma escena (la persecución del inicio, con el enérgico
'Lust For Life' de Iggy Pop) repetida más adelante, con el melancólico
'Sing' de Blur. El montaje de ambas escenas es prácticamente idéntico, las imágenes mostradas son las mismas, pero las emociones que despiertan son radicalmente opuestas. Dentro de la misma película, la célebre escena de la sobredosis de Renton con el
'Perfect Day' de Lou Reed de fondo. Si cambias esa canción por el
'Good Vibrations' de los Beach Boys, estás cambiando radicalmente el tono de la escena.
De ahí que, como afirma
Magnolia,
"el cómo se come al qué". Quizás es un poco exagerado, yo prefiero decir que debe existir un equilibrio entre ambos términos, pero lo cierto es que en cualquier tipo de narración (no sólo audiovisual, sino también literaria, musical, etc...)
el CÓMO es casi más importante que el contenido, porque la forma es la que se encarga de reforzar o anular el mensaje que quieres transmitir. De ahí que al final no sirve de nada tener un guión que sea la repera si uno no consigue traducir acertadamente dicho contenido a imágenes. Y para ello es fundamental estudiar al milímetro donde se pone la cámara, los encuadres, los movimientos de los actores en la escena, los cortes de montaje, las inflexiones que los intérpretes dan al texto...
Una colocación incorrecta de la cámara, un montaje inadecuado, una banda sonora excesiva o una dicción torpe pueden cargarse por completo una escena, al darle un tono diferente al pretendido. Y de ahí la importancia de la técnica.
Ver mucho cine no enseña nada..., igual que viendo muchos edificios no te haces buen arquitecto. Hay que preguntarse el porqué, el cómo y el qué. Y estudiar.
Exacto. Uno no es experto en cine por haberse visto mucho cine. A lo mejor una persona que sólo haya visto diez películas en su vida pero que las haya analizado hasta su último detalle sabe mucho más de cine que alguien que haya visto miles pero sin analizarlas.
¿Y de qué sirve el análisis técnico de una película? Se preguntarán algunos, seguramente. Pues para muchas cosas. En primer lugar, se comprende mucho mejor por qué una película te maravilla tanto o por qué no te ha gustado nada. Alguna gente pierde que estudiar cómo está hecha una película le anula la "magia", pero los cinéfilos saben que más bien es todo lo contrario. Las películas se disfrutan más porque un cinéfilo con cierta educación en lenguaje audiovisual puede descubrir un montón de ricos detalles y significados subliminales que se le escapan a ojos menos adiestrados. Y por tanto,
las películas se disfrutan más, porque aportan más de lo que aportaban en un principio. Claro que eso, como ya se ha comentado por aquí, tiene un cierto inconveniente, y es que cierto tipo de cine que a lo mejor antes te gustaba ahora te resulta pobre y deja de interesarte. Pero a cambio, ahora otro tipo de cine que a lo mejor antes no te estimulaba de repente empieza a resultarte apasionante.
En mi caso, fue el cine de Hitchcock el que cambió radicalmente mi manera de disfrutar el séptimo arte. Hasta que descubrí su cine consumía películas sin pararme a analizarlas demasiado. Pero el día que vi
'Frenesí' me quedé alucinando en el momento en que el maestro, en lugar de mostrarnos el asesinato que está aconteciendo, coge la cámara y la saca al exterior del edificio para mostrarnos como todos los transeuntes permanecen ignorantes a tan cruel suceso. Y aquella fue la primera vez que me pregunté:
¿POR QUÉ? ¿Por qué hacer eso en vez de haber hecho lo que hubiera hecho cualquier otro? Pocos días después vi
'La soga' y me pasó tres cuartos de lo mismo, al ver que Hitch no enfocaba con la cámara a los personajes que están dialogando sino a un baul. ¿POR QUÉ? ¿Y por qué toda la película está rodada como si fuera un movimiento de cámara único (obviamente a aquellas alturas ni siquiera sabía lo que era un plano secuencia)? Y a partir de aquel momento, cada vez que veía una película me fijaba en los encuadres, en los movimientos de cámara y no me paraba de preguntar: ¿Por qué nos están enseñando esto y no esto otros? ¿Por qué, por qué, por qué? Y eso cambió radicalmente mi manera de disfrutar el cine,
porque empecé a ver cosas que siempre habían estado ahí pero que antes se me escapaban. Y ahora podía comprender mejor por qué las películas que me gustaban me entusiasmaban tanto.
Y ojo, que yo tampoco soy ningún experto en técnica cinematográfica. No me preguntes de lentes ni de objetivos o de técnicas de positivado. Me se los nombres de los movimientos de cámara, de los tipos de plano y de las técnicas básicas de montaje... y ya está. No son conocimientos exhaustivos, simple gramática básica de la disciplina y que más que nada sirve para llamar a las cosas por su nombre exacto. Pero no creo que para aprender a ver cine haya que leerse extensos tratados sobre el tema. Basta con tener curiosidad y fijarse con lo que uno ve en pantalla. A partir de ahí, siempre está bien leer textos de gente que sepa más que tú, porque siempre te ayudarán a aprender más.
Si pones el criterio por delante de los gustos, es que eres un analizador por encima de todo.
Es que yo creo que
el criterio conviene tenerlo... pero tampoco acabar convirtiéndose en su esclavo. A veces el tener demasiados conocimientos técnicos puede conducir a un dogmatismo exagerado:
"esta peli es una mierda porque emplea música no diegética" o porque
"la cámara tiembla" A ver, tampoco nos pasemos. Porque si un encuadre mal compuesto es razón suficiente para chafarte el disfrute completo de una película... mal vamos. A mí la técnica me interesa en cuanto me ayuda a entender mejor las películas, y cuando veo un plano técnicamente sobresaliente no puedo evitar sufrir Stendhal, qué se le va a hacer. Pero tampoco creo que la perfección técnica sea una condición obligada para el disfrute de una película. Yo
cuando veo un film, lo que busco es que me aporte algo. A veces son unas interpretaciones sobresalientes, a veces una puesta en escena espectacular, a veces unos diálogos interesantes... a veces un simple rato de buena diversión. Pero
es un poco absurdo pretender que todos los filmes lo tengan TODO. Es imposible. Hay películas que están rodadas un poco como el culo, pero que a lo mejor tiene unos personajes tan entrañables que la acabo prefiriendo a otra que esté rodada como los ángeles pero con unos personajes que no me dicen nada.
Ahí entra el corazón, al cual nunca debemos dar la espalda. A veces hay películas que nos gustan a pesar de sus defectos; no porque no los veamos, sino porque preferimos quedarnos con sus cosas buenas antes que con las malas, del mismo modo que una madre siempre va a ver a sus hijos guapísimos aunque físicamente sean deformes, pero es que al final la química resulta mucho más profunda que la perfección estética.