Es tremendo el nivel. Vamos a tratar de contestar el discurso de este señor, a ver si aprende algo.
Primero, decir
que entiende que Vox considere gilipollas a sus votantes, y que el también los considera gilipollas, ya es un mal comienzo. Que no pregunte la opinión que tienen de sus propios votantes PSOE y Podemos (imagino que de él incluido) porque se llevaría un disgusto. Seguimos.
Voz ha votado en contra del Ingreso Mínimo Vital (IMV). ¿Por qué? Entre otras cosas, por dos principalmente: porque aunque los perceptores de ese ingreso no deberían tener ningún entrada de dinero la realidad dice que muchos no declaran su trabajo para cobrarlo, fomentando la economía sumergida; y porque se pretende otorgar a decenas de miles de personas que están ilegalmente en el país, con lo que el efecto llamada se multiplica. Podrá parecer bien o mal, pero tienen sus razones.
Vox no está a favor de la subida de las pensiones. Lógico. La Seguridad Social
está en quiebra, y si no se hace un ajuste inmediato y duro, dentro de poco ya no existirá el problema, porque no habrá pensiones: ni grandes, ni medianas, ni pequeñas. Lo que dice Vox es eso: o se arreglan
ya, o la gente tendrá que hacerse un plan privado de pensiones para el futuro, porque la situación actual es insostenible. Y tienen razón.
La Comunidad de Madrid no prohibió que se sacaran a los ancianos de las residencias para llevarlos a los hospitales: lo que mandó es una comunicación diciendo que era imposible trasladarlos cuando esos hospitales estaban saturados, y ya no podían recibir a más gente. Por eso abrió un hospital de campaña en IFEMA, y por eso también, en cuanto pasó la primera ola, construyó el Zendal. Ambas decisiones, por cierto, criticadas hasta la saciedad por la izquierda. Y todo ello, no nos olvidemos, cuando Pablo Iglesias se había otorgado la responsabilidad de los centros de mayores.
Pregunta ahora Basilio:
decidme una sola medida que esta gente (Vox)
haya apoyado en favor de los obreros. Esta es muy fácil: la creación de puestos de trabajo. Cuando Rodríguez Zapatero llegó al gobierno, había dos millones de parados; cuando se fue (o le echaron), cinco millones y medio. Sánchez lleva camino de batir la marca en la mitad de tiempo. Así que un obrero, si no es imbécil, vota al que crea y le proporciona trabajo, no al que le manda al paro. Es decir, a la derecha.
Otro detalle: cuando Aznar dejó la política (abril de 2004), la izquierda hizo hasta cortos poniendo el grito en el cielo porque los jóvenes cobraban 1000 euros al mes (los famosos mileuristas). Después de los siete años aciagos de Rodríguez Zapatero, ser mileurista era un chollo para muchos veinteañeros.
Leer los programas, coño. Los programas de los partidos no se los lee nadie, fundamentalmente porque ningún partido tiene la intención ni la posibilidad de cumplirlos. Felipe González prometió al principio la creación de 800.000 nuevos empleos en su programa y acertó en la cifra, pero fueron los parados que produjo. Rodríguez Zapatero, más ignorante que González, no se conformó con eso y dijo que al final de su legislatura esperaba alcanzar el pleno empleo. Lo tuvo que echar su propio partido antes que hundiera el país. Los programas son delirios de grandeza para los convencidos.
Tirar de hemeroteca: no de lo que dicen que van a hacer, sino de lo que han hecho. Precisamente porque los obreros
tiran de hemeroteca es por lo que los listos no quieren ver al PSOE ni en pintura, y prefieren votar a opciones conservadoras: tienen ya la experiencia.
Los menas. El porcentaje de menores
españoles en España es del 91%; el de menores
extranjeros, del 9%. El porcentaje de delitos cometidos por los extranjeros es del 18,31% del total. Es decir, los menores no españoles delinquen más del doble que los españoles. Eso es lo que dice Vox; y son estadísticas del gobierno.
En fin,
talk is cheap. NI soy obrero, ni voy a votar a Vox, pero me gustaría que Pereirano le pasara este tocho a Basilio para que su pregunta quedara contestada. Hasta para hacer demagogia conviene estar mejor informado.