LOS COMULGANTES (Nattvardsgästerna, 1963)
Quizá la que menos redonda veo, y sin embargo un retrato descarnadísimo sobre la pérdida de fe en general y la pérdida de ganas de vivir en particular. Un cura viudo abandonado por Dios, la profesora que intenta ser su apoyo y el feligrés que acaba pagando el pato... El contexto es muy religioso, pero se podría aplicar a cualquier crisis vital de ese estilo ("chatarrería de circunstancias" dice el cura, me parece una definición acojonante).
Protagonismo impecable de trío bergmaniano (Björnstrand, Thulin y von Sydow) y una puesta en escena crudísima, parece que así las hostias verbales (el cura recriminando a Thulin, ella con su "confesión") duelan más... Quizá cae en tener a los personajes solos explicándose en voz alta, pero es casi marca de la casa.
No sé qué pensar del final, tras el discurso del jorobado resumiendo la película,tenemos ese Björstrand empezando sermón y corte de plano brutal (ni créditos ni hostias) con la gran duda de cómo ha terminado esa crisis de fe, ¿optimismo o pesimismo? Mirando la relación de Bergman entre "Dios" y su obra podría pensar algo, pero la propia ambiguedad es una constante con este hombre.
Yo creo que Bergman, precisamente, lo que busca ahí es el contraste, es decir, el humanismo y la simplicidad de esa pareja contrapuesta con ese tono oscuro y metafísico del caballero y su relación con la muerte. De hecho, la respuesta que busca durante toda la película el caballero la obtiene con su sacrificio en favor de la pareja, dando a entender que ante las eternas e irresolubles dudas sobre la existencia de Dios Bergman toma una postura existencialista con la manera de vivir de esa pareja.
* spoilers *
Exacto, fíjate cuando esos dos caminos (Sydow-familia) se cruzan en ese picnic improvisado con fresas ( ) y Sydow dice que siempre recordará ese momento exacto, su búsqueda solemne de respuestas se ha parado un rato y está tocando la otra postura ante la muerte, ¿ignorancia, conformismo o simple indiferencia?
Y luego por la noche, cuando Sydow se sacrifica definitivamente para que la familia escape, incluso se nos plantea a nosotros mismos (como espectador) la misma dualidad: Sydow ha conseguido que burlen a la Muerte con su distracción, pero la misma Muerte advierte; "nunca se me escapa nadie" o algo parecido dice. Es ambiguo, pero creo que Bergman aquí tiró un poco por el optimismo con su discurso de un caballero que busca respuesta en la muerte y la propia Muerte dice que ella no da respuestas: la familia no tiene ese problema.
Qué va, ni me di cuenta. Cuánto da que rascar el jodío sueco...
Por cierto, hablando sobre planos, hay uno que no sé si recuerdas con el caballero y el escudero llegando a una pequeña iglesia blanca.
Bien, pues la iglesia no está allí: no había dinero para construir un decorado, así que pegaron un recortable a las ramas del árbol que salen en primer plano. Es tal cual lo vemos ahí. Juro que no me di cuenta hasta que no supe el truco.
No creo que la vuelva a ver nunca. Fue una experiencia tan dolorosa que ni siquiera me atrevo a valorarla.