Pues para animar la mañana... vista.... y me ha gustado. Mucho. Cierto es que no me parece la mejor de PTA, pero creo que a nivel narrativo y visual es absolutamente obra de su autor y todas sus constantes están aquí. El despliegue visual como siempre es abrumador, la utilización de la música como bajo continuo, como una voz extra que sumerge al espectador en la experiencia, también resulta magnífica. La peli es absolutamente fiel a la novela de Pynchon, salvo que es todavía más dispersa. Es decir, Pynchon utiliza una trama rocambolesca y que a las pocas páginas uno es consciente que no va a ninguna parte, como radiografía de un momento histórico-social focalizado no ya en EEUU, sino tan localista como LA. Y lo hace a través de la literatura, lo que le permite narrar sensaciones, estados de ánimo, evoluciones musicales (en la novela es continua la digresión musical), incluso lugares. Habitados por una cohorte de personajes imposibles que han florecido al amparo de esta nueva mentalidad a medio camino entre lo moderno, la pose y la contracultura. Una especie de estetización de los movimientos sociales propios de los 60. Y es que quien coño va a ir a la barricada a luchar contra la poli entre playas, pizza, cerveza, marihuana y los Beach boys?
PTA coge la novela y en cuanto al argumento lo deja tal cual, eliminando incisos, personajes y practicamente todo lo que la literatura no le permite hacer. El resultado es fascinante pero entiendo que a mucha gente se le atragante. Porque el ir y venir de estos personajes, absolutamente a propósito para embarullar un argumento que en el fondo es completamente idiota, ayuda a mantener esta sensación de desconcierto de Doc, con un cerebro fumigado de droga. La novela presenta a dichos personajes, y los introduce sin tanta brusquedad; pero ojo, los que pensais que el humor o el tono no es el adecuado, decir que Pynchon en algunos momentos -especialmente el abogado (Benicio)- coge a Kafka y lo convierte en Enyd Blyton. Es decir, no es que tienda al absurdo, es directamente ilógico y disparatado. Se sale de la realidad en muchas ocasiones, cosa que la peli jamás hace, así que PTA se ha cortado en ese sentido. Curiosamente en The Master, Anderson utiliza una narrativa convencional para narrar algo mucho más criptico y gustó a todo el mundo. En esta es al contrario, lo abrupto es precisamente lo narrativo, ya que lo argumental es una chorrada en cuanto a su desarrollo, se va de A a B. Entonces donde está la gracia? En quiénes van de A a B y en el tono en el que lo hacen, y es ahí donde la película me gana y creo que Anderson ha dado un paso más como cineasta al trastocar la propia narrativa cinematográfica. Me recuerda un poco a muchas de las críticas de El arbol de la vida o incluso en To the wonder, esa frustración que en muchos casos se percibe como la bofetada que uno se encuentra cuando le cuentan el chiste sin nexos y sin presentaciones formales.
Toda la película sucede en la cabeza de Doc, completamente colocado, casi como un palimpsesto vital en el que lo onírico, lo absurdo -más bien la aceptación normativa de ese absurdo, algo sólo posible drogado- y lo alucinógeno tienen cabida. Es ahí donde los nexos se evaporan y todo sucede como imágenes que se van suuperponiendo unas a otras, con un sentido del humor perverso y muy cabrón. Por que no es de risotada, es algo mucho más lúgubre. Max y Ropit aciertan de pleno cuando hablan de melancolía, y es que la peli es completamente elegíaca, de un antihéroe hippy en un mundo cambiante que va a desaparecer en breve y del que sólo quedará el recuerdo y mucha reinvención postmoderna. Ropit habla de desengaño y ese es el tono. Es como un Quijote emporrao en busca de la redeción de un amor imposible; la sensación tras el flashback de la ouija -puta joyaza de escena- es que ese amor se basa en la compañía por drogadicción, no por auténtico sentimiento. Las motivaciones buenrollistas de Doc pasan por ahí y por tratar de mantener ese espíritu. Un poco como el final Coeniano de "el nota aguanta". Si no fuera porque resulta un imposible, podríamos decir que el nota bebe de Doc Sportello, bien podrían haber sido compañeros de juerga. Por eso ese final con Owen Wilson al final, pasando del materialismo. Por cierto, en la escena en la casa de los músicos, cuando charla con Wilson, personaje encubierto... este va vestido de camuflaje!!! El sentido del humor de PTA es bizarrísimo y me encanta.
Pues eso, que creo que es una peli para degustar tranquilamente varias veces y que deliberadamente Anderson ha ofrecido pocos agarres. Quizá eche en falta algo más de inmersión contextual, no solo la que aportan los personajes, pero supongo que es imposible. En la novela, la música es vital, así como mucha de la mitología surfera, olas imposibles que sólo acuden en determinadas fechas, islas que van y vienen, Vietnam y los grupos paramilitares que apenas queda esbozado, la sombra de Charles Manson que también...