"Depredador"
-SPOILERS-
Noche de entretenimiento puro con este híbrido entre hazaña bélica y terror survival en el que McTiernan sacó petróleo de un guión sencillo pero eficaz. A partir del planteamiento de la llegada de
algo a la Tierra desde el espacio y el encargo de una misión selvática, la película no da respiro en sus diferentes fases: presentación de un grupo salvaje de soldados a la manera de un genuino actioner ochentero (helicóptero, puro, jeep, saludo entre cachas chocando manos y tensando músculos), incursión en una tupida selva, sensaciones/percepciones extrañas de inicio (ojo a algún personaje mirando con recelo hacia los árboles ANTES de que se revele el horror), investigación sobre el terreno con descubrimiento de cadáveres desollados, ataque bélico a saco a la guerrilla (orgasmo de fuego, balas, explosiones y enemigos volando por los aires con la inestimable contribución de la Impaciente), eliminación de cada personaje en una caza metódica y sin cuartel y cara a cara final entre el cazador extraterrestre y el líder superviviente, usando, para ello, tácticas esencialmente primitivas (ese grito
animal de Dutch embarrado, convocando a la lucha) en contraste con una avanzada tecnología alienígena que... NO es infalible.
En todas estas etapas, brilla la impresionante banda sonora de Alan Silvestri (cuya aportación no puede ser más imprescindible), la habilísima dirección de McTiernan (enérgico o -ligeramente- pausado, según convenga), la potencia física de los personajes y la sabia dosificación de las apariciones de una de las bestias más logradas que hayamos visto. La media hora final se apoya en la narración visual y en un inteligente equilibrio entre el enfrentamiento directo y el camuflaje para alcanzar la categoría de duelo de tintes míticos. Dutch, en silencio, agotado y herido, aún en shock, es el héroe que queda ahí,
en el momento, de regreso pero ya sin sus hombres (
We're a rescue team. Not assassins).
Acción de primer orden, de esa que
ya-no-se-hace.