Respuesta: John Mctiernan
Venga, va. No os impacientéis más, mis queridos compinches. Pa' Kam y Edgtho, que han estado ahí espectantes.
Pues como os dije. Sólo recordaba alguna escena anecdótica suelta pero muy inconexa la una con la otra. Sólo seguía manteniendo la sensación de que lo que había visto no me funcionó. Tenía sus cosas pero no eran suficientes como para salvarlas de la quema.
Vuelvo a reencontrarme con el guerrero de número maldito. Y mientras avanza el metraje mantengo mi percepción de que aquí hay problemas de montaje. Ahora descubro, gracias a vosotros, que hubo problemas de comprensión y dirección entre Chrichton y McTiernan. Y como niños pequeños se liaron y toquitearon el montaje haciéndolo algo extraño, sin llegar a confuso. Y aunque se puede medio intuir que Banderas lleva tiempo con ellos para poder integrarse con el idioma, que me perdonen ustedes, pero sigo viéndolo como un pequeño fallo aunque haya alguna que otra transición con inclemencias metereológicas de por medio. Es dejar demasiada imaginación. Pero aún y así es un fallo menor, como dije ayer.
Pero es llegar al meollo de la cuestión, el (re)descubrir que el mal tiene forma de bestia, con garras y vida inmortal cuando la película empieza a subir enteros, no frenar ni un ápice y ofrecerme un espectáculo digno de encomio y aplauso. McTiernan siempre será asociado a un cine de fisicidad entregada, brava, con la dosis bien puesta en el espectáculo y la planificación. Como ya casi no se hace, tristemente.
E incluso he llegado a comprender un poco la razón del personaje de Banderas (aunque sigo sin verlo 100% como un guerrero de acción). Es un poeta, un escritor, un ser pensante, culto. No es su mundo, no está agusto en un escenario de barbarie y bravura. Si hasta tiene que "desfigurar" su espada para hacerla más liviana y menos tosca. Y claro está, se nota también que Banderas no es su estilo de papeles ni se encuentra del todo cómodo con este tipo de roles (el Zorro corría más por los caminos de la aventura y jugaba mucho con el humor). Pero me gusta que mantenga el tono en todo momento y acabe jugando un papel decisivo.
Aparte que McTiernan enfoca perfectamente la acción, la ambientación, la dosis de terror (aunque me hubiese gustado un poquito más, ya como opinión personal) y sobre todo juega muy bien con la exposición. Poco a poco va mostrando lo justo y necesario para no decaer. Empezamos con la presencia fantasmagórica de las bestias, en la cabaña (me encanta la iluminación azulada) para luego adentrarnos en una de las escenas más magníficas del metraje: la batalla en la negrura de la noche, con las antorchas.
Y cuando se acaba la acción pasamos a la aventura expeditiva. Nos adentramos en esa cueva, donde el terror y el suspense (magnífica ambientación: la cámara de sacrificios, repleta de huesos y calaveras) y no convirtiéndolo en la acción final sino en un interludio. Porque la batalla final es lo mejor: una realización magnífica, sin nada que sobre o falte. McTiernan mete toda la carne en el asador y me complace. Aparte de emplear una cámara lenta bien utilizada. Magnífica partitura de Goldsmith, donde ayuda a reafirmar la épica de las escenas y un reparto muy bien avenido, donde el compadreo y el choque de culturas hace un buen conjunto/empaque.
En serio, me ha gustado mucho más de lo que creía y encuentro que quizás no le presté mucha atención en su momento. Teníais razón vosotros. 12 años para rectificar creo que está bien, ¿no?.