Pero qué pesados, leñe.
Que sí, que los giros de guión están para sorprender y emocionar al espectador. Y que obviamente la experiencia de visionado de una serie no es la misma si te la ves completamente virgen que si te la ves conociéndote de antemano los grandes puntos de inflexión de la trama. Pero si "saber lo qué pasará a continuación" fuese el único atractivo de una historia, ninguna serie o película resistiría un segundo visionado. ¿Qué sentido tiene ver una película por segunda o tercera vez, si ya sabes todo lo que va a pasar? ¿Por qué la gente escucha las mismas canciones cientos y cientos de veces, si ya se sabe las letras y los acordes de memoria? Pues porque disfruta haciéndolo. Disfruta con las interpretaciones, con los diálogos, con la puesta en escena, con la banda sonora. Cada ademán, cada línea de diálogo, cada acorde, cada movimiento de cámara puede provocar un orgasmo. Sí, las sorpresas están muy bien pero sólo funcionan la primera vez; en cambio, el resto de elementos van a funcionar (o fallar) siempre. Y de esos elementos nace el auténtico disfrute de una historia, lo que nos permite revisitar una misma historia decenas de veces sin aburrirnos y sin dejarnos de maravillarnos nunca, porque la sorpresa va mucho más allá de ignorar lo que pasará, es más bien alucinar con lo que estás viendo, y ese alucine depende más de la calidad narrativa que de la ignorancia del espectador.
Yo mismo no empecé a ver Lost hasta que la serie iba por la quinta temporada. Desde el principio, la serie fue un bombazo, pero a mi me llamaba cero patatero, porque en mi juventud me había hartado de leer relatos de náufragos en islas desiertas y no creía que esta serie fuera a aportar nada nuevo. Pero claro, Lost era la serie de la que hablaba todo el mundo, con lo que si frecuentabas los círculos seriéfilos era imposible no tragarte algún que otro spoiler: que si los osos polares, que si el humo negro, que si los números, que si la escotilla, que si la iniciativa Dharma, que si los Otros, que si Jacob, que si el barco de Penny, que si la muerte de tal personaje, que si los flashbacks, que si a partir de determinado capítulo los flashbacks pasaban a convertirse en flashforwards... Vamos, que sin haber visto un solo capítulo sabía tanto sobre la serie que podía hablar largo y tendido sobre la misma y convencer a más de uno que era seguidor de la misma Aunque al final fueron los spoilers precisamente los que me dieron ganas de ver la serie: en cuanto supe que en el subsuelo de la isla había un timón y que la isla podía desplazarse en el tiempo y en el espacio me dije: "esto tengo que verlo". Y empecé a ver la serie desde el principio y, a pesar de tener un profundo conocimiento de lo que pasaba en las cuatro primeras temporadas, la disfruté como un gorrino. En primer lugar, porque puede que tuviera información sobre algunos detalles de la trama, pero había muchísimos otros detalles que desconocía. Y porque no es lo mismo saber que en medio de la selva hay una escotilla, que sentir la emoción de ver en directo a Locke arrodillado, golpeando la misma, después de capítulos y capítulos de frustración de personaje, ver la luz encenderse y todo eso acompañado de musicón de Giacchino. No, no es lo mismo. ¿Me chafé alguna que otra sorpresa? Pues sí. A la mayoría de los que vieron la serie totalmente vírgenes se les quedó el culo torcido con el final de la tercera temporada; yo, como ya lo conocía, pues no me pilló por sorpresa, pero eso no me impidió maravillarme por lo brillante de la idea y de su ejecución.
Siempre me ha parecido que la gente concede demasiada importancia al primer visionado, como si fuera el que se disfruta más, y personalmente siempre he pensado que es el que se disfruta menos. El primer visionado siempre se ve contaminado por las expectativas previas, por las ganas de descubrir lo que va a pasar a continuación y por las quinielas que uno va haciendo mentalmente. Pero no es hasta el segundo visionado y siguientes, cuando el espectador ya tiene conocimiento de todo lo que pasa, que el espectador puede relajarse a saborear tranquilamente todos sus ingredientes y a fijarse en todos aquellos pequeños detalles que pasaron desapercibidos en un primer visionado. De hecho tengo una amiga fanática de las novelas de misterio que siempre empieza los libros leyendo el capítulo final porque el conocimiento previo de la resolución del misterio le hace prestar mucha más atención a todas las pistas que hay diseminadas por el relato y disfrutar de la lectura.
Así que sí, una historia puede seguir siendo muy disfrutable aunque ya sepas lo que va a pasar. Si los giros de guión son el único aliciente para seguir una historia es que la historia no es demasiado buena. Dejad de dar la lata a los demás con que se lean los libros o con que rehuyan cualquier información de la serie para preservar la virginidad (sic). Aquí somos todos mayorcitos y responsables de nuestros actos y si alguien quiere leerse la gameofthrones.wikia.com entera antes de ver la serie porque cree que así la va a disfrutar más está en su libre derecho de hacerlo.
Que sí, que los giros de guión están para sorprender y emocionar al espectador. Y que obviamente la experiencia de visionado de una serie no es la misma si te la ves completamente virgen que si te la ves conociéndote de antemano los grandes puntos de inflexión de la trama. Pero si "saber lo qué pasará a continuación" fuese el único atractivo de una historia, ninguna serie o película resistiría un segundo visionado. ¿Qué sentido tiene ver una película por segunda o tercera vez, si ya sabes todo lo que va a pasar? ¿Por qué la gente escucha las mismas canciones cientos y cientos de veces, si ya se sabe las letras y los acordes de memoria? Pues porque disfruta haciéndolo. Disfruta con las interpretaciones, con los diálogos, con la puesta en escena, con la banda sonora. Cada ademán, cada línea de diálogo, cada acorde, cada movimiento de cámara puede provocar un orgasmo. Sí, las sorpresas están muy bien pero sólo funcionan la primera vez; en cambio, el resto de elementos van a funcionar (o fallar) siempre. Y de esos elementos nace el auténtico disfrute de una historia, lo que nos permite revisitar una misma historia decenas de veces sin aburrirnos y sin dejarnos de maravillarnos nunca, porque la sorpresa va mucho más allá de ignorar lo que pasará, es más bien alucinar con lo que estás viendo, y ese alucine depende más de la calidad narrativa que de la ignorancia del espectador.
Yo mismo no empecé a ver Lost hasta que la serie iba por la quinta temporada. Desde el principio, la serie fue un bombazo, pero a mi me llamaba cero patatero, porque en mi juventud me había hartado de leer relatos de náufragos en islas desiertas y no creía que esta serie fuera a aportar nada nuevo. Pero claro, Lost era la serie de la que hablaba todo el mundo, con lo que si frecuentabas los círculos seriéfilos era imposible no tragarte algún que otro spoiler: que si los osos polares, que si el humo negro, que si los números, que si la escotilla, que si la iniciativa Dharma, que si los Otros, que si Jacob, que si el barco de Penny, que si la muerte de tal personaje, que si los flashbacks, que si a partir de determinado capítulo los flashbacks pasaban a convertirse en flashforwards... Vamos, que sin haber visto un solo capítulo sabía tanto sobre la serie que podía hablar largo y tendido sobre la misma y convencer a más de uno que era seguidor de la misma Aunque al final fueron los spoilers precisamente los que me dieron ganas de ver la serie: en cuanto supe que en el subsuelo de la isla había un timón y que la isla podía desplazarse en el tiempo y en el espacio me dije: "esto tengo que verlo". Y empecé a ver la serie desde el principio y, a pesar de tener un profundo conocimiento de lo que pasaba en las cuatro primeras temporadas, la disfruté como un gorrino. En primer lugar, porque puede que tuviera información sobre algunos detalles de la trama, pero había muchísimos otros detalles que desconocía. Y porque no es lo mismo saber que en medio de la selva hay una escotilla, que sentir la emoción de ver en directo a Locke arrodillado, golpeando la misma, después de capítulos y capítulos de frustración de personaje, ver la luz encenderse y todo eso acompañado de musicón de Giacchino. No, no es lo mismo. ¿Me chafé alguna que otra sorpresa? Pues sí. A la mayoría de los que vieron la serie totalmente vírgenes se les quedó el culo torcido con el final de la tercera temporada; yo, como ya lo conocía, pues no me pilló por sorpresa, pero eso no me impidió maravillarme por lo brillante de la idea y de su ejecución.
Siempre me ha parecido que la gente concede demasiada importancia al primer visionado, como si fuera el que se disfruta más, y personalmente siempre he pensado que es el que se disfruta menos. El primer visionado siempre se ve contaminado por las expectativas previas, por las ganas de descubrir lo que va a pasar a continuación y por las quinielas que uno va haciendo mentalmente. Pero no es hasta el segundo visionado y siguientes, cuando el espectador ya tiene conocimiento de todo lo que pasa, que el espectador puede relajarse a saborear tranquilamente todos sus ingredientes y a fijarse en todos aquellos pequeños detalles que pasaron desapercibidos en un primer visionado. De hecho tengo una amiga fanática de las novelas de misterio que siempre empieza los libros leyendo el capítulo final porque el conocimiento previo de la resolución del misterio le hace prestar mucha más atención a todas las pistas que hay diseminadas por el relato y disfrutar de la lectura.
Así que sí, una historia puede seguir siendo muy disfrutable aunque ya sepas lo que va a pasar. Si los giros de guión son el único aliciente para seguir una historia es que la historia no es demasiado buena. Dejad de dar la lata a los demás con que se lean los libros o con que rehuyan cualquier información de la serie para preservar la virginidad (sic). Aquí somos todos mayorcitos y responsables de nuestros actos y si alguien quiere leerse la gameofthrones.wikia.com entera antes de ver la serie porque cree que así la va a disfrutar más está en su libre derecho de hacerlo.