KENNETH BRANAGH: actor, director y adaptador

Respuesta: KENNETH BRANAGH: actor, director y adaptador

Para los despistados. Y los que olvidan pronto.

Y muy especialmente, para

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Respuesta: KENNETH BRANAGH: actor, director y adaptador

Dedicado a mi amigo Sorel , que sé que la adora:




Venga , todos conmigo:

Sigh no more, ladies, sigh no more,
  Men were deceivers ever,
  One foot in sea and one on shore,
  To one thing constant never.
  Then sigh not so, but let them go,
  And be you blithe and bonny,
  Converting all your sounds of woe
  Into Hey, nonny nonny.

  Sing no more ditties, sing no mo
  Of dumps so dull and heavy.
  The fraud of men was ever so,
  Since summer first was leavy.
  Then sigh not so, but let them go
  And be you blithe and bonny,
  Converting all your sounds of woe
  Into Hey, nonny nonny.



Tiene todo el sentido del mundo , que Much Ado About Nothing viniese justo después de Peter´s Friends ya que comparten el mismo tema : ambas son un reflejo del ser humano , con sus virtudes y defectos , con sus contradicciones y particularidades.


Pero si Branagh en su anterior película , dejaba patente el lado amargo y muchas veces difícil de asimilar de nuestra propia condición , la comedia del autor isabelino es un alegato a la alegría de vivir , a la necesidad que tenemos todos de amar y ser amados , aunque nos lo neguemos a nosotros mismos , utilizando coartadas tan a menudo patéticas como el orgullo , y el miedo a parecer demasiado vulnerables , todos necesitamos ser queridos ,apreciados y valorados .



La adaptación de Branagh es una de las que mas y mejor abraza esta idea , y lo hace sin complejos , sin miedo al que dirán , con un vitalismo arrollador , estableciendo la acción en la toscana italiana (mostrada casi como un paraíso virginal , donde el hombre retoza y disfruta de la vida alegremente, hasta que el hermano de Don Pedro casi está apunto de destruir esa paz y felicidad ).

Hilando muy fino , se podría decir que existe en esto cierto paralelismo con las escrituras , pero con final feliz: Satanás -Don Juan - es expulsado del paraíso -La Toscana/Mesina, por perturbar la paz , deslizando con su lengua injurias y calumnias sobre los oídos de los hombres, que al final acaban todos vestidos de blanco, a la manera de ángeles que se han ganado su estancia eterna en el Edén.



Por otro lado ,pese a que Branagh no rehuye el lado dramático de la historia, -pues hacerlo seria imposible- , prefiere derivar lo ocurrido hacia una metáfora del perdón -en este caso , de Leonato hacia Claudio y Don Pedro , y utilizar lo ocurrido para afirmar que podemos aprender de nuestros errores y rectificar , que no por errar una vez la vida deja de ser maravillosa.



Todos los actores están estupendos , excepto quizás Robert San Leonard y Reeves , que en todo caso cumplen más que satisfactoriamente.

Atención al delicioso juego de acentos , gracias al gusto de Branagh por la interracialidad en sus obras.

El amigo ken esta estupendo y su ex mujer brinda la que probablemente sea una de las mejores interpretaciones de su carrera . Espléndida es decir poco , y la química con su entonces marido es mas que evidente.


La ristra de secundarios made in Branagh (Brian Blessed , Richard Briers...) están magnificos , como viene siendo habitual .


Ojo al papelito de Doyle , quien por cierto vuelve a demostrar que canta maravillosamente.


La película aunque tuvo un éxito relativo , no fue del todo entendida por la critica estadounidense , que la vieron demasiado blanca e ingenua .



Por último , respecto a la partitura de Doyle , el escocés vuelve a valerse de una lineas acontecidas en un momento puntual (como ya hiciese con el non nobis domine en henry v) -en este caso , la canción sigh no more , para crear un tema de su autoría con el texto , que se erige en leifmotiv absoluto de la historia , y tema central del score (hasta en tres ocasiones , podemos oírlo , siendo mi favorita la segunda , con un elegantísimo plano secuencia recorriendo uno de los jardines , mientras el propio Doyle empieza a entonar la canción y luego, poco a poco se le va sumando el resto del reparto).


El resto de la banda sonora , son deliciosos temas que resaltan el bucolicismo del lugar , con preciosos solos de arpa o de flauta dulce.


No se olvida Doyle de la parte tragica de la historia , donde los violines y los chelos toman protagonismo produciendo notas de profunda tristeza.


No obstante y al igual que la película en si , este trabajo de Doyle no fue tan laureado como "Dead Again" y Henry V" quizá por carecer de la contundencia e intensidad de aquellas , lo que demuestra que los que la criticaron no entendieron absolutamente nada.


En definitiva, obra maestra de sus creadores, y una de las mejores adaptaciones de una de las mejores comedias del autor isabelino .




Os quiero .






Much Ado About Nothing - Sigh No More - YouTube
 
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el escocés vuelve a valerse de una lineas acontecidas en un momento puntual (...) -en este caso , la canción sigh no more , para crear un tema de su autoría con el texto , que se erige en leifmotiv absoluto de la historia , y tema central del score (hasta en tres ocasiones , podemos oírlo , siendo mi favorita la segunda , con un elegantísimo plano secuencia recorriendo uno de los jardines , mientras el propio Doyle empieza a entonar la canción y luego, poco a poco se le va sumando el resto del reparto).
Siempre me pareció un gran acierto el usar el Sigh No More como leitmotiv de la película. Creo recordar que en la obra original sólo aparece una vez, a mitad de la función, y seguramente muchos otros adaptadores, a la hora de tener que recortar el libreto, la hubiesen dejado fuera. Pero Branagh no sólo la conserva, sino que la convierte en el motivo recurrente de la cinta, y la utiliza al comienzo de la función, en el ecuador, y al final, las tres veces con un tono distinto (sugerente al principio, luego lírico y jubiloso al final), muy acorde con sus respectivas secuencias. Ahí es donde se nota el gran trabajo de adaptación.

Sorprende descubrir que la intención inicial de Branagh era rodar la película en decorados, y reforzar más el carácter teatral de la obra, como años más tarde hizo con Trabajos de amor perdidos, pero hay que reconocer que el rodaje en exteriores y en localizaciones reales de la Toscana le beneficia muchísimo a la película. Ese sol tan brillante y esos jardines tan verdes no hacen sino reforzar el optimismo vital de la película, y el paisaje acaba convirtiéndose en un protagonista más sin el cual la película no sería la misma.

En cambio, sí que me parece genial que Branagh reservase esa "artificiosidad" para otros detalles, como hacer que el príncipe Don Pedro de Aragón sea negro :cuniao y que además en el baile de máscaras no le reconozcan, a pesar de que el antifaz no oculta su color de piel (recurso vuelto a usar, aún con más descaro, en Love's Labour's Lost), ese tipo de cosas que tanto poner a parir los espectadores "verosimilistas", pero que a mí me parece genial que Branagh las defienda a capa y espada, incluso en sus proyectos más comerciales (como Thor, con ese dios nórdico negro como Drácula).

La primera peli que descubrí de Branagh y que, de inmediato, pasó a convertirse en una de mis favoritas. Me enamoró tanto, que al día siguiente fui corriendo al videoclub en busca de más pelis suyas, con eso lo digo todo. Y eso que en su día descubrí sus películas dobladas, sin poder apreciar todavía la brillante mezcla de acentos siempre presente en ellas, para desgracia de aquellos retrógrados que todavía piensan que Shakespeare sólo puede ser recitado con perfecto inglés de Cambridge.
 
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Menos mal , ya me había quejado a Sorel de que mis comentarios no tenían feedback , solo agradecimientos.


:D



Gracias .

En efecto , en la obra original , el sigh no more solo aparece una vez y de pasada , cantada por el personaje de Baltasar (quién interpreta Patrick Doyle en la película) . En Henry V , la cuestión es aún más sorprendente , pues en la obra simplemente se dice "los actores alzan la vista al cielo y entonan el non nobis domine") , y únicamente con esa referencia , Branagh y Doyle crearon algo totémico.


Sorprende por cierto , el gusto que tiene el compositor escocés a enriquecer cromáticamente sus obras musicales , creando canciones de un lirismo sobrecogedor , en las que la mayoría de las veces no puede resistirse a sumarse como interprete . (En As you like it , crea otra maravilla , de hecho el papel que tiene en esa película es mas largo de lo que suele ser habitual en la filmografía de Branagh)



Lo de el juego con distintos acentos y razas , es algo digno de estudio. Yo diría que simplemente se lo pasa bomba oyendo como contrastan las diferentes lineas de dialogo , y regocijándose en como a pesar de alterar los personajes originales , el valor de la obra sigue plenamente vigente , lo que supongo le da la prueba definitiva de su atemporalidad (aunque en Love Labour´s Lost además , creo recordar que esto tiene un proposito narrativo)


Desde luego si hay algo de lo que no se puede tachar a Branagh en relación a sus adaptaciones de Shakespeare, es de ser academicista.



Un abrazo.
 
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el escocés vuelve a valerse de una lineas acontecidas en un momento puntual (...) -en este caso , la canción sigh no more , para crear un tema de su autoría con el texto , que se erige en leifmotiv absoluto de la historia , y tema central del score (hasta en tres ocasiones , podemos oírlo , siendo mi favorita la segunda , con un elegantísimo plano secuencia recorriendo uno de los jardines , mientras el propio Doyle empieza a entonar la canción y luego, poco a poco se le va sumando el resto del reparto).
Siempre me pareció un gran acierto el usar el Sigh No More como leitmotiv de la película. Creo recordar que en la obra original sólo aparece una vez, a mitad de la función, y seguramente muchos otros adaptadores, a la hora de tener que recortar el libreto, la hubiesen dejado fuera. Pero Branagh no sólo la conserva, sino que la convierte en el motivo recurrente de la cinta, y la utiliza al comienzo de la función, en el ecuador, y al final, las tres veces con un tono distinto (sugerente al principio, luego lírico y jubiloso al final), muy acorde con sus respectivas secuencias. Ahí es donde se nota el gran trabajo de adaptación.

Sorprende descubrir que la intención inicial de Branagh era rodar la película en decorados, y reforzar más el carácter teatral de la obra, como años más tarde hizo con Trabajos de amor perdidos, pero hay que reconocer que el rodaje en exteriores y en localizaciones reales de la Toscana le beneficia muchísimo a la película. Ese sol tan brillante y esos jardines tan verdes no hacen sino reforzar el optimismo vital de la película, y el paisaje acaba convirtiéndose en un protagonista más sin el cual la película no sería la misma.

En cambio, sí que me parece genial que Branagh reservase esa "artificiosidad" para otros detalles, como hacer que el príncipe Don Pedro de Aragón sea negro :cuniao y que además en el baile de máscaras no le reconozcan, a pesar de que el antifaz no oculta su color de piel (recurso vuelto a usar, aún con más descaro, en Love's Labour's Lost), ese tipo de cosas que tanto poner a parir los espectadores "verosimilistas", pero que a mí me parece genial que Branagh las defienda a capa y espada, incluso en sus proyectos más comerciales (como Thor, con ese dios nórdico negro como Drácula).

La primera peli que descubrí de Branagh y que, de inmediato, pasó a convertirse en una de mis favoritas. Me enamoró tanto, que al día siguiente fui corriendo al videoclub en busca de más pelis suyas, con eso lo digo todo. Y eso que en su día descubrí sus películas dobladas, sin poder apreciar todavía la brillante mezcla de acentos siempre presente en ellas, para desgracia de aquellos retrógrados que todavía piensan que Shakespeare sólo puede ser recitado con perfecto inglés de Cambridge.



No es tan perfecto.... ;)
 
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Dejo aquí un análisis de la labor de Doyle en "Enrique V" que me ha parecido estupendo.


ENRY V (1989)
Patrick Doyle
EMI Records CDC 7 49919-2, 1989.
Duración: 59: 08.


(Por Roberto Cueto): Cuando un joven Kenneth Branagh se atrevió a dirigir y protagoni­zar una nueva adaptación de la obra de Shakespeare Enrique V sabía que la sombra del filme de Laurence Olivier iba a pesar como una losa sobre él. Del mismo modo, cualquier compositor que accediera a trabajar en semejante proyecto tenía otro poderoso antecedente con el que se le iba a comparar ineludiblemente: el score de William Walton para la pelí­cula de Olivier, uno de los monumentos de la música cinemato­gráfica inglesa. Sin embargo, tanto Branagh como su compositor, Patrick Doyle, intentaron no dejarse influir demasiado por el pasado y concebir un nuevo modo de llevar a la pantalla el drama shakespeareano.

Para Patrick Doyle ésta era su primera incursión en el cine, pero no en el mundo de Shakespeare ni en el campo de la música inci­dental, puesto que ya había compuesto partituras para los montajes teatrales de la compañía de Branagh. La sinergia entre director y compositor estaba, pues, ya muy consolidada. Enrique V supuso para ambos un espectacular debut que los consagró de la noche a la mañana.

El acercamiento a la obra de Shakespeare que plantea Branagh es radicalmente opuesto al de Olivier: frente al tono luminoso, optimis­ta y propagandístico de la versión de 1945, Branagh presenta una mirada más sombría y dramática. Incluso la escena de la batalla de Agincourt era recreada en el filme de Olivier con el colorido de una miniatura medieval: no hace hincapié en su aspecto más trágico, sino en su concepto de «hazaña» del pueblo inglés. Pero en los años ochenta, ese «espíritu inglés» de la escuela de Elgar y Walton había desaparecido por completo. La música Doyle está más cerca de las grises, lúgubres tonalidades del pacifismo airado de un Benjamin Britten. Su espectacular inicio, con un motivo en las flautas acompañado por un impresionante ostinato en los contrabajos, introduce una elegíaca variación orquestal del himno Non nobis, Domine, el gran protagonista de la partitura. El propio tema de Enrique (Kenneth Branagh) —metales y áridos violonchelos— es agresivo, implacable, como representando la tenacidad salvaje del rey, antes que insistir, como hacía Walton, en cierto modelo «ideal» de monarca.


Pero donde mejor se aprecia la distancia que separa ambos fil­mes es en la escena de la batalla de Agincourt. La puesta en escena de Branagh es violenta y sanguinaria, con dramáticos ralentís que le confieren la cualidad de un ballet lúgubre donde la música juega un importan­te papel. Frente a la evocación casi simbólica que suponía la batalla en el filme de Olivier, Branagh intenta un acercamiento más realis­ta en el que el espectador vea realmente el lado oscuro de la hazaña y sienta la pérdida de cada uno de los soldados ingleses, que no son meros peones en una estrategia militar, sino seres de carne y hueso. Según el propio Doyle, Branagh trataba de «llevar al espectador al último extremo de la emoción»: no significa esto que desee mostrar una visión totalmente negativa de la batalla (pues sería una obvia contradicción intentar un alegato antibelicista con semejante obra de Shakes­peare), pero sí se trata de acercar al espectador a la batalla, que se implique más en ella y descubra el lado humano de lo épico. En definitiva, que no observe el combate desde la distancia, como sucedía en el filme de Olivier.


La música de Doyle apoya esa concepción de Branagh y está en las antípodas del modo en que Walton resolvía esa escena, con su len­guaje épico y brillante, totalmente ajeno a cualquier intento por acercarse a los sonidos «reales» del combate. Doyle busca ese realismo a tra­vés del empleo de los bhodroms, un tipo de tambores contem­poráneos a la época en que se desarrolla la escena y que crean un preludio ominoso a la violencia que está por venir. La música se vuelve más cálida durante la famosa arenga de Enrique a las tropas, con un bellísimo motivo que representa al pueblo inglés en las sua­ves sonoridades del viento y la cuerda, hasta que regresan las agre­sivas figuras en los registros graves de la cuerda para acompañar las brutales imágenes de la batalla. Sin embargo, el pasaje musical que le dio a Doyle la fama es el impresionante himno que había intro­ducido en los genéricos, pero que ahora es desarrrollado en todo su esplendor, el Non nobis, Domine: tras la batalla, Enrique empieza a recorrer el campo en un elaboradísimo plano secuencia y uno de sus hombres (el propio Doyle, que también interviene como actor) comienza a cantar el himno a cappella; pronto se unen otras voces a medida que el plano se hace general, hasta que la orquesta se une a los coros para llegar a un rotundo crescendo que se combina con un gran plano final del campo repleto de cadáveres. Es quizá uno de los más grandes momentos épicos del cine de las últimas décadas, un glorioso réquiem concebido en los niveles visual y sonoro como un oasis en la narración, un pasaje con entidad propia por su belleza plástica y musical.


Pero Doyle tampoco olvida a sus ilustres predecesores y la tra­dición de la que parte su música: su composición para la muerte de Falstaff no trata de competir con la célebre passacaglia que Walton compuso para esa escena, sino, al contrario, rendirle un homenaje con una deliciosa y serena pieza en la más pura tradición post-elgariana. Lo mismo ocurre en la escena del compromiso con Kathe­rine (Emma Thompson) o el discurso final de Enrique, un cierre de esperanza y luz en un filme hasta entonces más bien sombrío, ahora arropado por esas bucólicas tonalidades de la mejor música cinematográfica inglesa. Fiel a esa tradición pero buscando darle un nuevo sentido, Doyle iniciaba así su carrera cinematográfica, una de las más intere­santes de la década de los noventa.•
 
Respuesta: KENNETH BRANAGH: actor, director y adaptador

Y dejo la crítica de la película en si , del mismo sitio.


LA ÓPERA PRIMA DE BRANAGH

Por Antoni Peris i Grao

Hay en el cine de Kenneth Branagh (en su obra, si contamos sus interpretaciones y, tal vez, en sus creaciones en escena) una tendencia a la desmesura (1). Una tendencia que crece de lo más molesto a lo más excelso, una desmesura que acaba con todo en forma de grand guignol histérico en Frankenstein de Mary Shelley (1994) y que cuadra totalmente con la situación dramática y la obsesión del príncipe danés en la espléndida Hamlet (1996). Enrique V, su primera obra cinematográfica, luce ya esta tendencia al exceso con orgullo.


Aunque la obra de Shakespeare ha sido versionada ampliamente, de Akira Kurosawa a Jean-Luc Godard, de Aki Kaurismäki a Peter Greenaway, eran dos los autores que proyectaban su sombra sobre Branagh cuando diseñó la obra.

Por una parte, cómo no, Orson Welles que ya adaptó algunas escenas de Enrique V en Campanadas a medianoche (1965). Por otra, un autor —intérprete de larga trayectoria en Inglaterra—, Sir Laurence Olivier (2). El reto de Branagh no consistía en hacer un Enrique V superior al de sus predecesores sino superar a Olivier, emblema inglés oficial del bardo en la pantalla (por delante de otros distinguidos actores shakespearianos como Sir John Gielgud).

En tanto que Olivier se esforzó por «desteatralizar» una obra que ya de por sí favorece la planificación en exteriores y grandes escenas de batalla, Branagh siguió una estrategia de relectura en la que no renuncia a lo teatral en interiores y apuesta claramente por el trabajo de Welles para los exteriores.


En cuanto a lo primero, el cineasta irlandés recurre a un distanciamiento basado en la crónica de un «coro» que puntúa la evolución de la campaña bélica (el también shakesperiano Derek Jacobi), utiliza siempre espacios cerrados (las salas capitulares en los castillos, la habitación de Katharine, la tienda de los nobles franceses antes de la batalla) o bien utiliza encuadres cerrados, manteniendo la sensación de escenario, algo con lo que romperá magníficamente en su uso del scope en Hamlet.

Respecto a Welles, se permite diversos flash- backs en las escenas en que aparecen los personajes de Las alegres comadres de Windsor y, por tanto, de Chimes at Midnight, de Falstaff a Nell, de Pistol a Bardolph. Más allá de la referencia textual, Branagh recurre a la imaginería del barro en el campo de batalla y las imágenes parcialmente encuadradas, remarcando la confusión que el autor de Sed de mal empleara con un sabio uso del montaje. Sin embargo, Kenneth Branagh cae aquí derrotado por un abuso del ralentí que no aporta nada a la narración.


El triunfo de Branagh llega, en parte, gracias a la formidable interpretación de un elenco de actores (impresionante Ian Holm como el capitán galés Fluellen) a los que lidera el mismo director en un papel confeccionado a su medida, que combina la pasión con la humildad. El Harry que delinquió con Falstaff, con Pistol, con Bardolph o con Nym no ha desaparecido del todo; quedan su astucia y su habilidad. Pero éste las utiliza para que él y el reino del que ha tomado las riendas salgan triunfantes.

Será responsable directo de la muerte de uno de ellos y sobrevivirá a otros al asumir las responsabilidades de la corona como nadie esperaba. Sin embargo, existe algo más potente en este Henry V que la interpretación por sí misma. Se trata de la escenificación de la formidable arenga que el rey dedica antes de la batalla a toda la tropa. Un discurso que reconociendo la inferioridad de condiciones y la probable derrota es llevado por Shakespeare hacia la más alta gloria, caso de que los escasos soldados ingleses (The Happy Few) derroten a los orgullosos y sobrados ingleses.

Branagh se esmera aquí en la puesta en escena: Inicia el discurso en un traveling, siempre apoyado por los violines de la espléndida banda sonora de Patrick Doyle (su compositor de cabecera) y lo continúa con contrapicados y picados que magnifican al Rey Harry, a la par que lo sitúan al mismo nivel que sus compañeros. Es éste el gran secreto de la obra que Branagh ha tratado de preservar. Harry England denomina al rey inglés un preocupado Duque de Borgoña (3). Por que Shakespeare encarnó en este Harry, hijo ignorado de Enrique IV, compañero de la plebe en su adolescencia, el líder natural que Inglaterra deseaba tener. Un noble por nacimiento pero trabajador por solidaridad. Un Working Class Hero que lleva a sus conciudadanos de la lucha diaria al campo de batalla para saborear juntos la sangre, el riesgo y la victoria. No hay valoración moral de la relación de los nobles con el pueblo ni análisis histórico de la realidad. Shakespeare compone y Branagh asume una obra nacionalista que reivindica tanto a Inglaterra como el orgullo de serlo.


Si Branagh seleccionó por un motivo concreto esta obra para su debut, ésta fue sin duda la razón principal. El tour de force que efectúa, de la contención a la fiereza, culminando en la escena del discurso del Día de San Crispín, le permite el lucimiento y justifica toda la película. Aquí la desmesura le va como anillo al dedo y se corresponde perfectamente con la trama. Cuando Harry ensalza a este «pequeño afortunado grupo, esta banda de hermanos» nos hace desear que hubiéramos sido partícipes del fragor de la batalla de Agincourt.•

(1) Una desmesura ausente en Mucho ruído y pocas nueces un divertimento clásico de altas cotas de calidad o En lo más curdo del crudo invierno (1995), una de sus mejores obras y la más olvidada de las estrenadas entre nosotros pero que malograba la hithcockiana Morir todavía (1991), un tropezón que amenazó con acabar prematuramente con su carrera como director
(2) Cuyos pasos en cierto modo sigue nuevamente al efectuar un remake de La huella que interpretó frente a Michael Caine en la cinta de Manckiewicz de 1972.
(3) Paul Scofield, otro veterano actor inglés que fuera decapitado como Tomas Moro por Enrique VIII en Un hombre para la eternidad de Fred Zinnemann.
 
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A mi Frankenstein me parece el horror, es la unica junto a la huella que no me gusta de kenboy.

Y es que a veces a kenboy, director excelso de actores, se le escapa algun histrionismo barato como el keaton de mucho ruido y pocas nueces o casi todo el cast de frankenstein. Es curioso el ver como acopla unas interpretaciones geniales y milimetricas como en hamlet o en Enrique V y luego un horror como en Frankenstein. Pero es que los genios tienen eso a veces. Cada Lennon tiene su ono yoko, you know.
 
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Not everybody likes licorice, but the people that like licorice, love it.

Jeff Pinkner
 
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Not everybody likes licorice, but the people that like licorice, love it.

Jeff Pinkner


"Specially, when it's licorice".

Liverpoolian myopic punk.
 
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No os metais con Yoko Ono , maldita sea...


Sobre Frankenstein ... Regaliz, regaliz everywhere no, I-chan ? Pues eso.



Y el histrionismo no es malo per se , pero ya me callo.
 
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gracias por tu entusiasmo, Gary, me vas a hacer revisar... en todo caso (no tenemos hilo Shakespeare?) yo, donde esté el Falstaff wellesiano (My king! My Jove!), que se quite todo.

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Respuesta: KENNETH BRANAGH: actor, director y adaptador

Welles hizo fantásticos Shakespeare´s sin hacer Shakespeare´s lo cual es acojonante a todos los niveles .

El academicismo de Olivier, (aunque en realidad solo en parte eh , mirad si no ese to be or not be en off en su Hamlet o el sorprendente en todos los aspectos Richard III) me chifla , pero el golpe en la mesa que dio Branagh con este Henry V , película que por otra parte hizo que me enamorase del cine , aun me deja noqueado.


La película y su relación/dialogo con su partitura es grandiosa . No parece , desde luego la obra de un director y de un compositor primerizo . No todos obtienen matricula en su debut , y en mi opinión Branagh y Doyle lo hicieron .



Para los que se lamentan de la perdida del Branagh que en los 90 deslumbró al mundo , su As you like it es otra cumbre (Love Labour´s Lost también , pero entiendo que mucha gente no lo vea así). Lástima que pasase tan desapercibida en su momento.
 
Respuesta: KENNETH BRANAGH: actor, director y adaptador

Yo la mayor pega que le veo a As You Like It es que todo lo bueno que tiene esa peli ya estaba en los anteriores Shakespeare de Branagh. Me explico: desde Henry V hasta Love's Labours Lost, cada Shakespeare de Branagh es radicalmente distinto a los anteriores, y cada uno tiene su propia personalidad. Sin embargo, a Cómo gustéis la veo como una mezcla de elementos de todas las anteriores (por ejemplo, el epílogo no deja de ser una reformulación del prólogo de Enrique), sin llegar a diferenciarse radicalmente de ellas, ambientación japonesa aparte.
 
Respuesta: KENNETH BRANAGH: actor, director y adaptador

Cierto , pero aún repitiendo esquema , ¿coincides en que dentro de la repetición , alcanza la brillantez?



El epílogo es AMOR ,aun así.


Y la partitura de Doyle calla a todos los que dijeron que no había vuelto a ser el mismo después de superar su leucemia ...
 
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Respuesta: KENNETH BRANAGH: actor, director y adaptador

Normal que le eligiera como compañero en Wallander y luego le recomendara a Marvel para el papel de Loki.El chaval me parece buen actor y espero mucho de él en los próximos años.
 
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Yo no llamaría académico a Olivier, ni en parte ni en disparte, de hecho todo lo contarrio. Como interprete, ya desde su juventud, deslumbró y revolucionó en escena, rompiendo con tradiciones anteriores, juvenil, agresivo, atlentico, sus interpretaciones eléctricas y dinámicas (su Otello es una tormenta imparable), . Hamlet, como film, con sus movimientos de cámara y supuesta en escena otorgó a Shakespaere en pantalla un dinamismo extraordinario, en su día dejó al publico atolondrado, y Ricardo III, recortado y reddistribuido con talento impecable, tiene un flujo filmico apasionante, amén de ser visualmente apabullante y con intenciones de depurar al Bardo filmicamente como una pelicula de epoca más. Otra cosa es que las tradiociones siempre cambien, los estilos siempre vayan por praderas sin descubrir, pero Olivier fue un innovador y en muchos aspectos un visionario, auqnue estos elementos hoy día sea más difíciles de contemplar a ojo desnudo.

De hecho se parece bastante a Branagh en cuanto a que quiso revitalizar a Shakespaere llenandolo del gozo que conlleva; si una gran virtud tiene casi todo el Shakespaere de Branagh, es buscar en su obra todos los elementos lúdicos, alegres, felices, naturales, reproducir lo que Shakespaere debió ser para su publico en su día, no un anacrónico Dios de todos los escritores que habla en inglés viejo en verso yq ue te obligan a parender en clase como si fuera la tabla periódica de los elementos, sino algo vivo, divertido, lleno de suspense, de shock, de epifania, emocionante, emotivo, triste, alegre, no una estatua de marmol fria y muerta que venerar como un idolo, sino una fuente fresca de alegría que nunca se agota.

Y lo consigue con enorme gracia y talento. Su Shakespeare llega, con mucha fuerza, con mucho sentimiento, y lo hace usando bastante las propias herramientas del bardo auqnue es inevitable que alguna spequeñas interpretaciones haya que hacer por el camino. POrque en teatro es bastante más fácil dejar que el poeta sea el que hable, que se exprese a si mismo con un mínimo de intromisón que siempre es necesaria, pero en cine la interpretación del texto siempre es mayor, mucho mayor, puesto que el cine s un medio completamente diferente y el resultado ha de ser, por fuerza, una mirada completamente distinta, y muchas veces se ha dado peso mayor al Shakespaere coronado entre la snubes y menos al Shakespaere guiñando u ojo entre nosotros con una buena cerveza en la mano. Aquel Shakespaere de quien Voltaire dijo que era demasiado vulgar para recomendarselo a sus alumnos, aunque fuera uno de sus más importantes redescubridores, aquel lado Benny Hill del poeta que misteriosamente desapareció en mucha sde la straducciones durante un par de siglos.

En cuanto a Olivier, aunque ser academico no es desgarro ni insulto, no creo que le pegue. No buscó mayor naturalidad como la buscó Branagh, quizás porque eran otros tiempos, y auque hoy parezca añejo, a pesar de aquella broma con Dustin Hoffmann sobre los actores de metodo, bien mirado, más allá de las apariencias, sigue siendo un interprete vital, vigoroso, fresco y siempre, siempre joven. Para mí, Olivier es siempre nuevo, y siempre, mágico.
 
Respuesta: KENNETH BRANAGH: actor, director y adaptador

Comste que adoro a Olivier , pero tengo que revisionar . Leerte , por supuesto , es casi una catártico , aún más en la discrepancia . ;)



De fondo: lalalaala (cantando) , ¡ Di , que si Sorelín , Branagh es maravilloso , pero Olivier también .

Sorelin ....


Tu quieres que nos retire el saludo, ¿verdad?




:mparto
 
Respuesta: KENNETH BRANAGH: actor, director y adaptador

Es que olivier fue precisamente uno de los mayores innovadores de la escena britanica en su tiempo, especialmente en shakespeare. Algunos de sus montajes de Hamlet, Othello o Macbeth fueron de lo mas innovador del momento, frente al mas clasisismo de Gielgud o Richardson.

Branagh es grandioso, Olivier era sir Laurence. con eso esta todo dicho. Insuperable, you know. No ha existido en el teatro britanico mejor actor que Sir Larry.
 
Respuesta: KENNETH BRANAGH: actor, director y adaptador

Bueno, Kenneth ya es Sir también :cortina
 
Respuesta: KENNETH BRANAGH: actor, director y adaptador

Y Caballero Comendador del Imperio Britannico , nombrado recientemente junto a Kate Winslet.
 
Respuesta: KENNETH BRANAGH: actor, director y adaptador

Pero Olivier fue sir antes.

Y que Branagh sea sir no es cualquier cosa. y encima caballero comendador. Solo los muy grandes consiguen la doble condecoración. Keneth es mucho keneth.
 
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