Respuesta: KICK-ASS de Matthew Vaughn
Resulta curioso comprobar cómo a Kick-Ass, quijotización del superhéroe, le ha pasado lo mismo que al ingenioso hidalgo: lo que en los textos originales es una crítica despiadada contra la posibilidad de que en el mundo real pudieran darse efectivamente conductas caballerescas / superheróicas, acaba reinterpretándose hasta que al final se le da la vuelta a la tortilla y el protagonista acaba siendo la figura a reivindicar. Le ocurrió al Quijote con los románticos, que lo reinventaron como icono idealista de una pieza, ignorando la evolución psicológica de un personaje que, a fuerza de palos, recobra la sensatez SPOILER ya casi en el lecho de muerte. Y le ocurre lo mismo a Kick-Ass con Vaughn.
Espoilers del comic y la peli:
Se trata de una adaptación cobarde como ella sola, eliminando los puntos más calientes del comic, no ya sólo en lo que se refiere al anticlímax personal del protagonista (que sale sin aprender NADA), trastocado aquí en victoria convencional y plana, sino también en lo concerniente a las figuras de Big Daddy y Hit Girl, que quedan reducidos a figuras que reparten molonamente, a iconos; cambiar el origen de BD constituye la traición suma a la esencia de la obra original, que Millar definió como “canto neo-con”: el deseo de poder hacer lo que quieras, sin leyes que te restrinjan y amparado en el anonimato, sin consecuencias. Nótese como no digo “tomarse la justicia por su mano”, dado que eso en el cómic no existe; en su lugar nos encontramos con la necesidad de “tener un villano” que redondee la peligrosa fantasmada de Big Daddy. Fantasmada que en la película se convierte en realidad y que, paradójicamente, nos da la mejor secuencia de la misma: la animación-pero-no de unas viñetas de Romita Jr.
Para terminar, atacar la fotografía chiclosa, la bochornosa secuencia shoot ‘em up y el tarantinismo mal digerido (¡Morricone! ¡Pues claro!). Es de justicia salvar a Nicholas Cage, que hace una imitación de Adam West cla-va-da. El momento en el que aparece pintándose los ojos en el espejo (algo que el supuestamente realista Nolan no muestra en sus Batman) apunta maneras desmitificadoras, pero se queda en el chiste.