Homenaje
La memoria viva de Mercero
El cine español rinde homenaje al autor de películas y series que forman parte de nuestra memoria sentimental Enfermo de Alzheimer, el director recibe la próxima semana el Goya de Honor
05.02.2010 - EL CORREO
OSKAR L. BELATEGUI
Antonio Mercero rodó hace un par de años su último largometraje hasta la fecha, '¿Y tú quién eres?'. Decía que el drama de un amigo, aquejado de Alzheimer, le había llevado a contar la historia de unos abueletes que empiezan a no poder valerse por sí solos. En una ingrata ironía del destino, Mercero ha acabado padeciendo la misma enfermedad. Albert Espinosa, guionista de 'Planta 4ª', cree que el director ya sabía lo que se le venía encima y decidió despedirse del cine hablando del Alzheimer cuando todavía tenía memoria. «Lo ocultó por esa modestia que ha impedido que esté entre los más grandes». Su familia todavía no sabe si el próximo 14 de febrero recogerá en persona el Goya de Honor.
El cine español rinde homenaje al autor de películas y series grabadas a fuego en la memoria sentimental de varias generaciones. Con su melena blanca y sus gafas de formato panorámico, casi tan reconocibles como el puro de Chicho, el huracán Mercero (Lasarte, 1936) no sólo es querido en la profesión. Le paran por la calle para decirle que ha hecho feliz a mucha gente con 'Verano azul' y 'Farmacia de guardia'. Que todavía sufren con José Luis López Vázquez en esa cabina de la que no puede escapar. Que echan de menos la botica más bulliciosa de televisión. Que montan en bici y no pueden evitar silbar aquella tonadilla con olor a Mediterráneo.
«Lo que se ve de Antonio a primera vista es Antonio, no tiene dobleces», alaba Álvaro de Luna, que presume de ser amigo suyo desde hace cincuenta años. Primero trabajó a sus órdenes de especialista y después como actor en 'El tesoro' -«una película maldita»- y 'Farmacia de guardia', una serie que devoraban 11 millones y medio de españoles. «Fíjate si Antonio es moderno que en 'Farmacia...' se anticipó a reflejar todos los problemas de la sociedad: el maltrato, los marginados, el 'top manta'... Nunca he hablado de política con él, pero intuyo que es conservador. Y sin embargo, aceptaba que aquella pareja protagonista era de tres, una modernidad para la época. Podía más la naturaleza humana que los celos. Y eso es muy Mercero».
Juan Luis Galiardo ha sido socio de Mercero en la productora de otra serie inolvidable, 'Turno de oficio', además de protagonista en 'Espérame en el cielo' y 'Don Juan, mi querido fantasma'. «Le estoy muy agradecido porque mató mi imagen de galán y me dio una nueva con 'El Chepa' que dignificó mi carrera. Además, descubrimos a mi grandísimo amigo Juan Echanove». Galiardo piensa en Mercero y le viene una imagen a la cabeza: «Me veo en una discoteca de Madrid, después de un día de rodaje en la primera temporada de 'Turno de oficio'. Es de madrugada y estamos bailando Antonio, Echanove, Carme Elías y yo. Siempre ha sido un gran caricato, un 'showman' nato».
Un Emmy español
Medio siglo lleva Antonio Mercero Juldain perfeccionando los resortes de la emoción. De los Marianistas de San Sebastián pasó a la Facultad de Derecho vallisoletana. Y de ahí a la Escuela Oficial de Cine en Madrid, de donde salió director en 1962. Hizo de todo en Televisión Española y el Nodo, desde documentales de la Real Sociedad y el Orfeón Donostiarra a viajes por Cuenca y elegías por el circo Price. Ponía música de Bocherini a los partidos de fútbol y rodaba el tráfico de Madrid como si fuera una corrida de toros.
Encontró pronto el secreto para conectar con el público. Tras las 'Crónicas de un pueblo' -la serie costumbrista pionera de nuestra televisión-, consiguió el primer Emmy para España gracias a 'La cabina'. Llenó los cines con 'La guerra de papá' y 'Tobi', que ya dejaban clara su complicidad con los niños. Juan José Ballesta tenía trece años cuando protagonizó 'Planta 4ª, la odisea cotidiana de unos chavales enfermos de cáncer. «Antonio es un tío de puta madre, buena gente», zanja 'El Bola'. «Sabe tratar a la gente y llevar a los actores, todo lo que le digas le parece bien. Está hecho para dirigir».
Ballesta recuerda aquel rodaje como una fiesta. Le raparon la cabeza y no se quitó la pulsera con su nombre y el grupo sanguíneo, un souvenir del quirófano de Oncología. «Nos cargábamos de electricidad las manos haciendo carreras con las sillas de ruedas y dábamos calambrazos a la gente. Y Antonio siempre sin inmutarse, un señor, a su rollo. Parece de campo. Le he visto hace poco en un estreno y sigue igual que siempre». El actor prepara estos días 'Planta 5ª' bajo la batuta de Albert Espinosa, que recupera aquellos chavales todavía convalecientes pero ya fuera del hospital. Espera que Mercero se pase por el rodaje «y dé el visto bueno».
Álvaro de Luna visitó a su amigo en navidades para degustar una botella de vino blanco fresquito. «Lo encontré guapísimo. Ha adelgazado porque tiene un régimen muy severo, pero sigue igual». El inolvidable 'Algarrobo' destaca que Mercero es de los pocos directores a los que les gusta de verdad trabajar con los actores. «No les tiene miedo. Él mismo interpreta todos los papeles para decirte lo que quiere, yo creo que tiene algo de actor frustrado». De Luna pone un ejemplo de por qué hay una rara unanimidad en la profesión a la hora de halagar al cineasta: «Cuando estábamos en 'Farmacia de guardia', la cadena presionó para que me fuera a América a rodar la segunda parte de 'Curro Jiménez'. Antonio me llamó un día y fue sincero. 'Me han dicho que no escriba para ti'».
Juan Luis Galiardo siente envidia de la «familia maravillosa» que Mercero ha formado junto a su mujer Isabel, a la que conoció cuando estudiaba en Valladolid. «Ha creado un hogar con seis hijos, un entorno que deja claro su amor por el ser humano». También apunta su condición de director de actores. «Hay directores técnicos a los que el actor estorba, intelectualizan las historias y preferirían tener robots, muñecos animados. Antonio ama a los actores, ha tenido la capacidad de sacar lo mejor de mí y de todos los intérpretes con los que ha trabajado».
Tamborrada donostiarra
Albert Espinosa estaba predestinado a trabajar con Mercero. El primer día que el dramaturgo catalán entró en el hospital con cáncer vio 'Tobi'. Y el día que hizo la fiesta de despedida antes de que le cortaran la pierna bailó por última vez un bolero, 'Espérame en el cielo'. «Antonio defiende que el cine tiene que tener humor y dolor. Para él, la ternura es un bien de nuestra sociedad, aunque esté perseguida, por eso han tachado su cine de ternurista. Un día me contó que existen los diez terroristas más buscados y los diez ternuristas más buscados, con Chaplin a la cabeza. Él me ha enseñado que ser ternurista es un halago».
Antonio Mercero sigue pidiendo consejo a un cuadro gigante de John Ford que cuelga en su salón. Recuerda sus películas y los clásicos del cine dependiendo del día. Sigue riéndose con ganas. Si será gamberro, que cuando le eligieron presidente de la Academia de la Televisión se trajo la Tamborrada donostiarra a su toma de posesión. Ha tenido que contemplar perplejo cómo sus 'Crónicas de un pueblo' devenían 'Crónicas Marcianas'. El Goya de Honor culmina «50 años de películas hechas con amor y honestidad», como agradece su familia. Álvaro de Luna se queda con Mercero en la recepción de un hotel, gritándole al actor, exhausto tras un día de rodaje: «¡Que no hay jamón, Alvarito!».
. Al menos podrá disfrutar de los homenajes mientras aún conserve lucidez. Mercero es un tipo que yo creo que es imposible que no caiga bien, recuerdo una entrevista que le hizo Pedro Ruiz en su programa hace más de 10 años, y tenía pinta de ser una persona muy divertida y alegre. Precisamente, aquella entrevista venía a raíz del estreno de "La hora de los valientes", aquella sobre la Guerra Civil que protagonizaba Gabino Diego, el cual hacía de anarquista. Mercero comentó que, paradójicamente, su padre fue asesinado durante la Guerra Civil por una milicia anarquista. Me pareció impresionante que, habiendo ocurrido eso, él hiciese una película donde el bueno era un anarquista, lo cual supongo que dice mucho de Mercero como persona.
