La situación entre JxS y la CUP era bastante absurda. Era como un fast&furious a ver quién es el primero que se aparta.
Era evidente que cada partido estaba dispuesto a ceder, pero cada uno esperaba que lo hiciese el otro.
Por otra parte, había que guardar las formas, ya que una cesión gratis subiese sido interpretada como un chantaje vil, hubiese sido muy criticada por el electorado, y hubiese dificultado mucho la legislatura.
Finalmente han cedido los dos. Y aunque en el acuerdo se ha incluido un reconocimiento explícito de un error por la excesiva beligerancia de la CUP sobre el presidente, nadie puede darse por derrotado. La muestra es que no se aprecian rencores en las filas indepes, y si alguno queda se iran limando con el paso de los días.
Se ha superado un obstáculo más.