La prohibición de las estelades es un paso más en la deriva hacia la estulticia absoluta del gobierno. Lo malo es que esa estupidez creciente va acompañada de un autoritarismo sectario que me parece bastante peligroso.
Meter en la cárcel a titiriteros y prohibir la exhibición de determinadas banderas con una interpretación delirante de la ley, no sólo son muestras de mentecatez, sino que son un ataque a la libertad de expresión.
Si yo fuera a la final (a punto he estado, me tocaron entradas), no llevaría una estelada y tampoco pitaría ningún himno, pero no me cabe en la cabeza que se pueda prohibir porque al gobierno de turno "no le gusta".
El estar en desacuerdo con algo no justifica su prohibición, el franquismo sociológico sigue enquistado en buena parte de la sociedad española y, claramente, en muchos miembros del gobierno y del PP.
El mismo que desprecia públicamente a los hijos de víctimas de la guerra civil, diciendo que quieren desenterrar a los abuelos para pillar una subvención.
El mismo que tolera apologías del franquismo día sí, día también (la más reciente, la proyección de las imágenes de Franco y Himmler). Sin ir más lejos, para éste sábado la misma delegada del gobierno ha autorizado esta
manifestación.
Por higiene democrática, ese partido debería pasar una buena temporada en la oposición.