Si todo el mundo tuviera la cabeza en su sitio, no habría mayor problema, se protestaría, la gente se manifestaría, se intentaría presionar para ejercer el voto y si no, pues a casa. De hecho si yo viviera allí, y quisiera votar, no me jugaría mi integridad física.
Ni yo, ni el 99.99% de la gente. Ni los propios mossos, que deberían valorar si impedir que la gente vote, puede ser contraproducente.
La solución más inteligente sería tolerar que se realice el referendum, y luego -si quieren- perseguir judicialmente a quien consideren. Pero impedir por la fuerza que la gente vote, desplazando a 7000 efectivos desde toda España, es una animalada. Si se lía, el gobierno será corresponsable.