Niños de 16 años hablan del Estado Franquista.
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La Diada 2012, ¿un antes y un después?
- Autor Run-Run
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krell4u
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Llamar fachas desde el iPhone tras aparcar el Audi en casa. Da para un relato novelesco de Dedéu...
Txema5
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Por cierto, santo ridículo lo de los doscientos alcaldes manifestándose con el lema "Freedom Political Prisioners" por aquellos lares. De vuelta a la manzana y vuelta a casa esta noche. 45 minutos de paseo, foto y a casa. 
Mientras tanto el Sr. Josep Bou en representación de La Asociación Empresaris de Catalunya y dentro del Parlamento Europeo, ha dado una conferencia en paralelo donde han mostrado las miserias que han y están trayendo estos fanáticos intransigentes. Ni que decir que el efecto causado en la opinión pública ha sido x1000000 respecto a los personajes de vuelta a la manzana que han entrado en el catalogo de frikies de primer orden (tienen mas futuro en el salón del comic).
Un abrazo!
Mientras tanto el Sr. Josep Bou en representación de La Asociación Empresaris de Catalunya y dentro del Parlamento Europeo, ha dado una conferencia en paralelo donde han mostrado las miserias que han y están trayendo estos fanáticos intransigentes. Ni que decir que el efecto causado en la opinión pública ha sido x1000000 respecto a los personajes de vuelta a la manzana que han entrado en el catalogo de frikies de primer orden (tienen mas futuro en el salón del comic).
Un abrazo!
internacionalizar el... ridículo.
a Bélgica.
Jesse Custer
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Si mañana llego tarde a trabajar por la huelga, bueno son cosas que pasan. Pero como después de 13 horas fuera de casa no pueda llegar a mi pueblo, twittearé como si no hubiera mañana.....
Aquí la "culpa" no la tiene TV3, en ese caoso la tendrían los padres!!!!!
Yo como padre, sé lo que mi hijo puede y no puede ver, jamás se me pasaría por la cabeza adoctrinarlo en cualquier idea política, por mucho que me lo diga una TV, como padre, tengo una responsabilidad y no es la de enseñar a odiar.
El padre-madre que le mete éste tipo de ideas a un niño, tiene que estar muy mal de la cabeza.
Cuando mi hijo me ha preguntado qué pasa en Cataluña, le digo la verdad, que hay algunos que se quieren separar de España y otros no, no entro en si unos son "los malos" o los otros, sólo que hay diferencia de opiniones y como tal, hay que respetarlas.
Txema5
Miembro habitual
En eso no estoy de acuerdo. Yo por ejemplo dejo a mi hija viendo Clan, y de repente veo que en Clan sueltan una doctrina política. La culpa no es mía, quien me iba a decir a mi que en la programación infantil de mi hija, un loco/os hijo de puta/as van y cuelan eso. La culpa es de la cadena.
La culpa sería de los padres si esa vomitona mental la sacaran en horarios no para menores y la viesen los niños. Ahí si los culpables seriamos los padres.
Un abrazo!
Pereirano
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Proceso masturbatorio
Si hablamos de sentimientos, sentí pena cuando Marta Rovira se echó a llorar ante las cámaras por el encarcelamiento de Oriol Junqueras y los demás exconsellers; pero también sentí asco. No por ella, sino por mi repugnancia a ese tipo de emociones asociadas a la política. Y por el carácter masturbatorio que detecto en el procés. ¿Cómo se han podido meter esas personas ahí, en esa poza de mermelada tan densamente sentimental?
No me tomo a broma sus lágrimas, ni las de Rovira ni las de quienes lloran en las concentraciones independentistas; porque no me parecen lágrimas cínicas sino auténticas. Pero resultan embarazosas porque son la efusión de un proceso íntegramente autorreferencial. Están atrapados en el bucle melancólico de que hablaba Jon Juaristi, que en el caso del nacionalismo catalán es también narcisista, sadomasoquista y pasivo-agresivo. Cuesta (e incluso duele) hacer estas afirmaciones tan tajantes, poniéndome de psiquiatra. Pero a estas alturas está todo claro, obscenamente claro... El espectáculo de estos meses ha sido de una transparencia atroz.
Nuestros separatistas tienen un concepto tan elevado de sí mismos que no se pueden permitir reconocer el odio que sienten. No les cuadra verse tan altos y ser tan bajos. Entonces proyectan ese odio de manera especular, y lo que perciben es que sus odiados son quienes les odian. El odio (falso) con que dicen que les odiamos es el odio (real) con que nos odian. (Y en esta primera persona del plural incluyo a los catalanes que se sienten españoles).
Sin el odio no se explica lo que nos han hecho, lo que nos están haciendo. Ese desprecio pasmoso por nuestra democracia, por nuestra Constitución, por lo que somos y representamos. Ese deseo de hundirnos y arruinarnos (como se lee en los infames tuits de Llach, Mainat o Moliner), esa pulsión por trazar la frontera (como hizo Terribas en TV3 en el minuto en que la independencia parecía que iba a funcionar: “Conectamos con el extranjero, con nuestro corresponsal en Madrid”). Desde el otro lado –desde nuestro lado– no hay una agresividad ni una retórica equivalentes. Solo hemos reaccionado a su agresión, desde el Estado de derecho y por el Estado de derecho. Pero nuestra respuesta legítima la introducen ellos nuevamente en su circuito cerrado y la procesan como odio: su propio odio rebotado. Es un engranaje infernal.
Me gustaría que no llorara nadie. Pero no se me ocurre otro modo digno de evitarlo que no sea el de sacar a esas personas del chantaje que se están haciendo a ellas mismas. El chantaje, por supuesto, es a nosotros; pero ante todo a ellos: los independentistas son víctimas, por lo mal que lo pasan. Su victimismo es real a este respecto. Son víctimas de sí. De su propia estafa.
Si hablamos de sentimientos, sentí pena cuando Marta Rovira se echó a llorar ante las cámaras por el encarcelamiento de Oriol Junqueras y los demás exconsellers; pero también sentí asco. No por ella, sino por mi repugnancia a ese tipo de emociones asociadas a la política. Y por el carácter masturbatorio que detecto en el procés. ¿Cómo se han podido meter esas personas ahí, en esa poza de mermelada tan densamente sentimental?
No me tomo a broma sus lágrimas, ni las de Rovira ni las de quienes lloran en las concentraciones independentistas; porque no me parecen lágrimas cínicas sino auténticas. Pero resultan embarazosas porque son la efusión de un proceso íntegramente autorreferencial. Están atrapados en el bucle melancólico de que hablaba Jon Juaristi, que en el caso del nacionalismo catalán es también narcisista, sadomasoquista y pasivo-agresivo. Cuesta (e incluso duele) hacer estas afirmaciones tan tajantes, poniéndome de psiquiatra. Pero a estas alturas está todo claro, obscenamente claro... El espectáculo de estos meses ha sido de una transparencia atroz.
Nuestros separatistas tienen un concepto tan elevado de sí mismos que no se pueden permitir reconocer el odio que sienten. No les cuadra verse tan altos y ser tan bajos. Entonces proyectan ese odio de manera especular, y lo que perciben es que sus odiados son quienes les odian. El odio (falso) con que dicen que les odiamos es el odio (real) con que nos odian. (Y en esta primera persona del plural incluyo a los catalanes que se sienten españoles).
Sin el odio no se explica lo que nos han hecho, lo que nos están haciendo. Ese desprecio pasmoso por nuestra democracia, por nuestra Constitución, por lo que somos y representamos. Ese deseo de hundirnos y arruinarnos (como se lee en los infames tuits de Llach, Mainat o Moliner), esa pulsión por trazar la frontera (como hizo Terribas en TV3 en el minuto en que la independencia parecía que iba a funcionar: “Conectamos con el extranjero, con nuestro corresponsal en Madrid”). Desde el otro lado –desde nuestro lado– no hay una agresividad ni una retórica equivalentes. Solo hemos reaccionado a su agresión, desde el Estado de derecho y por el Estado de derecho. Pero nuestra respuesta legítima la introducen ellos nuevamente en su circuito cerrado y la procesan como odio: su propio odio rebotado. Es un engranaje infernal.
Me gustaría que no llorara nadie. Pero no se me ocurre otro modo digno de evitarlo que no sea el de sacar a esas personas del chantaje que se están haciendo a ellas mismas. El chantaje, por supuesto, es a nosotros; pero ante todo a ellos: los independentistas son víctimas, por lo mal que lo pasan. Su victimismo es real a este respecto. Son víctimas de sí. De su propia estafa.
Comienza la comparecencia de Carles Puigdemont en Bruselas en un acto con 200 alcaldes independentistas. "Alcaldes y alcaldesas, eurodiputados, muchísimas gracias por estar aquí", empieza diciendo en catalán Puigdemont, que ya ha cambiado al inglés.
Carles Puigdemont: "Gracias por vuestro compromiso con la democracia. Es muy importante para nosotros en este momento".
Carles Puigdemont: "Habéis sido alcaldes de Cataluña en todo este proceso, pero sobre todo estáis a nuestro lado, al lado de los que están en prisión, al lado de los ciudadanos que tienen miedo de un Estado que abusa de la democracia". "Sois la pieza fundamental de nuestra arquitectura fundacional", añade Puigdemont.
Carles Puigdemont: "Esta es una vulneración de los derechos de los hombres decretada por el Estado español. España deberá responder por estos abusos".
Carles Puigdemont: "Han metido en prisión a los que piensan distinto. En este país no queremos vivir, y queremos construir un nuevo país para expresarnos".
Carles Puigdemont: "Nunca rechazaremos nuestro ideal de país, nuestra noción de la democracia. Estamos convencidos de que es la única forma en la que las naciones pacíficas como Cataluña, naciones de paz, de cultura, de acogida... es la única forma de tener un futuro".
Carles Puigdemont: "Cataluña y vosotros, alcaldes de Cataluña, sois la prueba de ello. Cataluña ha prosperado positivamente a través de sus instituciones históricas y de sus legítimos representantes. Hay una historia y unas instituciones que vienen de lejos, que vienen de 1359, y estamos orgullos de eso. Tenemos la obligación y el deber de defenderlo, de mantenerlo, de mantenerlo ante todas estas amenazas. De Felipe V a Felipe VI lo que ha sido más frecuente en nuestra historia es la privación de libertades, de la anulación de nuestro autogobierno".
Carles Puigdemont: "Nunca debemos olvidar que el fascismo español, ayudado por el nazismo, ha ejecutado al 123 presidente de Cataluña, Lluís Companys. Nunca lo olvidaremos. Este fascismo, hoy en Europa, participa en las manifestaciones del partido que gobierna España. Esto es lo que pasa ahora en España. Es lo que pasa alrededor de esta coalición alrededor del 155".
Carles Puigdemont: "Soy, insisto, el 130 presidente de Cataluña, pero hay una historia que viene del año 1359".
Carles Puigdemont: "Señor Juncker, señor Tajani, ¿esta es la Europa que ustedes quieren?", pregunta Puigdemont al presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, y al presidnete del Parlamento Europeo, Antonio Tajani.
Termina la comparecencia de Carles Puigdemont. El expresident del Govern también ha recordado la violencia policial que, a su juicio, se ha ejercido en Cataluña desde el referéndum ilegal de independencia del pasado 1 de octubre.
Carles Puigdemont: "Gracias por vuestro compromiso con la democracia. Es muy importante para nosotros en este momento".
Carles Puigdemont: "Habéis sido alcaldes de Cataluña en todo este proceso, pero sobre todo estáis a nuestro lado, al lado de los que están en prisión, al lado de los ciudadanos que tienen miedo de un Estado que abusa de la democracia". "Sois la pieza fundamental de nuestra arquitectura fundacional", añade Puigdemont.
Carles Puigdemont: "Esta es una vulneración de los derechos de los hombres decretada por el Estado español. España deberá responder por estos abusos".
Carles Puigdemont: "Han metido en prisión a los que piensan distinto. En este país no queremos vivir, y queremos construir un nuevo país para expresarnos".
Carles Puigdemont: "Nunca rechazaremos nuestro ideal de país, nuestra noción de la democracia. Estamos convencidos de que es la única forma en la que las naciones pacíficas como Cataluña, naciones de paz, de cultura, de acogida... es la única forma de tener un futuro".
Carles Puigdemont: "Cataluña y vosotros, alcaldes de Cataluña, sois la prueba de ello. Cataluña ha prosperado positivamente a través de sus instituciones históricas y de sus legítimos representantes. Hay una historia y unas instituciones que vienen de lejos, que vienen de 1359, y estamos orgullos de eso. Tenemos la obligación y el deber de defenderlo, de mantenerlo, de mantenerlo ante todas estas amenazas. De Felipe V a Felipe VI lo que ha sido más frecuente en nuestra historia es la privación de libertades, de la anulación de nuestro autogobierno".
Carles Puigdemont: "Nunca debemos olvidar que el fascismo español, ayudado por el nazismo, ha ejecutado al 123 presidente de Cataluña, Lluís Companys. Nunca lo olvidaremos. Este fascismo, hoy en Europa, participa en las manifestaciones del partido que gobierna España. Esto es lo que pasa ahora en España. Es lo que pasa alrededor de esta coalición alrededor del 155".
Carles Puigdemont: "Soy, insisto, el 130 presidente de Cataluña, pero hay una historia que viene del año 1359".
Carles Puigdemont: "Señor Juncker, señor Tajani, ¿esta es la Europa que ustedes quieren?", pregunta Puigdemont al presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, y al presidnete del Parlamento Europeo, Antonio Tajani.
Termina la comparecencia de Carles Puigdemont. El expresident del Govern también ha recordado la violencia policial que, a su juicio, se ha ejercido en Cataluña desde el referéndum ilegal de independencia del pasado 1 de octubre.
Leonard Shelby
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De Historia tampoco anda muy bien Puchi
No es lo mismo estimado, Clan es un canal con programación infantil y TV3 como el resto de casi todas las cadenas, con programación general...
