Así que ahora huir como una rata de tu país antes de responsabilizarte de tus hechos ante un juez se llama movimiento estratégico e internacionalizar el conflicto (esto último ya lo intentaron otros no hace demasiado tiempo).
Es formidable. Era una broma, simbólico, ellos no querían, no va a ningún sitio: vaya hatajo de cobardes que nos han resultado estos políticos independentistas catalanes. Mucha declaración altisonante en los mítines de su casa, pero en cuanto les han llevado ante una jueza y un juez de Madrid han dejado la ropa interior hecha unos zorros.
Será una fanática (que lo es), pero la única que parece tener convicciones independentistas es Mireia Boya. Tan iluminada como siempre dijo que antes del 1 de octubre “agentes de paisano salieron a cazar con porra a los independentistas” (¿?), y que ”los destrozos en los vehículos de la Guardia Civil se debieron a los periodistas” (¿¿??), pero al menos dejó claro que aquello fue un golpe de estado bien real (no para ella, claro).
Es lo que hay. Mientras dos millones de personas les sigan votando en Cataluña seguiremos con el espectáculo. Y dado que todos los años hay una muchedumbre que se reúne ante la estatua de Casanova para homenajear al mártir (sic), que ejerció la abogacía durante 18 años en Barcelona después de 1714 y murió tranquilamente de viejo a los 83 años, continuará la epopeya de estos jetas y su Todo por la pela.