A veces hemos podido exaltarnos, y como respuesta al desafío decir que no nos "importa mucho" que el Estado pueda entender la legislación disponible de una forma "extensiva", porque si algo ha demostrado el desafío es que la ley al respecto es bastante garantista y laxa, y que hay pocas herramientas con las que responder de una forma equitativa a lo que se ha hecho. No es que esté bien, yo mismo me posicioné en contra de lo que pretendió Soraya en su momento, que me parecía una burrada que ponía en peligro al propio Estado llevándole un sapo al Tribunal Constitucional que optó por torear como pudo. Pero creo que podemos estar de acuerdo en que el Estado está un tanto falto de herramientas con las que combatir eficazmente y de forma irreprochable estas situaciones.
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