Vida y milagres de ser preso politico ...
Comín fue un activista de
Ciutadans pel Canvi, la plataforma de apoyo creada en el entorno de
Pasqual Maragall cuando este era todavía alcalde de Barcelona. Su padre, Alfonso Carlos Comín, había sido un activista del PSUC, muy enraizado en las bases cristianas (
fundó Cristianos por el Socialismo), que acabó fundando la Organización Comunista de España-Bandera Roja, por donde pasaron los principales líderes comunistas de la Transición (muchos de ellos acabaron en las filas del PSOE).
Al ya exconsejero de la Generalitat, pues, la vena política le venía de familia (
su abuelo, Jesús Comín, también había sido diputado y un importante dirigente del carlismo aragonés). Y siempre se sintió cómodo en las filas socialistas, ya que Ciutadans pel Canvi formaba coalición siempre con el PSC. Pero las normas internas de la plataforma establecían que sus miembros solo podían ser diputados durante dos legislaturas y luego dejarlo para
no hacer de la poltrona un 'modus vivendi'.
Peregrinaje por despachos
A
Toni Comín esa circunstancia le sentó fatal. Fue elegido diputado en 2003 y en 2006, por lo que en 2010 no pudo repetir y a partir de ahí buscó nuevos horizontes. Ni corto ni perezoso, se presentó en el despacho del entonces secretario de Organización del PSC,
José Zaragoza, y le pidió ingresar en el partido. Le dijo incluso que sus avalistas serían
José Montilla (en ese momento, ‘president’ de la Generalitat) y
Miquel Iceta, vicesecretario general. El 13 de junio de 2011, el día de su santo, oficializó su entrada en el veterano partido catalán. En 2013, presentó su plataforma Socialismo, Cataluña y Libertad, que pretendía ser un 'lobby' de presión con el que esperaba una cuota de poder de cara a las siguientes elecciones. Pero se encontró con que
el PSC no contaba con él para ser candidato, por lo que se quedaba huérfano políticamente hablando, lo que provocó que se diese de baja del partido el 4 de marzo de 2014.
Su instinto político le llevó entonces a dirigirse a la sede de ERC y
negociar su entrada en sus filas como independiente. Fue un peregrinaje por despachos que retrata su voluntad inequívoca e inquebrantable de vivir de la política a toda costa. En ERC lo recibieron con los brazos abiertos, igual que ya había hecho con otro ilustre tránsfuga,
Ernest Maragall. Luego, con la formación de
Junts pel Sí (JxS), su entrada tuvo incluso más lógica: se trataba de visualizar una candidatura muy transversal, en la que tenían cabida no solo los republicanos o los convergentes sino, especialmente, exdirigentes del PSC (
Ernest Maragall, Fabián Mohedano, Jordi del Río o Toni Comín), de Unió (
Antoni Castellà) y de ICV (
Raül Romeva). Allí, pues, encontró acomodo y fue incluido en las listas, situación que se repetiría en las elecciones del 21 de diciembre, en este caso por el hecho, simbólico, de que formaba parte del Gobierno cesado por el artículo 155.
La maniobra de transfuguismo, pues, le dio frutos, porque no solo fue elegido diputado en las elecciones de septiembre de 2015 sino que, en enero de 2016, fue el
escogido por Carles Puigdemont para ser consejero de Salud. Comín era la cuota de ERC en el Govern y su nombre se posicionó incluso para ser el candidato republicano a alcalde de Barcelona en las próximas municipales.
Pero la tómbola política catalana ha dado demasiadas vueltas y esa es ahora una posibilidad remota. Las relaciones con el partido no pasan por sus mejores momentos, aunque de cara a la galería se han de guardar las formas. Homosexual y padre adoptivo de una niña, Toni Comín
ha caído en desgracia dentro de ERC. “Lo único que le interesa son
los cargos y el dinero. Si en Convergència le hubiesen ofrecido plaza y cargo, hubiera aceptado igualmente”, le describe un veterano político que le conoce muy bien.
Licenciado en Filosofía y en Ciencias Políticas, Toni Comín ha ejercido como
profesor de Bachillerato en el colegio Sagrat Cor de la calle Diputación y de Ciencias Sociales en Esade. Personalmente, le califican de soberbio y de “poco de fiar”, políticamente hablando, claro, porque “se cree el ombligo del mundo”. En la formación republicana se habían llegado incluso a hacer apuestas sobre si Comín dejaría el acta o no. Los que le conocían mínimamente siempre habían apostado por el no. Y acertaron.
https://www.elconfidencial.com/espa...min-diputado-bruselas-no-dimite-acta_1512765/