Respuesta: La Diada 2012, un antes y un después?
hay una cosa clara que es una verdad absoluta y sin matices ni interpretaciones.
Que si el resto de españa quiere que los catalanes se sientan españoles y respeten lo que es común a todos, los españoles han de sentirse en la misma medida catalanes y respetar lo que es particular de cataluña. Y al revés. Es de perogrullo. Los españoles deberían sentirse orgullosos de tener ,dentro de su territorio, la riqueza de idiomas que tiene, valorarlos y fomentar su aprendizaje. Deberían sentirse orgullosos de la riqueza de tradiciones y costumbres propias de cada rincón de España. Y de la misma manera en sentido inverso.
Esto no ocurre en ninguna de las dos direcciones y si los responsables políticos no hacen nada por que este sentimiento de respeto y comprensión se extienda no tiene vuelta atrás la grieta. Puede que tampoco avance pero habrá siempre una división que generará conflictos de manera cíclica.
Todas las comunidades autónomas han de ser más responsables de sí mismas. Las más ricas han de colaborar con las más pobres pero como dije antes esta colaboración ha de tener el límite de igualar las oportunidades. Poner las bases de una competencia leal, igualar infraestructuras y a partir de ahí hay que fomentar el esfuerzo y hacer entender que pasa a ser responsabilidad de uno el futuro de su territorio.
En este sentido hay que aclarar, que no lo está ni de lejos, el verdadero, real, balance fiscal entre administraciones. Lo que aportan las comunidades y lo que reciben. Aclarar quien genera ese dinero, si quien lo recauda, si quien lo paga o quien lo declara. Y adjudicado el origen de los ingresos actualizar el balance. Es necesario que quien más genera tenga los recursos suficientes para seguir siendo competitivo y reinvertir en sus estructuras productivas.
Cataluña ahora no tiene eso y es necesario redistribuir los ingresos para garantizar esa competitividad. Más autonomía económica es necesaria para ser más eficientes. No significa que deba dejar de colaborar con el resto de España, ni de lejos, pero sí adecuar la colaboración a las necesidades actuales, que no sé cuales son. Reducir el debate a que nos roban me parece insidioso, maligno, falso y torticero. Son cosas a estudiar pero el mensaje con el que se defienden las posturas en la actualidad es mentiroso de raíz.
Ese miedo e incapacidad para saber qué hacer y como instrumentalizar ese cambio hace y fomenta que se generen esos repuntes de incomprensión mutua. Corregibles si el mensaje de los políticos cambia y apunta en otra dirección, de colaboración, diálogo y sentido común. Esperanza de difícil ejecución.
Con mensajes mesiánicos como los de mas, con el que haremos lo necesario para mantener la constitución de rajoy, con las declaraciones de algún coronel gili, con las gilis de algún ayuntamiento declarándose independiente y con el que se dejen de perseguir quimeras del rey, no se va a ningún lado. O se centran o esto no parará.
Hoy la independencia no tiene sentido, lo tiene el respeto a la diversidad, la comprensión de lo particular y sentirse orgulloso de la suma de todo, que es mucho más que todo por separado.
hay una cosa clara que es una verdad absoluta y sin matices ni interpretaciones.
Que si el resto de españa quiere que los catalanes se sientan españoles y respeten lo que es común a todos, los españoles han de sentirse en la misma medida catalanes y respetar lo que es particular de cataluña. Y al revés. Es de perogrullo. Los españoles deberían sentirse orgullosos de tener ,dentro de su territorio, la riqueza de idiomas que tiene, valorarlos y fomentar su aprendizaje. Deberían sentirse orgullosos de la riqueza de tradiciones y costumbres propias de cada rincón de España. Y de la misma manera en sentido inverso.
Esto no ocurre en ninguna de las dos direcciones y si los responsables políticos no hacen nada por que este sentimiento de respeto y comprensión se extienda no tiene vuelta atrás la grieta. Puede que tampoco avance pero habrá siempre una división que generará conflictos de manera cíclica.
Todas las comunidades autónomas han de ser más responsables de sí mismas. Las más ricas han de colaborar con las más pobres pero como dije antes esta colaboración ha de tener el límite de igualar las oportunidades. Poner las bases de una competencia leal, igualar infraestructuras y a partir de ahí hay que fomentar el esfuerzo y hacer entender que pasa a ser responsabilidad de uno el futuro de su territorio.
En este sentido hay que aclarar, que no lo está ni de lejos, el verdadero, real, balance fiscal entre administraciones. Lo que aportan las comunidades y lo que reciben. Aclarar quien genera ese dinero, si quien lo recauda, si quien lo paga o quien lo declara. Y adjudicado el origen de los ingresos actualizar el balance. Es necesario que quien más genera tenga los recursos suficientes para seguir siendo competitivo y reinvertir en sus estructuras productivas.
Cataluña ahora no tiene eso y es necesario redistribuir los ingresos para garantizar esa competitividad. Más autonomía económica es necesaria para ser más eficientes. No significa que deba dejar de colaborar con el resto de España, ni de lejos, pero sí adecuar la colaboración a las necesidades actuales, que no sé cuales son. Reducir el debate a que nos roban me parece insidioso, maligno, falso y torticero. Son cosas a estudiar pero el mensaje con el que se defienden las posturas en la actualidad es mentiroso de raíz.
Ese miedo e incapacidad para saber qué hacer y como instrumentalizar ese cambio hace y fomenta que se generen esos repuntes de incomprensión mutua. Corregibles si el mensaje de los políticos cambia y apunta en otra dirección, de colaboración, diálogo y sentido común. Esperanza de difícil ejecución.
Con mensajes mesiánicos como los de mas, con el que haremos lo necesario para mantener la constitución de rajoy, con las declaraciones de algún coronel gili, con las gilis de algún ayuntamiento declarándose independiente y con el que se dejen de perseguir quimeras del rey, no se va a ningún lado. O se centran o esto no parará.
Hoy la independencia no tiene sentido, lo tiene el respeto a la diversidad, la comprensión de lo particular y sentirse orgulloso de la suma de todo, que es mucho más que todo por separado.