Lo que tiene que hacer un cliente cuando entra en un restaurante y quiere que le atiendan en catalán, que está en su derecho pedirlo, es pedir al encargado que le atiendan en catalán si es posible y casi seguro que alguien habrá que lo hable. Y se acaba el problema. Montar el pollo es de déspotas y arrogantes, de soberbios y vanidosos. Para mí que lo vivo está claro.
Es que no hace falta llegar a eso, Seoman.
Mira, en un restaurante yo nunca he montado un pollo, ni pedido hoja de reclamaciones, ni exigido nada para ser atendido en catalán. Nunca.
Considero que debe ser el establecimiento el que debe anticiparse, proporcionando los medios para que el cliente se sienta lo más a gusto posible, y entre ellos, está el utilizar el idioma del cliente.
Si el establecimiento no lo hace, para mi pierde un punto. Simplemente.
Lo cual no quiere decir que no vuelva, ojo, porque en un restaurante valoro más otros criterios. Pero ese, también cuenta. Es decir, al Tickets le pondría, ...un 9.9. Ya sabes lo que le falta para llegar al 10.
A los únicos que les exijo algo es a los abogados y a los proveedores catalanes, que hablan habitualmente en catalán, pero te presentan un contrato en castellano. Ahí siempre se lo hago reescribir, siempre de forma educada, claro.
esto que dices, y como lo dices, es impecable. Intachable. Pero la situación que he descrito anteriormente cada vez es más frecuente. De la gente que hace como tú no hay estadística, del que no se queja y cambia de idioma, del que quita valor o no a un restaurante por el idioma, del que agradece que lo hablen, en resumen del que aplica el sentido común. Pero el problema es el de los otros, de los que antes no lo hacían y ahora se han envalentonado porque creen que la masa les apoya, de los que priorizan el elemento identitario de nación a cualquier otra consideración personal o profesional, de los que se vuelven intransigentes, de los osados que creen que solo viven en cataluña y no en españa y viven en una realidad paralela, de los que te plantean cosas tan idiotas que partirles la boca no sería suficiente ( esto va por cosas que prefiero no contar aquÍ porque no puedo y que a tí te revolverían las entraña) o de los que simplemente quieren imponerte su punto de vista con frases imperativas y amenazantes.
Al final creo que a todo este tema del independentismo le estamos dedicando demasiado tiempo y no estamos por lo que tenemos que estar. Por nuestros negocios, que son los que generan los recursos para mantener los servicios que el país necesita, nuestras familias, nuestros amigos y nuestro entorno