Si el argumento es que el castellano lo hablan 400 millones de pobres... Pues ya me contarás.
El problema es ya de concepción, parece que un nacionalista catalán como el que suscribe, según sus palabras, no alcanza a comprender que existen españoles "no nacionalistas", y que por lo tanto, mucha de la dialéctica que plantea nos es absolutamente extraña, que no están pensando todo el día en construcciones nacionales. Que no solemos "gruñir", como mucho nos limitamos a discrepar. Que no todos tenemos esas ideas sobre Cataluña y los catalanes, y es al final, la constante invocación de ese español tipo, parece más un deseo prefabricado de cierto tipo de nacionalismo, porque así es más fácil elaborar un discurso identitario, cuando la prueba de contraste tiende a la idiocia.