La Diada 2012, ¿un antes y un después?

Vaya par de hintelektuales. Dios los cría y ellos destrozan.

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Hace unos días la Colau rajaba del referendum, y ante las críticas recibidas, ahora dice que irá a votar y que facilitará las cosas para que se haga. Fachín defendía el 1-O, y Iglesias lo desautorizaba. Hoy, Iglesias rectifica y dice que hay que facilitar el referendum.
Ya dije que con esta gente nos íbamos a reir.
 
Habrá llegado un fax de Soros o de Maduro.

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Para mí solo en parte, porque os recuerdo que no se pretende declarar la independencia sin el consentimiento de los ciudadanos, se pretende realizar un referéndum, así que aquí, nadie impone nada. En todo caso se está imponiendo un referéndum, o sea, se está imponiendo la oportunidad de expresar tu opinión. No se, no será legal, pero no suena muy absolutista, no? Más bien suena a democracia radical.
Que si, que las formas y tal, pero yo no me voy a dejar distraer mirando el dedo que apunta, me importa mucho más hacia dónde apunta.
 
Enésimo intento de apropiarse de una "mayoría silenciosa" que sólo votando puede contarse. Decir que los contrarios a la independencia están silenciados es un despropósito cuando casi todos los medios defienden esa posición y le dan cancha, incluso en TV3 están sobrerrepresentados. Y desde luego la acusación de totalitarismo para hacer un referéndum, mientras que se acepta tácitamente que impedirlo no lo es, es puro cinismo manipulador.
 
A Puigdemont no se lo toman en serio y ya le llueven las hostias hasta desde su propia casa. Después del "referéndum africano", aquí dejo otro artículo de Albert Soler en el Diari de Girona:

President de fira - Diari de Girona

Traducción googliana revisada:

Cuando no le pitan y puede hablar, Puigdemont demuestra que se prepara los discursos. No es que diga nada con el menor interés, eso nunca, quiero decir que se molesta en buscar siempre una metáfora que relacione Cataluña con el lugar donde se encuentra. No como aquel marinero que le precedió en el cargo, que no salía de las frases náuticas y acabó teniendo que plegar velas. Puigdemont va a la Feria del corcho de Cassà y se descuelga con una parábola sobre las semejanzas entre Cataluña y el corcho, material en apariencia frágil pero que siempre termina en la superficie, a pesar de la tormenta que a su alrededor puedan desarrollar los elementos y blablabla . Y todo el mundo ríe, aplaude y se hace selfies con él, que a esta tarea y no a ninguna otra lo ha llamado la historia.

Es un presidente de ferias y mercados. Visitar dirigentes europeos le va grande, pero entre aldeanos que sólo esperan la feria para beber vino y divertirse, se encuentra tan cómodo como Jordi Pujol, en el cielo de los cadáveres políticos se halle. En la feria del Caracol de Lleida explicará que los catalanes somos como estos animalitos, no por hermafroditas sino porque avanzamos sin hacer ruido. En la de la Miel de Crespià, que no hay pueblo más dulce que el catalán. En la del Queso de Lladó que, como la leche, un pueblo también debe fermentar para alcanzar su estado definitivo. A la de L'Avet Espinelves, que también Cataluña, cuando los vecinos le tapan la luz que necesita para vivir, se levanta más alto que nunca para alcanzarla. En la del huevo de Sant Guim de Freixenet, que mire bien España como no nos faltan para hacerle frente. En la del embutido de Bescanó, que se me pone como esta butifarra cuando pienso en el futuro de mi pueblo. Y venga risas, y venga selfies. A la del Clown de Vilanova de la Muga, excusará prudentemente la asistencia, no sea que las comparaciones las hagan los demás.

Ponga un presidente-periodista en su vida, señora, no le aportará nada pero siempre tendrá al alcance la frase adecuada. Y venga risas.
 
En TV3 "sobrerrepresentados" los contrarios a la independencia. Lo que hay que leer. Seguramente será porque con uno solo que haya ya os sobra.

Esto es increíble.
 
win win es lo de la coixet
si se le intenta contradecir se dice que los atacamos y si callamos se da por bueno su argumento
Win win es como el independentismo ya se ha convertido en una religión, en la que todo es ventajismo y se cae siempre de pie para mantener prietas a las filas.

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