A Puigdemont no se lo toman en serio y ya le llueven las hostias hasta desde su propia casa. Después del "referéndum africano", aquí dejo otro artículo de Albert Soler en el Diari de Girona:
President de fira - Diari de Girona
Traducción googliana revisada:
Cuando no le pitan y puede hablar, Puigdemont demuestra que se prepara los discursos. No es que diga nada con el menor interés, eso nunca, quiero decir que se molesta en buscar siempre una metáfora que relacione Cataluña con el lugar donde se encuentra. No como aquel marinero que le precedió en el cargo, que no salía de las frases náuticas y acabó teniendo que plegar velas. Puigdemont va a la Feria del corcho de Cassà y se descuelga con una parábola sobre las semejanzas entre Cataluña y el corcho, material en apariencia frágil pero que siempre termina en la superficie, a pesar de la tormenta que a su alrededor puedan desarrollar los elementos y blablabla . Y todo el mundo ríe, aplaude y se hace selfies con él, que a esta tarea y no a ninguna otra lo ha llamado la historia.
Es un presidente de ferias y mercados. Visitar dirigentes europeos le va grande, pero entre aldeanos que sólo esperan la feria para beber vino y divertirse, se encuentra tan cómodo como Jordi Pujol, en el cielo de los cadáveres políticos se halle. En la feria del Caracol de Lleida explicará que los catalanes somos como estos animalitos, no por hermafroditas sino porque avanzamos sin hacer ruido. En la de la Miel de Crespià, que no hay pueblo más dulce que el catalán. En la del Queso de Lladó que, como la leche, un pueblo también debe fermentar para alcanzar su estado definitivo. A la de L'Avet Espinelves, que también Cataluña, cuando los vecinos le tapan la luz que necesita para vivir, se levanta más alto que nunca para alcanzarla. En la del huevo de Sant Guim de Freixenet, que mire bien España como no nos faltan para hacerle frente. En la del embutido de Bescanó, que se me pone como esta butifarra cuando pienso en el futuro de mi pueblo. Y venga risas, y venga selfies. A la del Clown de Vilanova de la Muga, excusará prudentemente la asistencia, no sea que las comparaciones las hagan los demás.
Ponga un presidente-periodista en su vida, señora, no le aportará nada pero siempre tendrá al alcance la frase adecuada. Y venga risas.