La Diada 2012, ¿un antes y un después?

Su padre. "La única solución es el diálogo", insiste Puigdemont, que acusa a Rajoy de escudarse en los tribunales, la policía y hasta los empresarios "para hacer lo que debería hacer él, política". Aun así, se muestra dispuesto a hablar con el presidente del Gobierno cuando sea y donde sea. "No tengo miedo de hablar con Mariano Rajoy", asevera.

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Bueno, quizá engañe a los belgas, pero aquí ya le tenemos muy calado. Ellos solo quieren la independencia y hablar sobre cómo hacerlo. Ante ese margen de negociación... que hablen los tribunales.
 
ÚLTIMA HORA: La Fiscalía federal belga ha recibido pasadas las 20:00 horas las órdenes europeas de detención para Carles Puigdemonty los cuatro consellers cesados delGovern que le acompañan en Bruselas. Los documentos han llegado traducidos y serán "examinados este sábado", que en las próximas horas será designado un juez de instrucción para que decida "los pasos a seguir".




“No voy a huir de la justicia”, ha asegurado Puigdemont, que también ha afirmado que está “completamente dispuesto a colaborar”. Eso sí, precisa, responderá ante la “verdadera” justicia, la belga, no la española que considera “politizada”. HdP

Evidentemente que la justicia española está politizada”, ha afirmado. “No hay garantías para tener una sentencia justa, independiente que pueda salvarse de esa enorme presión, esa enorme influencia de la política en la justicia en España”, ha insistido.

Preguntado sobre la imagen negativa de una Cataluña que está perdiendo empresas y turismo,Carles Puigdemont responde: "¿Y cuál es la imagen de España que ha usado la violencia contra un referéndum, que está dispuesta a encarcelar a políticos elegidos democráticamente?". HdP

¿Una campaña a mil kilómetros de Cataluña? "Puedo hacer campaña en cualquier parte del mundo porque estamos en un mundo globalizado”, ha replicado.

Puigdemont insiste además en pedirle "garantías" al Estado ante el 21-D: "Hay que preguntarle todo el rato al Estado español si hay garantías de que vaya a respetar los resultados de las elecciones". HdP

Carles Puigdemont: "No he pedido asilo político en Bélgica. No estoy aquí para pedir asilo". En la imagen de Eric Vidal para Reuters, un hombre mira la entrevista a Puigdemont en un bar belga.

Puigdemont confirma que no ha sido recibido por ningún político relevante en Bruselas. "No he pedido reunirme con nadie por ahora", dice. Tampoco pedirá una reunión con miembros del Gobierno belga. "No y no lo voy a hacer. Estoy aquí como capital de Europa".

"La única solución es el diálogo", insiste Puigdemont, que acusa a Rajoy de escudarse en los tribunales, la policía y hasta los empresarios "para hacer lo que debería hacer él, política". Aun así, se muestra dispuesto a hablar con el presidente del Gobierno cuando sea y donde sea. "No tengo miedo de hablar con Mariano Rajoy", asevera. Dialógará tu abogado con el fiscal, si acaso.

"Las independencias de hoy no son las del siglo XIX. Lo que está contra la modernidad son los Estados-Nación", replica Carles Puigdemont ante la pregunta de si su movimiento independentista no va a contracorriente de las tendencias en Europa.

¿Dónde se ve en un año Puigemont? ¿Y a Cataluña?

"Lo que pase conmigo no tiene importancia", asegura. "Lo importante es lo que pase con nuestro país. Las países son las personas. Si la única manera que tiene el Estado español de convencernos de que somos españoles es la violencia, Cataluña será lo que sus ciudadanos quieran que sea. Y si quieren que forme parte de España, lo hará. Pero si quieren que sea independiente, tendrá que aceptarse esa realidad", afirma al término de la entrevista, de casi 22 minutos.




Comparto la Euroorden para detener a Puchi.

https://ep00.epimg.net/descargables/2017/11/03/dc8a6bc5b85b19a151fb27cd2a6fe787.pdf
 
#respect #noreirse
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Su padre. "La única solución es el diálogo", insiste Puigdemont, que acusa a Rajoy de escudarse en los tribunales, la policía y hasta los empresarios "para hacer lo que debería hacer él, política". Aun así, se muestra dispuesto a hablar con el presidente del Gobierno cuando sea y donde sea. "No tengo miedo de hablar con Mariano Rajoy", asevera.

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Manda huevos, pues al Senado no quiso venir, a la reunión de presidentes tampoco.
 
Este hombre a perdido totalmente el norte. Y más ahora que no se da cuenta que a todos los efectos ya no es nadie en cuanto a cargo político. Bueno, allá donde esté no tardarán mucho en mostrarle de nuevo la realidad.

Un abrazo!
 
Se le puede anular el pasaporte a Puigdemont antes de que se vaya a Caracas? Bueno, si no llegan vuelos..


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El presidente de la Asociación Catalana de Municipios (ACM), Miquel Buch, y la presidenta de la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI), Neus Lloveras, han anunciado hoy que enviarán una dotación de alcaldes a Bruselas el próximo jueves, día 9, para "explicar e internacionalizar su versión" de la situación política en Catalunya

contraproducente, van a acabar aburriendo a todo dios, ¿alguien se acuerda de aquella última rueda de prensa en la UE a la que acabaron yendo sólo ellos?
 
Primero se humilló al pueblo a golpe de porra, gente mayor volando por los aires, mujeres arrastradas tirando de sus cabellos, y ahora esto.
Indignante como les han humillado durante el traslado a prisión, y la grabación que se ha filtrado de los policías burlándose sobre lo que les esperaba. Muy, muy triste.
 
La profecía fallida del separatismo
Desde la fuga de Puigdemont no paro de pensar en uno de los experimentos sociológicos más sensacionales que conozco.


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Gabriel Rufián, Oriol Junqueras, Carles Puigdemont y Carme Forcadell | EFE

Desde la fuga de Puigdemont no paro de pensar en uno de los experimentos sociológicos más sensacionales que conozco. Lo hizo el psicólogo social Leon Festinger y lo describió –junto a otros– en el libro When Prophecy Fails ("Cuando falla la profecía"), de 1956. Interesados por un pequeño culto ufólogo que había en Chicago, Festinger y sus colaboradores infiltraron a varias personas en él. El grupo, que estaba dirigido por una mujer, creía que el fin del mundo iba a tener lugar el 21 de diciembre de 1954; pero lo más importante, al menos para ellos, es que estaban convencidos de que horas antes del apocalipsis una nave extraterrestre iría a recogerlos para salvarlos y conducirlos al planeta Clarion.

Sí, era una marcianada total. El experimento permitió observar cómo los creyentes en una marcianada reaccionan al fallo de la profecía.

La noche antes del fin del mundo, el grupo de elegidos estuvo horas reunido esperando a los extraterrestres, sin que los de Clarion se dignaran aparecer. Por fin, después de un silencio sepulcral y del llanto desconsolado de la profeta, la divinidad tuvo a bien comunicarse con ella. Le dijo que gracias a la intensa vigilia del grupo había decidido darle más tiempo al mundo antes de destruirlo. Los creyentes no sólo se fueron contentos a casa. Además, redoblaron sus esfuerzos para tratar de extender su mensaje y convencer a más gente de la veracidad de aquello que se acababa de demostrar falso.


Esta reacción era la que habían previsto los investigadores. La hipótesis confirmada era que, al producirse un fallo evidente de la profecía, los creyentes iban a hacer lo posible por aferrarse a ella. Sobre todo cuanto mayor fuera su inversión en la creencia, cuantas más cosas hubieran hecho que fueran difíciles de revertir, como lo eran, en aquel caso, dejar trabajo, estudios y familia, o entregar dinero y posesiones. Para esas personas, la manera de lidiar con el trauma de la profecía fallida era conseguir alistar a más gente. Cuanto más apoyo social tuviera la marcianada después de muerta, más podían convencerse de que a pesar de todo era verdad.

Quítenle a esto el fin del mundo, los extraterrestres y el bonito planeta Clarion. Pongan en su lugar la creencia en que la independencia se haría realidad desde el instante de su proclamación, en que el reconocimiento y los apoyos exteriores iban a llegar enseguida para salvarla y en que la flamante república catalana sería el paraíso terrenal. Ahora pongámonos en el lugar del creyente cuando lo esencial de todo eso se viene abajo. ¿Va a dejar de creer ya mismo?

No. Lo que hará primero será tratar de integrar lo sucedido en su sistema de creencias. Para facilitarlo, ya circulan marcianadas como que las elecciones del 21-D han sido impuestas por Europa a modo de un (nuevo) plebiscito. Si lo ganan, dice el bulo, Europa obligará a España a hacer un referéndum legal o a reconocer la independencia sin más. Es el equivalente al mensaje divino transmitido por la visionaria: la profecía no se incumple, se posterga.

Por más que hayan quedado al descubierto las mentiras separatistas, no hay que esperar caídas del caballo en masa entre los fieles. Digerir lo sucedido les va a llevar un rato largo. No aceptarán la realidad ni reconocerán que han creído en mentiras de la noche a la mañana. Esto no es una buena noticia de cara a las elecciones autonómicas. Pero se puede compensar. Porque no todo el voto separatista es cien por cien creyente y junto a los que han hecho una inversión emocional en el procés están los que han hecho un cálculo: algo se sacará de este lío, y en cualquier caso no tendrá costes.

Ahora, los costes económicos y sociales han quedado tan claros como la inviabilidad de imponer la ruptura por encima de la ley y la democracia, y en contra de la mitad de la población catalana. Al tiempo, los costes para los dirigentes del delirio empiezan a estar a la vista. Esto es particularmente importante por una razón: fue una revolución impulsada de arriba abajo, no de abajo arriba. Si los que han llevado la batuta han de responder ante la justicia, si no hay tratos de favor –ni amnistías como la que ya proponen los comunes, cada vez más abrazados al partido de los Pujol–, serán menos temerarios.

Por volver al culto ufólogo de Chicago: éste no se hundió por el fracaso de la profecía, pero sí por la fuga de la profeta ante la posibilidad de ser detenida e internada en una institución psiquiátrica. No estoy dando ideas. Pero, sí, también huyó.


Cristina Losada - La profecía fallida del separatismo
 
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