Hallowed dijo:
Azaris dijo:
compañero Hallowed, si te interesa y prometes leertelo entero (ojo, sera completo, con bastante informacion y datos), con atencion y con la mente libre de prejuicios, te doy un intento de respuesta a tus preguntas.
Lo espero con ganas.
Hallowed, Pereirano, lo prometido es deuda. Hablemos del dólar. ¿Realmente esta en riesgo? ¿Qué hay de cierto en ello?
Si bien podría escribir unas someras reflexiones sobre el particular, creo que para que el lector tenga más elementos de juicio, se hace necesaria una cierta visión retrospectiva. Vayamos a ello, aunque será bastante largo para el “estándar” habitual de una intervención en un foro (y no tengo un enlace al que referirme). Hare un esfuerzo para hacer amena la larga travesía. Igualmente todos están invitados a hacer apuntes o comentarios, dado el carácter abierto del artículo, especialmente en el apartado de datos y material grafico.
Empecemos por el comienzo.
En los inicios…
No es que tenga una especial importancia en relación a lo que quiero exponer, pero el dólar guarda algunas curiosas y poco conocidas historias. Por ejemplo, la referida a su origen. Pocos saben que dicho origen es, en buena parte, español. Poco después de la independencia de las primigenias 13 colonias de su metrópoli inglesa (1776), en concreto en 1792 en que se formalizo su existencia, y hasta bien entrado el s.XIX, la moneda de curso legal en la joven nación, seria el ‘Spanish Silver Pillar Dollar’ (Dólar pilar de plata español),
evolución con la misma paridad que el duro (peso duro) español acuñado en nuestras colonias (no confundir con los duros de 5 Ptas.…).
Según la acepción mas comúnmente aceptada, la palabra dólar procede del español ‘Talero’ que a su vez viene de ‘talerus’, expresión latinizada de la palabra realmente originaria de origen alemán ‘thaler’ (pronunciada en nuestro idioma como ‘daler’), que es el nombre que los germanos le daban a las monedas de plata (propias y ajenas, incluida la española traida de America que era la mas habitual y de mejor calidad). La palabra Pillar y su uso simbólico, procede de los dos pilares de Hércules (los promontorios situados en Gibraltar y Ábila –Marruecos- que marcaban el inquietante final del mundo conocido), mas la leyenda ‘Plus Ultra’ acuñados en la moneda desde la época de los Reyes Católicos, como signo de prestigio por la victoria del recién unificado reino de España sobre la “maldición” (poder atravesar el Atlántico). De ahí, precisamente procede el universalmente famoso símbolo del dólar ($) con los dos trazos verticales (las columnas). Los estadounidenses no lo inventaron, sino que lo recogieron desde el peso ‘duro’ de origen español y amplia circulación en todo el continente americano y en buena parte del mundo. Hasta hoy.
Otras versiones apuntan a la marca de la casa de la moneda española de Potosí (actual Bolivia), con el dibujo formado por las letras PTSI superpuestas unas sobre otras, que creaban un símbolo bastante similar.
Ya que andamos en el tema y aunque sea un asunto secundario respecto a lo que nos ocupa, resulta también curioso ver como si ahondamos mas en la historia, llegamos hasta el muy español real de a ocho original, instaurado por los Reyes Católicos, con todas sus piezas (había monedas de 2, 4 y 8 reales de a ocho y reales de oro, plata y cobre, siendo la relación de valor entre los metales mas nobles de 1 de oro por 16 de plata). Previamente ya existía el real, moneda así denominada porque era emitida por el rey, y no por un señor feudal, obispo o comerciante. El real valía 34 maravedíes. Un real de a ocho de plata valía 8 x 34 = 272 maravedíes, y el de oro (llamado comúnmente doblón), valía 16 veces más: 8 x 34 x 16 = 4.352 maravedíes. Observad el uso de múltiplos de 8. Por tanto, el real era una moneda armada en piezas o partes de valor de unidad ocho (sistema octal). El
Spanish Silver Pillar Dollar funcionaba de igual forma, en base a la conversión en paridad, de la moneda de plata de a ocho reales, moneda que se convirtió en el primer dólar de plata. El Valor de 1/8 de Real era 12,5 centavos de dólar, denominado popularmente ‘Bit‘ (denominación recogida posteriormente como nombre para la medida de almacenamiento de información, también con múltiplos de 8) En algunas zonas de Estados Unidos todavía se conoce a la moneda de 25 centavos de dólar como “two bits”. Se llegaron a emitir billetes de 1 bit como el que abajo se detalla, por un valor, aparentemente bastante peregrino, de 12,5 centavos, pero que era precisamente 1/8 de dólar de plata. Era una especie de paso intermedio desde el viejo sistema octal proveniente de la epoca de los Reyes Catolicos, a uno decimal:
Fijaos como en el ángulo inferior derecho del billete, aparece la moneda Española de Plata de 8 reales (reverso). El billete data de 1838. Era obligatorio imprimir las monedas en los billetes.
Fijaos en las monedas que aparecen a la derecha. Seguro que os son familiares…
No mucho después comenzó la acuñación de moneda propia. Puede verse en este efecto notarial de 3$ donde ya se coloca en lugar preferente la moneda autóctona (una moneda acuñada en EEUU con el conocido símbolo del águila calva), opacando las monedas españolas,
Poco a poco, según avanzaba el siglo, EEUU comenzó a acuñar más moneda propia, según empezó a poner en explotación sus propias minas de plata, más la que lograba como pago de sus numerosas exportaciones o la propia refundición de los viejos pesos españoles. El dólar de plata seguiría en vigor hasta el año 1900, en que el presidente McKinley (por cierto, el mismo que había declarado la guerra a España un par de años antes…que paradójico…), cambio la cotización de la moneda de la plata al oro (patrón-oro). Esto seguiría así hasta que, 71 años y muchas vicisitudes después, Nixon decidió dar la siguiente pirueta. Pero no adelantemos acontecimientos.
Si alguno tiene curiosidad, puede profundizar un poco mas en la cuestión en este enlace:
LINK. En él, también hay referencias a otra curiosa desconocida, como es el
‘continental’, papel-moneda auspiciado por Benjamin Franklin y una bien engrasada imprenta que se trajo bajo el brazo de Europa y que permitió financiar la guerra de Independencia. El continental murió al poco de cumplir su patriótica función, no sin antes provocar una inflación más que considerable. Actualmente es una rara (y cara) pieza de coleccionista. Y un aviso a navegantes a pequeña escala, también.
Vayamos ahora al meollo…
Hacia la supremacía…
EEUU por fortuna para ellos, fue la primera colonia que se independizo de su metrópoli. Lo hizo incluso antes de que en Paris rodaran ilustres cabezas y que Inglaterra pusiera en marcha su nueva flota imperial de buques alimentados con carbón (algo que habría complicado la independencia notoriamente). Esta precocidad rebelde, provocada por un exceso recaudatorio desde Londres, es un hecho de la máxima importancia, dado que de esta manera la joven nación quedó a salvo de ser expoliada. A eso se unen otros factores clave, como el inmenso tamaño de la nación y lo escasisimamente poblado que estaba (virtualmente vacío, en contraposición a la densamente poblada Europa), su carácter periférico respecto a las grandes potencias de la época que le aseguraba estar fuera de las numerosas trifulcas y turbulencias político-estratégicas del momento, las impresionantes riquezas naturales y vírgenes que atesoraba (a diferencia de la ya muy explotada Europa), el disponer desde el primer momento de un régimen democrático liberal garante de los derechos individuales de los ciudadanos donde se podía hacer fortuna con mucha mas probabilidad que en otras naciones y, por ultimo, y como consecuencia en mayor o menor medida de todo lo anterior, la inmensa y continuada emigración de personas jóvenes y emprendedoras que logro atraer. EEUU pasó de ser poco menos que un desierto demográfico al actual país de 300 millones de habitantes, que sigue siendo un imán de atracción para la emigración, hasta tal punto de tener una de las leyes de inmigración mas estrictas del mundo. Ahora, a diferencia de hace años, ya no hace falta mano de obra.
Todo ello, explica lo que es una verdadera y sorprendente eclosión en términos históricos. Pasar de insignificante colonia periférica a superpotencia dominante en poco más de siglo y medio.
El s.XIX supuso la definición de las fronteras de la, hasta entonces, ‘exigua’ republica. Se logro mediante acuerdos económicos y artimañas y presiones varias. De esta forma los 13 estados originarios de la cornisa atlántica fueron el preludio de una espectacular y vertiginosa ampliación del territorio hacia el oeste, todo ello en poco más de medio siglo. Primero fueron las guerras ‘de limpieza’ contra los indígenas hasta el Mississippi, a los que se expulso de sus tierras y/o extermino. Posteriormente fue la compra de la Louisiana francesa, un inmenso golpe de efecto, posiblemente una de las claves menos conocidas para lo que llego después y que prácticamente cerro la amenaza de intervención de alguna potencia europea y fue el pistoletazo de salida para la expansión territorial. Conseguida esa inmensa porción de terreno (a 15 millones de dólares “españoles” de la época), vino la cesión forzosa de la Florida española (otra curiosa historia que no viene al caso), y de la colonia antes española y durante breve tiempo británica de Oregón, conjuntamente con la anexión de buena parte del territorio mexicano en una maniobra, digamos, un tanto “discutible”. El asunto se cierra finalmente con la compra a Rusia de Alaska y la incorporación de Hawaii. Efectuado el
trabajo duro, ya solo quedó la tarea de ‘desbrozar’ los dispersos, débiles y escasos indios que habían sobrevivido a la viruela y la sífilis en los inmensos espacios interiores.
Posiblemente el aldabonazo definitivo para dar el paso desde una dispersa pléyade de colonias y territorios semiabandonados metidos todos en la misma coctelera, hasta la consideración por parte de todos sus habitantes, de país, fue el pasar por una Guerra Civil cruenta, como fue la Guerra de Secesión (1861-1865), derivada del enfrentamiento entre las colonias esclavistas del Sur, eminentemente agrícolas y conservadoras, que necesitaban el músculo y la sumisa mano de obra africana para sus enormes plantaciones y las colonias del Norte, no esclavistas, inmersas en un creciente proceso de industrialización donde podían sustituir a dichos esclavos por maquinas de vapor para mejorar la productividad, generar riqueza y liberar trabajo hacia otras tareas. Dadas las antagónicas filosofías por todos los conceptos entre los bandos, hubo una enorme y real probabilidad de disgregación del territorio, lo que a buen seguro habría configurado de forma muy distinta la Historia. El desenlace final resulto ser el catalizador definitivo del concepto de nación y patria estadounidenses, hasta entonces un tanto difuso entre tantos vaivenes.
Aun con todo, a día de hoy se percibe claramente la diferencia de riqueza y cultural entre el ‘Sur’ y el ‘Norte’.
Entre medias de todo esto y de forma disimulada en ese momento, en 1859 comenzaron los primeros bombeos de petróleo en Pennsylvania y posteriormente en Ohio.
Una explotación aparentemente inocente y orientada a servir de sustituto al cada vez mas escaso espermaceti de ballena, usado para el cada vez mas exigido alumbrado publico y privado, entre otras aplicaciones que empezaban a ser vitales, y que acabaría configurando nuestro actual modelo de civilización. En 1880, apenas 21 años después del comienzo de la era del petróleo, la Standard Oil de Rockefeller, posiblemente la primera gran multinacional del mundo, dominaba ya casi el 90% del negocio del petróleo. EEUU era el suministrador mundial de queroseno, un lucrativo negocio que comenzó a transferir ingentes cantidades de riqueza (dinero, plata y oro) desde el Viejo Mundo al Nuevo.
El siglo XIX termino con la “presentación en sociedad” de EEUU como nueva gran potencia tras su fácil triunfo ante un valiente pero cochambroso ejercito español en Cuba y el comienzo de su adquisición de colonias y la defincion de su zona de influencia en su zona circundante: Caribe-Cuba, Puerto Rico, Filipinas, Panamá y su estratégico canal…
Poco a poco, según avanzaba da el s.XX, EEUU puso en valor la inmensa fortuna de no depender de colonias de ultramar para poner en marcha su industria, un problema ciertamente grave que sufría Europa y que forzó el proceso colonial del s.XIX. A diferencia del Viejo Continente, la joven republica disponía dentro de sus propias fronteras de prácticamente casi todo lo que necesitaban: petróleo, carbón, hierro, agua dulce, madera, todo tipo de minerales incluidos oro, plata y cobre, animales de caza, bosques inmensos, tierras de labor, pastos, ganadería, cereales, algodon…No solo eso, sino que además, podían exportar parte de dichos recursos a las cada vez mas dependientes naciones europeas, sobre todo Inglaterra, Francia y Alemania (para entonces España y Portugal, ya hacia que se habían caído de la primera línea mundial), con lo que comenzaron a atraer capitales y oro para reinvertir en toda la infraestructura que necesitaban. Por ejemplo, el tendido del ferrocarril, puentes, líneas de telégrafo y posteriormente teléfono, carreteras, edificios públicos, factorías, redes y centrales eléctricas…
También a diferencia de otras naciones, como por ejemplo nuestra España y su absurdo despilfarro con el oro y plata americanos, tuvieron la inteligencia de comenzar a manufacturar ellos mismos sus propios recursos, creando valor añadido con sus nuevos diseños de ingeniería y procesos mecanizados de producción en serie, lo que les hacia increíblemente competitivos. Gracias a ello, había comenzado un proceso de ‘feedback’ del conocimiento industrial y práctico, que les llevo a tener las mejores universidades y escuelas técnicas del mundo. Tal es así que buena parte de la tecnología e inventos de la época, son estadounidenses, con especial mención por mi parte, al automóvil, popularizado como producto de masas gracias al petróleo abundante y barato y a la cadena de producción de Henry Ford y que modelaría todo el urbanismo del s.XX y la electrificación, entre otras muchas cosas. EEUU simbolizaba la modernidad sobre la anticuada, agotada y rancia Europa.
Acompañando a toda esta riqueza que florecía de manera imparable a comienzos del siglo XX, EEUU pudo invertir no solo en educación e innovación, sino de forma paralela, en crear un poderoso ejercito con unos sistemas de armamento enormemente poderosos y sofisticados, como mostró al mundo en la Primera Guerra Mundial, donde su entrada en 1917, pese a su acervado aislacionismo, precipito el final de la contienda.
Igual que el s.XIX tuvo su punto de inflexión en la Guerra de Secesión, el s.XX lo tendría, en su primera parte, en la Gran Depresión, debida a los excesos en las expectativas y la ausencia de regulación, de la que EEUU resurgiría mas poderosa de lo que nunca jamás fue nación alguna tras una dura penitencia de una década coronada con la Segunda Guerra Mundial, que fue la constatación del paso de status de gran potencia a superpotencia. Con su territorio e industria intactos (nunca EEUU ha sido zona de guerra desde la guerra de Secesión), con el conocimiento, los medios y los recursos humanos y materiales adecuados, EEUU estaba preparada para instaurar, por si misma, un nuevo orden mundial.
Y caminando con ella, el dólar.
Afianzando el dólar…Bretton Woods.
A lo largo de 1944, aun un año antes del final de la 2ªGM, era obvio que el mundo necesitaba unas nuevas reglas del juego económico, dado que las existentes se habían mostrado totalmente incapaces de dar respuesta a los nuevos retos comerciales que el vertiginoso progreso estaba generando. Por otra parte, nunca antes se había vivido un acontecimiento tan traumático que afectase a tantas personas y naciones.
Antes incluso del final de la contienda, la elite de poder era consciente de que Estados Unidos emergería de la guerra con las mayores reservas de oro del mundo, la mayor base industrial y un gran excedente de dólares respaldado por sus reservas y su carácter de nación exportadora. Y por supuesto, el ejército más poderoso jamás conocido. Para dar salida a esta necesidad de ir allanando el terreno, en julio de 1944 aun con los cañones humeando en los campos de batalla, se reúnen en Bretton Woods (New Hampshire, EEUU) las naciones aliadas, bajo el auspicio del país anfitrión.
Por lo pronto, había que resolver varios problemas:
1º Dado que el mundo salía de la Gran Depresión, en buena parte gracias a la propia guerra, existía una legítima preocupación por el hecho de que esta se ‘retomase’ una vez llegada la paz, como ocurrió en parte en Europa tras la 1ªGM. EEUU misma, temía una vuelta a un paro rampante tras la previsible masiva reincorporación al trabajo de los soldados del frente de batalla y el ‘apagado’ de las fábricas de armamento que estaban a plena producción en aquellos momentos.
2º Aunque EEUU tenia su territorio, recursos y capacidad fabril intactas, había alcanzado una dimensión tal, que no podía establecer un régimen autárquico, por lo que necesitaba disponer de mercados de compra y venta (devastados por la Guerra) con los que interactuar. Es decir, necesitaba jugadores (naciones) con buena salud para hacerlos participar en el comercio internacional.
Por tanto se hacia necesario estimular los mercados, reconstruyendo lo destruido y favoreciendo la necesaria estabilidad para fomentar los intercambios comerciales con las menores trabas posibles.
En total acudieron 44 naciones, muchas de ellas bajo la influencia directa de EEUU (casi todas las de America Latina, por ejemplo). La URSS acudió, pero no ratifico el acuerdo. Los dos documentos de trabajo base eran, como era de esperar, las propuestas anglosajonas encarnadas por Reino Unido (John Maynard Keynes) y EEUU (Harry Dexter White). No hay que ser muy listo para saber por quien apostar: EEUU impuso su diseño, más favorable a sus circunstancias, desdeñándose el mucho mas igualitario de Keynes. Adicionalmente se aseguro la sede de las dos nuevas instituciones creadas para dar forma a las teorías: el Banco Mundial y el Fondo Monetario internacional (ambas tiene su sede en Washington). Se dejo la migaja de permitir que el presidente del FMI fuera europeo, mientras que el del BM, seria estadounidense. Esta tradición se mantiene aun hoy en día.
Existe abundante bibliografía, disponible en Internet para cualquier que desee profundizar, pero podría resumir las líneas básicas de Bretton-Woods en 4 pilares fundamentales:
1º Creación de un sistema monetario internacional con el dólar como moneda de reserva mundial. De esta manera, el dólar se convertía en el ‘sol’ sobre el que giraban el resto de monedas. Era la subida a los altares de una moneda como quien dice imberbe, que existía formalmente solo desde hacia poco mas de siglo y medio. A partir de entonces, todos los bancos centrales deben disponer de una gran cantidad de dólares en sus reservas.
2º Se establecía un patrón fijo a razón de 35$ por onza de oro. A EEUU se le concedía la prerrogativa (a todas luces un privilegio excesivo) de poder cambiar dólares por oro a ese precio sin ningún tipo de limitación ni control externo. Hay que observar que para entonces prácticamente ningún país tenia el patrón oro/plata, tras los inmensos gastos derivados de la 1ª GM (Inglaterra, por ejemplo, lo había abolido en 1931, asfixiado por la imposibilidad de atenderlo). Aunque se habla de patron-oro por el cambio fijo dólar-oro, en realidad, creo que seria mas correcto decir que se instauraba un patron-dólar.
3º Los países que tengan déficit exterior debían acudir al FMI, a través de alguna de sus agencias asociadas, para financiar sus deudas y al BM para reconstruir su infraestructura (de hecho por aquella época se conocía como Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo).
4º Se ponen las bases de la necesidad (por no decir, obligacion) de abrir al comercio todos los mercados posibles bajo la consideración de que es un derecho de los países el pujar por esos bienes. Esto acabaría derivando en el GATT, y posteriormente en la OMC (Organización Mundial del Comercio) y todos los distintos tratados de comercio.
El desechado modelo británico abanderado por Keynes propugnaba la creación de una moneda mundial (en lugar del dólar) vinculada con un cambio fijo a las divisas fuertes. La idea venia a establecer una especie de cooperativa entre países, de tal forma que los países excedentarios se obligaban a financiar a los deficitarios. Sobre esta propuesta subyacía la idea de evitar que se repitiesen acuerdos manifiestamente injustos como los de Versalles, aparte de establecer un mecanismo lo más justo posible para evitar desequilibrios y problemas que desembocasen en otra guerra. Sin embargo EEUU no estaba por la labor de compartir su enorme riqueza (país muy acreedor) con el resto de naciones, comprando bienes y recursos a terceros, cuando ellos mismos se sabían capaces de producirlos y exportarlos.
El acuerdo comenzó a funcionar aparentemente bien. En los años 50, en plena Guerra Fría y con el petróleo manando en abundancia y un exarcebado optimismo tecnológico, Estados Unidos pudo permitirse ser generoso con aliados clave como Alemania y Japón y dejar que florecieran las economías de Asia y Europa occidental para contrarrestar el comunismo (Plan Marshall). No obstante, ya entonces fue preciso abrir Estados Unidos a las importaciones de Japón y Alemania occidental para alcanzar una estabilidad. Gracias a ello, desde el puro interés estadounidense, se construyó un área de comercio orquestada por y en beneficio de Estados Unidos.
Esto se mantuvo hasta los sesenta cuando EEUU comenzó a ser importador neto de petróleo por primera vez en su historia, lo que empezó a cambiar el signo de su balanza de pagos. Los crecientes gastos derivados del pulso contra la URSS fueron como una gota malaya en el presupuesto nacional. La puntilla fue la costosa guerra de Vietnam con un gran ejercito desplegado a miles de kilómetros de casa, que llevó a una gran sangría de las reservas de oro estadounidenses.
La linea azul marca la cantidad de reservas de oro de EEUU. Observad la transferencia de oro, especialmente a lo largo de los años 60, hasta la decision de Nixon
Para 1968 dicha sangría había alcanzado cotas preocupantes por lo que los bancos centrales extranjeros que tenían dólares temieron que el déficit estadounidense hiciera inservibles sus papelitos verdes y prefirieron el verdadero y físico oro (a razón de 35$ por onza, recordemos). Casi al momento, en 1970, EEUU alcanzo casi por sorpresa su cenit de petróleo, mientras que su balanza de pagos comenzaba a despeñarse. Aquello no se sostenía por ningún lado.
En 1971, un imagino que soleado 15 de Agosto, Nixon suspendió unilateralmente la conversión de dólares por oro, derogando por tanto los acuerdos de Bretton-Woods. Sencillamente, se estaban agotando las reservas de oro. Se abría una nueva época, convulsa, un territorio inexplorado en la historia económica mundial. A partir de ese momento, el dólar que ya era dinero fiduciario (es decir, basado en la fe, en la promesa de pago de una cantidad de oro, que en esencia no era posible: habia mas billetes que oro), pasa ser dinero imaginario y se establecía la libre fluctuación de divisas. A partir de ahora serian las imprentas del Tesoro y la Reserva Federal las encargadas de inyectar papeles en el sistema, antes conocidos como moneda.
El dólar se convertía en una moneda política, basada en una suposición:
¿"confía" usted en Estados Unidos?
Hasta el infinito y más allá…
La (inevitable) decisión de Nixon daba el pistoletazo de salida a la mas febril, alocada y convulsa fase de la hasta entonces anodina historia financiera mundial. ‘Solo’ han pasado 38 años, los mismos que tengo yo. Es ciertamente fascinante lo que en ese periodo de tiempo, ha cambiado todo.
En un principio, todo parecía ir mas o menos bien. Las monedas fluctuaban arriba y abajo contra el dólar. Los mercados financieros se fueron liberalizando poco a poco. Se levantaron los controles. Se fomentó el uso de fondos protegidos y los primeros derivados financieros no regulados. Todos estos cambios se originaron desde Washington en coordinación con bancos de Nueva York. Se establecieron en lugares estratégicamente situados, los hasta entonces inexistentes paraísos fiscales, como sumidero de drenaje de la inmensa cantidad de dinero que se estaba e iba a generarse. Todo ello bajo la aprobación y mirada displicente de las distintas partitocracias occidentales.
En un primer momento, Washington no se dio cuenta del monstruo que acababa de alumbrar. Lo había hecho por necesidad, para evitar que sus reservas de oro se volatilizaran. Quedaba por ver también la reacción de los antiguos acreedores, ahora deudores, ¿Qué fue lo que hizo que el resto de naciones aceptasen este cambio unilateral en las reglas del juego? El asunto ha dado para muchos debates y algún que otro libro. No obstante la explicación mas citada, y con la que coincido, es que EEUU, como pilar y referente de la OTAN, dio un paso al frente e hizo valer su rol como el ‘primo de Zumosol’ ante la amenaza comunista. Sus socios y aliados no tenían más remedio que aceptar este nuevo acuerdo para que la esfera capitalista siguiese funcionando, especialmente en el caso de Europa, geográficamente cara a cara con los límites de la URSS-Pacto de Varsovia. Lo contrario, habría generado un notable debilitamiento, cuando no un peligroso riesgo de colapso.
Pero como decia, no a mucho tardar se hizo evidente algo: el Tesoro y la Reserva Federal estadounidense podían ejercer más influencia global mediante la deuda (deuda del Tesoro estadounidense como Bonos de Tesoro y otros efectos), de la que nunca habían ejercido manejando excedentes comerciales o incluso con la amenaza bélica directa. La deuda de una persona, empresa o nación es el crédito de otra. Todos los productos clave, sobre todo el petróleo, se comerciaban a nivel global en dólares, por lo que la demanda de dólares continuaría incluso si Estados Unidos creaba más dólares de los que justificaba su propia economía. Genial. Lo que en un principio parecía un duro golpe a la hegemonía del dólar, se había convertido paradójicamente en una rotunda victoria.
Pero no es oro todo lo que reluce mas aun, cuando, como en este caso, ya no lo hay. Al poco, los socios comerciales de EEUU tuvieron tantos dólares que temieron provocar una crisis del dólar. Notándose débiles y sin otra salida, inflaron sistemáticamente y, en realidad, debilitaron sus propias economías para apoyar al Sistema Dólar temiendo un desmoronamiento global. Colateralmente a este hecho, en 1973 un incidente entre Israel, Egipto y Siria, inflamó los ánimos de la parte islámica de la OPEP (creada una década antes para intentar coger el control de precios, hasta entonces en manos de EEUU), degenerando en un bloqueo a las, sedientas de petróleo, economías occidentales, EEUU incluida. El shock de precios fue inmediato.
Los precios subieron un 400%. EEUU, Alemania, Francia, Italia, Japón…(también la renacida España) caían como fichas de domino y quedaron económicamente devastados. El paro aumentó rápidamente y la inflación, un concepto casi olvidado en la placida postguerra, se convirtió en una amenaza muy grave. Al final de la década un nuevo incidente entre Israel y Egipto, continuado con la guerra de Irán e Irak trajo la 2ª crisis del petróleo, lo que volvió a disparar la inflación, la deuda y la necesidad de poner en marcha la maquina de hacer billetes. Y a ello se aplicaron las imprentas, con notable entusiasmo.
En los años 80 el ascenso de Ronald Reagan supuso otro punto de inflexión importante. Junto a Margaret Thatcher, diseño una gran reforma fiscal y comenzó una escalada armamentística (y en los presupuestos militares, como por ejemplo en el costosisimo programa de 'La Guerra de las Galaxias') llevada hasta el limite contra la URSS. Auspiciaron el ascenso de una nueva hornada de economistas y políticos, ambiciosos y codiciosos, muy distintos a los de la época de Nixon y Carter, que decidieron que habia que poner la maquinaria capitalista a toda potencia en una suerte de pulso contra el rival comunista. Se alcanzaron acuerdos preferentes con Japon y Alemania para nivelar las balanzas de pago (Acuerdos de Plaza, 1985). Ayudados por el golpe de suerte de los grandes descubrimientos en el Mar del Norte y Prudhoe Bay (Alaska), mas la recogida de frutos del frenesí perforador tras las crisis del 70 y una politica comun con Arabia Saudí, el mercado de petroleo quedo intencionadamente saturado de barriles lo que llevo el precio a la baja. Esto y la incapacidad para mejorar la produccion, acabo siendo un desastre de una URSS muy dependiente de sus exportaciones de petroleo. El desenlace fue el desfondamiento y posterior colapso de la economía soviética, simbolizado en la caída del Muro de Berlín. Ahora si, ya no había ningún aparente rival en el horizonte. O eso parecia…
Para ilustrar todo esto, recojo algunos datos:
+ Entre los años 1945 y 1965, el suministro total de dólares creció un 55%. Fue una época dorada de inflación baja y crecimiento estable, cabalgando sobre una energía baratísima y abundante. En el periodo de 30 años que va desde la ruptura de Nixon hasta el 11-S (2001), la emisión de dólares crece ¡¡¡mas del 2000%!!!. (Nota: Poco después en 2006, la FED deja de publicar uno de los indicadores ‘M’, en concreto el M3 - masa monetaria en circulación en base al agregado de grandes prestamos internos. Vaya, que casualidad).
+ La M3 crece entre 1990-1995, un 7% (un crecimiento bajo) lo que coincide con el dólar como divisa fuerte. En la siguiente década el mismo índice crecería un 235%.
+ Año 1974: 3,7$ valen lo mismo que 1$ de 1969. En el año 1980 nos vamos a 17$.
+ A comienzos de este siglo XXI el dólar sigue siendo la única reserva monetaria global. Aproximadamente el 67% (2/3 partes) de todas las reservas de los bancos centrales son dólares. El oro ahora ya no es más que una mínima parte del supuesto valor economico. El euro sólo supone el 15%. Hasta la creación del euro ni siquiera había un rival teórico para el papel de la reserva monetaria en dólares.
Quizás el dato más interesante de todos, es el que nos permite constatar la ruptura entre la economía real productiva y física (encarnada por la producción industrial) y la masa monetaria en circulación, tras el comienzo de la edad dorada del endeudamiento como algo bueno y deseable.
No hay mucho más que añadir.
¿Cómo funciona el sistema dólar?
Es importante entender la relación entre el déficit comercial estadounidense y el Sistema Dólar (también conocido como petrodólar). Durante la mayor parte de las últimas décadas Estados Unidos ha seguido una deliberada política de déficits presupuestarios, denominada negligencia benigna, para atrapar al resto del mundo en una sibilina dependencia del sistema monetario estadounidense. Mientras el mundo acepte los dólares estadounidenses como un valor monetario de garantías, Estados Unidos disfrutara de una ventaja única como impresor exclusivo de estos dólares. El truco, por supuesto, es conseguir que el mundo lo acepte. La historia de los últimos treinta años es la de cómo se ha mantenido este diseño, usando la Organización Mundial de Comercio, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la propia presión política y diplomática de la mayor potencia militar del mundo.
Esto ha derivado hacia un mecanismo más eficaz que ninguno de los que el Imperio Británico tenía con India y sus colonias bajo el Patrón Oro: ya no era estrictamente necesario un sistema colonial de ‘succión directa’ de los recursos, bastaba con globalizar los mercados, asegurarse el control de decidir las reglas y controlar sin cortapisas la emisión de moneda. Mientras Estados Unidos fuese la única superpotencia militar, rol adquirido tras el derrumbe de la URSS en 1989, el mundo seguiría aceptando inflados dólares estadounidenses como pago por sus bienes. Los países pobres o en desarrollo, están obligados a pasar por el aro (dolarización) para lograr la aprobación y los prestamos del casi estadounidense, Fondo Monetario Internacional. Incluso las ricas naciones comerciales industriales están obligadas a conseguir dólares para defender sus propias monedas. El efecto total de las políticas financieras, políticas y comerciales estadounidenses ha sido mantener el papel único del dólar en la economía mundial. No es casual que el mayor centro financiero del mundo sea Nueva York (en buena parte derivado de los viejos banqueros judíos emigrados desde Europa). Es el corazón del Sistema Dólar.
Para entenderlo mejor, William Engdhal nos propone un sencillo ejemplo práctico…
“…el sistema dólar funciona de la siguiente manera: una compañía alemana, por ejemplo BMW, consigue dólares por sus ventas de coches en Estados Unidos y entrega los dólares al Bundesbank o al Banco Central Europeo (BCE) a cambio de marcos o euros que pueda usar. El BB/BCE crea así sus reservas monetarias en dólares. Desde la crisis petrolífera de los setenta, la necesidad de tener dólares para importar petróleo se convirtió en una política de seguridad para la mayoría de los países, Alemania incluida. Incentivar las exportaciones de dólares era un objetivo nacional. Pero desde que el Bundesbank ya no pudo conseguir oro por sus dólares, el problema se convirtió en qué hacer con la montaña de dólares que había ganado su comercio. Decidieron ganar al menos una tasa de interés comprando seguros y sólidos Bonos del Tesoro estadounidense. Mientras Estados Unidos tuviera un gran déficit presupuestario había abundantes Bonos para vender.
Hoy la mayoría de los bancos centrales extranjeros tiene Bonos del Tesoro estadounidense o productos similares del gobierno de ese país como sus "reservas de moneda". De hecho, se calcula que tienen entre un millón y un millón y medio de billones de dólares de la deuda del gobierno estadounidense (Nota Azaris, esta cantidad es de hace unos añitos, en la actualidad esa cifra se ha incrementado espectacularmente, hasta estar cerca de doblarse). Y aquí está la perversidad del sistema.
En efecto, igual que un drogadicto, la economía estadounidense es adicta a los préstamos extranjeros. Es capaz de disfrutar de un nivel de vida mucho más alto del que tendría si tuviera que utilizar sus propios ahorros para financiar su consumo. Estados Unidos vive del dinero prestado por el resto del mundo en el Sistema Dólar. En efecto, los trabajadores alemanes de BMW fabrican los coches y se lo regalan por nada (físico) a los estadounidenses, cuando el banco central usa los dólares para comprar bonos estadounidenses.
El déficit comercial estadounidense supera(ba) ya la increíble cifra de 500.000 millones de dólares y el dólar no se derrumba. Pero ¿Por qué? Sólo en mayo y junio de 2005, el Banco de China y el Banco de Japón ¡compraron 100.000 millones de dólares del Tesoro estadounidense y otras deudas del gobierno! aún cuando el valor de esos bonos estaba bajando. Lo hicieron para salvar sus propias exportaciones manipulando el yen y al dólar para evitar que subiera el yen.
Porque el sistema de pagos mundial y, más importante, los mercados de capital mundiales -reservas, bonos, derivados- son mercados en dólares: el dólar arrolla a todas las demás monedas. El Banco Central Europeo podría ofrecer una alternativa. Pero hasta ahora no lo hace. Sólo reacciona a un mundo dólar. Los bancos alemanes destruyen la economía alemana ya que se precipitan a imitar a los bancos estadounidenses. El Sistema Dólar está destruyendo la base industrial alemana. La política económica nacional alemana así como la política del Bundesbank y ahora del BCE está orientada al sector exportador mucho más pequeño, para potenciar al máximo los dólares excedentes del comercio, o a los grandes bancos, para atraer el mayor número de dólares posible.”
Lo realmente paradójico es que, una vez se ha aceptado el juego, ya no hay marcha atrás. Si ahora China, que merece capitulo aparte, Japón, Alemania o cualquiera de las agresivas economías exportadoras del arco pacifico, decidiese inundar el mercado con su ingentes cantidades de bonos y dólares, se encontraría con un claro efecto boomerang: al destruir el dólar y dinamitar la economía estadounidense, perdería los clientes de sus exportaciones (EEUU mas las economías europeas, imbricadas unas con otras). En el caso de China, esta decisión, que algunos apuntan como un as en la manga, es, cuanto menos discutible. La elite de poder China obtiene grandes beneficios al consentir la perpetuación del actual modelo pseudo-comunista. Al no permitir la democracia ni la disidencia, logra una gestión mas eficaz de un grupo humano inmenso, que de otras manera, posiblemente se tornase ingobernable en las actuales condiciones. Así pues, un hipotético derrumbe de EEUU supondría a corto plazo la imposibilidad de sostener su gigantesca industria, lo que acabaría derivando en un paro brutal, hambrunas (difícilmente podrían pagar las enormes importaciones de soja, por ejemplo) y revueltas sociales de casi imposible contención. Al final el famoso as, ha salido un tanto díscolo. Un peligroso punto de equilibrio: dilema del prisionero.
Al final, he ahí el gran problema. Todos somos cautivos del dólar. De su propia fortaleza, de su increíble capacidad y éxito para sostener un déficit monstruoso, insostenible a largo plazo y dañino, con naciones que cumplen roles muy determinados y privilegios adquiridos. NO podemos pretender escapar sin rasguños de sus consecuencias, porque en una economía globalizada no es posible plantear alternativas solventes que sean aceptadas voluntariamente. ¿Quién le pone el cascabel al gato?. Llegados a este punto a lo mejor os preguntáis, ¿pero entonces esta deuda NUNCA se va a devolver? ¿Se devuelve alguna vez? Si se va a hacer no se puede saber. La segunda pregunta si tiene respuesta y es NO. El slogan de los distintos Bancos Centrales y la FED debería ser el ya muy famoso de Buzz Lightyear y que encabeza este capitulo. Así de fácil es: los bancos centrales se limitan a seguir comprando nueva deuda, refinanciando las viejas, en una delirante huida hacia adelante. Incluso en escándalos potencialmente peligrosos como la crisis de los bonos LTCM (Long-Term Capital Management) derivados de la demora rusa en el pago, la solución ha sido…mas leña al fuego. Las deudas de Estados Unidos son los activos del resto del mundo, la base de su/nuestro sistema de créditos.
Lo que aparenta una amenaza (una deuda gigantesca) se convierte así a corto plazo, en un arma poderosísima. Insisto: todo depende de la fe en el dólar. Si algún día se pierde, el sistema se vendrá abajo, porque las relaciones tendrán que redefinirse y el coste de algo así es muy alto y no hay ninguna garantía de éxito en la tarea de organizar el comercio como hasta ahora: fiable y abundante, lo que supondría un duro golpe al espíritu que mueve nuestra economía: las “expectativas”.
Esta amenaza digamos, ‘indirecta’ no funciona tan bien con las naciones de segundo o tercer nivel, que ven que tampoco tienen mucho que perder y que están destinadas a servir como fuente de recursos y/o mano de obra barata. Así que para esos casos, ya están ahí los ‘policías’ del sistema: BM y FMI amenazando y obligando a seguir sus ‘recetas’ (devaluar monedas, privatizaciones a mayor gloria de grandes multinacionales, corte de subsidios, asignación de roles económicos en beneficio propio…). Llegados a los extremos, si no funciona la cabeza de caballo en la cama o las reuniones a capitulo del embajador, siempre se puede pasar a las bravas: acusaciones de favorecer el terrorismo o de corrupción, fomento de algún escándalo o de la disidencia interna para facilitar un golpe de Estado, favorecimiento de la corrupción… la lista es amplia e incluye todo tipo de acciones de presión que algunos tenemos en mente: golpe (fallido) de estado en Venezuela, apoyo a los insurgentes de Santa Cruz contra Evo Morales, acusaciones varias al régimen iraní o antes al libio…la lista da mucho de si. Algunos, como Irak, prueban incluso el sabor de la pólvora y el uranio empobrecido de los Abrams. Es ley de vida, es la ley del más fuerte.
Rizando el rizo. La última década.
Esta es a buen seguro la parte mas conocida por todos. Repasémosla.
Desde la crisis de 1998 en Asia, la situación de la deuda estadounidense que ha venido siguiendo una tendencia alcista irrefrenable, explota como una palomita de maíz en un microondas . El epicentro de esta repentina eclosión radica en la deuda del consumidor privado estadounidense, elegido como nuevo modelo de creación de riqueza, vía endeudamiento. Mas precisamente, el núcleo de la deuda del consumidor era el crecimiento del endeudamiento por la hipoteca de la vivienda, impulsada por dos agencias semi-gubernamentales, Fannie Mae y Freddie Mac (ahora intervenidas), lo que crearía una burbuja de dimensiones descomunales, cuyo final todos conocemos. Para terminar de crear el escenario, causa-efecto, la FED dirigida por Alan Greenspan, decidió bajar los tipos de interés hasta tal punto que estuvieron en tipos reales negativos (es decir era mas ‘barato’ endeudarse que ahorrar). Desde el desplome del mercado de valores en 2001, la Reserva Federal bajó la friolera de 13 veces los tipos de interés, hasta el nivel más bajo de los últimos 45 años.: el 1%. El objetivo era mantener el coste de la deuda absurdamente bajo para que las familias pudiesen continuar endeudándose para sostener el nivel de consumismo requerido por el PIB:
Y todos aplaudían. Alguno llego a hablar del triunfo de la ‘nueva economía’ y de que a partir de ahora no seria estrictamente necesario producir, tarea que quedaba para los países ‘asistentes’, dado que la verdadera riqueza “residía en la información” (
Tony Blair dixit). Visto en perspectiva el asunto recuerda a aquel cuento del niño y el emperador desnudo.
Alegres y despreocupados, los hogares estadounidenses (y no solo estadounidenses), asumieron nuevas deudas hipotecarias de vivienda, en una verdadera orgia consumista. Para 2005 la deuda hipotecaria total en EEUU estaba justo por debajo de 5 billones, el doble de la deuda en 1996. Y, (esta es la referencia interesante) había crecido mucho más rápido que los ingresos personales per cápita. De hecho es mucho mayor que el PIB de la mayoría de las naciones. Algunos analistas estiman que ¾ partes del PIB procede del consumo interno.
El objetivo ha sido inflar el mercado inmobiliario especulativo para mantener funcionando la economía. El coste han sido sorprendentes y delirantes niveles de deuda. Aquello era inasumible, pero nadie sabia ni hasta donde aguantaría la cuerda, ni como parar aquella dinámica, así que no se hizo nada.
Colateralmente la capacidad productiva de EEUU (y por supuesto Europa) se reducía de forma sistemática, desmantelando factorías y externalizando tareas hacia países emergentes con menor coste en mano de obra y menores trabas medioambientales. Hoy apenas el 10% de la fuerza de trabajo está en la industria. En 1970 era el 30%. A ello colaboraba un barril a apenas 10$ (1998) que permitía un transporte barato. Con este escenario las mega-multinacionales surgidas tras la fiebre de fusiones de finales del s.XX no encontraban motivaciones para invertir en nuevas fábricas o empleos en los otrora países productivos, como EEUU. Sencillamente se iban a China o a cualquier otro país, preferentemente del arco asiático-pacifico. Y punto. No había que ser un lince para darse cuenta de que Estados Unidos corre peligro de destruir a su propia clase media y sus industrias estratégicas, mediante el proceso de enviarlas a zonas baratas. Mientras unos y otros opinaban el paro subía, pero muchos lograron recolocarse en tareas del voluble sector de los ‘servicios’. La globalización, si.
Y ¿de donde venían las ingentes cantidades de dinero precisas para sostener todo esto? En el diseño efectuado por la FED (Greenspan), esto era posible gracias a la circulación de dólares impresos por las imprentas y apuntes bancarios creados de la nada, entre las naciones productoras-acreedoras y EEUU (ver ejemplo de Engdhal, mas arriba). Pero si ese dinero no circulaba, la Reserva Federal se vería forzada a subir sus tasas de interés para hacer más atractivas las inversiones de dólares, como así ocurrió finalmente. Cuando no hubo mas remedio que hacerlo (también para evitar la rampante inflación), esto provocó una crisis en la deuda del consumidor, impagos de hipotecas, quiebras de tarjetas de crédito y de créditos destinados al consumo lo que ‘conecto’’ con la ‘economía real’: menos consumo = mas desempleo. El resto del proceso ya lo conocemos.
Adicionalmente, dado que buena parte del endeudamiento se formalizo con respecto a tasas de interés bajas sin precedentes y con tipos variables o ‘creativos’, cuando dichas tasas subieron, millones de estadounidenses de pronto se encontraron con que era difícil mantener el tren de vida, cuando no directamente imposible afrontar el pago. Ello llevo a un descenso del consumo, que comenzó la espiral decreciente. Primero muy lentamente, nada mas un leve cambio de tendencia, solo perceptible para quien quisiera verlo, que no era poco. Luego comenzó a afectar al paro. Y el proceso de aceleró. El despeñamiento bursátil de 2007 fue la asunción de que la fiesta se había terminado y que las expectativas se habían evaporado. Pero la cosa no iba a quedar ahí. Los bancos estadounidenses, con la codicia como bandera, habían sembrado todo el sistema financiero-bancario de toda clase de instrumentos financieros de diseño basados en la paquetizacion de deuda inmobiliaria de dudoso cobro ahora que las cosas se ponían feas. Hasta tal punto había llegado el asunto que ahora nadie parecía ser capaz de decidir que activo era bueno o no, lo que termino de quebrar la frágil esperanza de extirpar el tumor. Cuando finalmente estalló la burbuja inmobiliaria, esto fue directamente el Apocalipsis para la banca de inversion y un drama para la banca mas tradicional. Gigantes aparentemente intocables como JP Morgan/Chase, Wells Fargo, BankAmerica, Bear Stearns o Fannie&Freddie Mac se tambaleaban y en algunos casos de desplomaban y disolvían como un azucarillo, después de ser evidente que sus inflados valores y balances no eran reales, pero que si lo era la monstruosa deuda acumulada.
Hasta aquí, con algunos inevitables flecos y temas por tratar, dejo el tema del camino recorrido. Ahora si, con esta base, podemos intentar entender algo mejor lo que podría ser el futuro inmediato.
¿Hacia donde camina el dólar?
Lo primero que podríamos preguntarnos es si este sistema podría alcanzar algún punto de equilibrio que permita perpetuarlo (asumiendo, que es muy discutible, que este orden es el mejor posible). Yo creo que la respuesta es NO. Parece claro que en algún momento, con especial sospecha al abandono del patron-dólar/oro, el asunto se ha ido de las manos. Y cuando esto fue obvio, la respuesta fue perseverar en el mismo modelo, afinándolo y llevándolo aun más lejos, como forma de aplazar el desastre. En mi opinión, basado en la experiencia reciente, las políticas liberales cada vez más agresivas, del FMI-BM lo único que han logrado es llevar a la bancarrota a numerosas economías, lo que ha derivado en conflictos internos y externos, de todo tipo. Eso si, de forma indirecta ha facilitado a los países ricos el acceso fácil a recursos que las empobrecidas economías de los países pobres no necesitaban.
La misma política exterior norteamericana, se ha ido volviendo paulatinamente más agresiva e intervencionista, lo que, cual pescadilla que se muerde la cola, ha generado mas gastos militares para sostener las distintas cruzadas emprendidas. Quizás el mejor ejemplo de lo que ha provocado EEUU con su intervencionismo, aparte de los citados incrementos nominales en el presupuesto militar, es la relación con los países musulmanes. Las actuales malas relaciones (con la interesada excepcion de las petromonarquias) no fueron siempre asi, ni mucho menos. Hasta 1960, estos consideraban a EEUU un claro aliado. Cuando se hizo evidente el incondicional apoyo de EEUU al Estado de Israel y las injerencias en los estados petroleros de Oriente Medio (elevadas a ‘política de empresa’ con la Doctrina Carter), comenzaron las tensiones. De aquellos polvos, estos lodos: Libia, Crisis de los rehenes con Irán, Siria, 11-S, Afganistán, Irak…Todo por la necesidad de energía barata y abundante y porque había que sostener un modelo basado en el dólar que permitiese prorrogar la supremacía de EEUU en el mundo, especialmente ante la amenaza del comunismo.
Si asumimos como ciertamente casi utópico esperar que el sistema se autorregule, lo siguiente seria preguntarnos cuales son los límites reales del Sistema Dólar. Durante los últimos 38 años el Sistema Dólar se ha construido sobre una creciente deuda en dólares.
¿Qué pasaría si el resto del mundo decidiera que ya no quiere dar sus ahorros al Tesoro estadounidense para financiar sus déficits o sus guerras? ¿Qué pasaría si China decide que debería diversificar sus riesgos comprando deuda europea? ¿O Japón? ¿O Rusia? Todo esto sin olvidarnos tampoco de la mareante y colosal deuda interna estadounidense. ¿Qué pasaría? Pero sobre todo ¿Dónde esta ese limite? ¿Existe? Puede parecer una pregunta tonta, pero en realidad los economistas y políticos que gobiernan el mundo, se han estado comportando como si no hubiese ninguno. Pero es obvio que hay un límite a la cantidad de deuda que pueden pagar las familias estadounidenses o EEUU como nación, para mantener a flote la economía.
La cifra total de la deuda como hemos visto y podemos ver en los gráficos, ha alcanzado valores surrealistas. En 2006 suponia el 6% del PIB, algo demencial.
Con un paro que aumenta rápidamente y una economía real en recesión, en algún momento llegará un violento choque con la realidad, según avance el inevitable desapalancamiento financiero. Estamos en ese punto donde el consumidor deja de comprar, primero porque se retrae, pero sobre todo porque la financiación fácil, abundante y barata, se cierra. Entonces la economía industrial-productiva-real no será capaz de crear nuevos trabajos para sostener una verdadera recuperación. Entre otras cosas porque los empleos han ido a China y otras economías asiáticas. Incluso allí, la sobreproducción solo posible durante una época de consumo desaforado, hará que estos países también entren en recesión, porque tendrán que producir menos, con las consecuencias ya conocidas. Esto es algo que, insisto, estamos viendo ahora. Y se esta intentando hacer lo mas suavemente posible para evitar pánicos.
Una posible solución seria conseguir que China revalúe su moneda, ajustando hacia una menor competitividad su producción. Pero no es fácil conseguirlo. Primero porque China camina por libre y no esta sojuzgada al poder directo de la Casa Blanca y segundo, porque el mismo EEUU necesita el dinero chino para financiar sus crecientes déficits. Cada vez más, el Sistema Dólar depende de un creciente índice de apoyo del resto del mundo para mantener los niveles de la deuda estadounidense. Pero la cuestión es dónde se puede conseguir esto. Ésta es la verdadera causa del giro estadounidense al unilateralismo y la amenaza militar como ingrediente básico de la política exterior. Ya no se puede dar a Europa un trozo de la tarta del Tercer Mundo como en los ochenta. Japón tiene que soltar aún más dinero, lo mismo que hace China ahora. . Si el Sistema Dólar va a seguir siendo hegemónico, debe encontrar nuevas fuentes principales de financiación. Pero insisto, ¿Cuáles? No pocos, analizando la perspectiva histórica y aduciendo a la reacción del escorpión al sentirse acorralado, han expuesto como muy factible el promover una gran Guerra. Pero en una época donde varias naciones disponen de arsenal nuclear, es un riesgo que da bastante vértigo. Aparte de que no parece muy claro quien/quienes podrían ser los rivales de EEUU. ¿Los musulmanes? ¿China? ¿Rusia? ¿?
En las ultimas reuniones del “G-ponga el nº que desee”, se ha hablado de ‘un nuevo Bretton Woods’, ¿el rescate 65 años después de la olvidada propuesta británica o algo similar? ¿Tal vez el reemplazo del dólar por el euro o por la moneda china…o tal vez por el
http://es.wikipedia.org/wiki/Amero amero?.
Por ahora, solo son suposiciones en forma de ríos de tinta y fuentes electrónicas, en toda clase de publicaciones e Internet. Es cierto que se ha producido un repunte del dólar como refugio contra el caos financiero reciente, pero cuando se recobre cierta normalidad, esta claro que la sobrevaloración del dólar, aun mas comprometida por el anuncio de endeudamiento de Barack Obama y sus planes de rescate, no va a gustar mucho a los inversores que no se mostraran muy felices con el pobre rendimiento de los activos en dólares. Esto hará precisa una corrección importante, con las consecuencias que he intentado desgranar y que en el caso concreto del ciudadano estadounidense, niño mimado del destino (American way of life), supondrá un gran descenso en el nivel de vida y una inflación muy alta. Es un buen contexto para que surja algún salvapatrias peligroso, aunque esto no es mas que una mera suposición.
El dólar da señales de agonía. Cuanto durara dicha agonía, hasta la sustitución por un nuevo modelo es algo que no podemos saber. Resulta tentador proponer fechas o elucubrar con situaciones que llevarían al derrumbe (yo apostaría por la gran crisis china, aun por pasar, pero ¿cuando?…), pero son tan abrumadoramente altas las variables a valorar, que lo consideraría un simple juego de azar. Lo único que si es seguro es que mirando los datos y las graficas, el camino elegido difícilmente tendrá un final feliz. ¿Alguno ve otra cosa?
Saludos.
). Te he puesto en negrita la clave del asunto.Dice "rebote en la producción industrial". ¿Qué rebote si está todo el tejido productivo cada vez mas por los suelos? Hay algo que a algunos no se les mete en la cabeza y es esto: "PARO = MENOS TEJIDO PRODUCTIVO". Mientras el paro esté como esté (y no, está subiendo y lo que queda), no puede haber rebote de tejido productivo ni en sueños. Esto es como lo de menos trabajadores = mas productividad. ¡¡Las narices!! Eso te lo dirán los números,pero al final cuanto mas agobiado esté un trabajador menos produce. 
para todos 
impresionante