CUENTA ATRÁS
Lo que desde Ácratas veníamos anunciando en todos los tonos posibles ya ha sucedido. La Bolsa cae en barrena (un 6% hoy mismo) y los bancos europeos se deshacen de la Deuda española, porque saben que España suspenderá pagos antes de septiembre. Mientras Zapatero reza junto a Obama, y es tildado por toda la prensa europea de incompetente con ínfulas, el propio PSOE busca recambio a marchas forzadas (y propone al sacamocos de Solana) y el
PP solicita elecciones anticipadas, como si tuviera alternativa a lo que sucede ahora mismo en España, que es consecuencia de errores acumulados durante una década.
Mientras, Zapatero (el peor presidente que ha tenido España nunca) tapona las grietas del Titanic que pilota (?) haciendo propuestas absurdas, como cambiar la edad de jubilación por la cara y pretender que se cotice un mínimo de 25 años para tener derecho a una prestación contributiva. Y los medios distorsionan la verdad haciéndonos creer que la discusión es si debe hacerse eso o procurar que trabaje más gente, pero escamoteando que, diga lo que diga el Pacto de Toledo, las pensiones no tienen por qué sostenerse exclusivamente con las contribuciones de los trabajadores en activo. ¡Ah, que nadie lo había pensado,¿eh?! Pues es lo mismo que sucede con la sanidad. O, por poner un ejemplo más dinamitero, sería lo mismo que el que se propusiera que los cargos políticos se mantuvieran exclusivamente a través de las cuotas de los militantes de sus partidos, y no del Estado. En fin, es lo de siempre: no hay debate en el que no se escamotee la verdad, consiguiendo que la gente acabe discutiendo sobre la decoración de las ramas de árbol.
Y, por supuesto, sigue la mentira descarada, el encubrimiento, en las instituciones que debieran ser serias en estos momentos, como el Ministerio de Economía o el Banco de España. Leed el último informe de éste (enero 2010) y comprobaréis que la disección de Mess en su artículo "¿JESUCRISTO EN OVNI O EN UN MIRAGE?" es exacta, incluyendo la burda mentira que nos iban a soltar en este preciso boletín de enero, que la caída del PIB anual que admitirían para el conjunto de 2009 sería de sólo el -3,6% (cuando la verdad roza las dos cifras negativas). Lo ha clavado todo, hasta eso; y también las herramientas utilizadas para el fraude, los deflactores del PIB falseados, que se evidencian en las gráficas del Banco de España (¡Pero cómo cuentan con la ignorancia general de los españoles!)
La solución que nos va a caer encima a los españoles, a estas alturas, está clara como el agua; y como nunca nacionalizaremos la Banca, será ruinosa. España saldrá de la moneda única antes de fin de año, aunque significará que, tras una devaluación de la peseta hasta trescientas por euro, no podamos pagar la deuda externa en décadas, como si fuéramos un país tercermundista, que es en lo que nos hemos convertido en sólo dos años de socialismo dislocado. Pero, al menos, nos permitirá ser competitivos y producir a toda máquina, recuperando el empleo, aparte de emitir moneda mientras sea necesario. Alemania tiene que dejarnos tirados en la cuneta, porque no puede con nuestro lastre: igual que a Grecia, cuya salida del euro es inminente.
La solución verdaderamente operativa sería otra, claro; y la hemos explicado en diversas ocasiones: nacionalización de la banca; salida del euro; nacionalización de las minas de oro; emisión de una nueva moneda con respaldo de éste; coeficiente de encaje bancario del 100%; iniciar obra pública por valor de medio PIB y emitir moneda contra ésta; depreciar la peseta hasta donde los mercados internacionales exijan; reducir los impuestos cambiando el IVA por un impuesto más sencillo; reducir la plantilla de funcionarios y laborales fijos de la Administración Española, pasando parte de los que tenemos a las empresas públicas. Y, en definitiva, ponernos a trabajar todos como posesos para recuperar el bienestar en nuestro país; y no parar de hacerlo en los próximos veinte años. Por cierto, nada de retrasar la edad de jubilación: lo que hay que hacer es dejar paso a los jóvenes, no mantener a los viejos en sus puestos más tiempo.
En fin: como veis, lectores, nada nuevo bajo el sol. Excepto que el colapso final ya está aquí, tal y como vaticinó este diario. Ahora, los que más ridiculizaban nuestros pronósticos dirán que esto lo sabía todo el mundo... Lo que os decía: Nada nuevo.
FÉLIX UDIVARRI