La metastasis financiera: camino a la perdicion

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Esta claro que las autonomías con el cancer de España. Chorizos * 17

yo veo imposible una transición y democracia estable sin autonomías.. otra cosa es que se hayan "aplicado" mal y que la lelatad de los partidos nacionalistas haya sido una simulación.
 
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Eliminación de autonomías YA.

España, única e indivisible, y libre de chorizos.


Veo que mi firma va cogiendo adeptos :juas



En un mundo globalizado no tienen sentido las autonomías. El pez grande se acaba comiendo al chico.

de todas formas también hay que eliminar el 50% del estado y burocracia. Con una embajada europea por ejemplo ya sobra y así muchas.

Otro tema es que la mentalidad nórdica con la latina.....:pensativo
 
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En un mundo globalizado no tienen sentido las autonomías.

Bueno, eso lo dirás tú.

Lo que no tiene sentido es un "estado de las autonomías". En los estados avanzados, existen una o dos autonomías -con ciertas particularidades historicoculturales- con algunas competencias transferidas, y todos tan contentos.

Pero en el país donde la envidia es el pecado nacional, tales competencias se veian como "privilegios". Y claro, eso sí que no. "No tengo ni idea de qué es un estatuto, pero yo quiero lo mismo que esos". De ahí salió el engendro ese llamado "estado de las autonomías" también llamado "café para todos".
Nos quedamos a medio camino entre un estado federal -donde la administración central es mínima- y un estado centralizado. En España tenemos la misma administración central que antaño, con unas administraciones autonómicas del copón bendito. Un lujo absurdo.
 
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Traducido: que lo cojonudo hubiera sido que a vosotros os hubieran dado todas las competencias del mundo, pero los demás, que se jodan. Envidiosos. :lol

Manu1oo1
 
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Ahí está el problema, Manu: que veis el autogobierno como un privilegio, o mejor dicho, como un agravio comparativo con el resto.

Estoy seguro que los suecos -por poner un ejemplo- no se sienten menospreciados porque Laponia tenga sus propias leyes y sus cosas.

Semos un país de cafres ignorantes. :garrulo
 
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No. El problema es que vosotros os véis como merecedores de todo privilegio, y los demás no. El eterno ombliguismo.

Manu1oo1
 
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Por supuesto. Reclamar supuestos derechos que solo lo son para vosotros y no para el resto de españoles, se llama así: privilegio.

1. m. Exención de una obligación o ventaja exclusiva o especial que goza alguien por concesión de un superior o por determinada circunstancia propia.
 
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En algún sentido (todavía estoy intentando saber cual) tiene algo de cierto lo que dice LoJaume. Pero añadiría varías cosas. En esos Estados se hace una distinción en algunas regiones por sus particularidades o peculiaridades. Me estoy refiriendo por ejemplo al territorio de Nunavut en Canadá, la tierra de los esquimales que por cierto tiene una gran extensión. Allí por las particularidades y costumbres del pueblo que allí se concentra con una densidad irrisoria se les concedió una Autonomía. Es una tierra muy aislada, con una serie de tribus muy difíciles de occidentalizar que cuenta con su propia cultura, y su propia visión del mundo y con unas necesidades diferentes a la del resto de canadienses.

Aspectos parecidos pueden concurrir en Laponia, o Groenlandia. En otros aspectos podríamos hablar de las dos chinas, de Hong Kong y Macao con respecto al dominio Socio-Capitalista de la China más continental y que tienen sus peculiaridades financieras, impositivas y de libertades con respecto al resto de Chinos. Ya no hablamos de los territorios coloniales o no incorporados que tienen países de nuestro entorno o EEUU en el Atlántico o en el Pacífico.

Una tierra con otro aspecto peculiar sería el enclave de Kaliningrado, pero los rusos no les han otorgado una autonomía especial.

Pero para no irnos por las ramas, que me veo, podríamos decir que podría ser más interesante un modelo autonómico especializado atendiendo al tipo de economía y necesidades que puedan existir en distintos puntos del territorio. Sí en Barcelona o en Madrid hay un sector servicios muy desarrollado (Bancos, consultoras, etc, etc, etc) con respecto a otras regiones, pues se podría abrir por ahí una cierta autonomía o privilegio para fomentar esa industria y la economía de cada región. Sí en otras tierras se vive del sector primario en una importante proporción o de la industria pesada, también atender a esos condicionantes. Por suerte o por desgracia España está muy desigualmente desarrollada. Atiende esto a razones históricas en algún caso, los altos hornos se ponían en Bilbao o en Málaga y se los llevó Bilbao, por poner un ejemplo, pero también hemos comprobado que la idea de que Franco nos dejó atrasados no siempre funciona si vemos que Andalucia en muchos casos no ha sabido jugar con sus posibilidades en 30 años. Lo mismo podemos decir de las Castillas o de Extremadura, que podría bien haber sido un buen punto de unión comercial con Portugal de camino a las grandes ciudades. Pero no, las interrelaciones comerciales entre Portugal y las Castillas, Extremadura o Huelva se reduce a cruzar la frontera para comprar café y toallas (aparte de tabaco de contrabando bien rico).

Entonces los peros que le pondría a LoJaume no sería especialmente conceder unos privilegios al País Vasco o Cataluña porque sí, en definitiva todo el territorio español tiene su historia y muchas no han recibido una mierda (ni tampoco se lo han ganado posteriormente), tampoco veo bien los privilegios que ahora existen como respuesta a que hace doscientos años para poner contento a, se dieron. Veo que sí es posible buscar privilegios y competencias atendiendo a las peculiaridades de cada sitio y a sus ventajas para fomentarlas.
 
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La revocación de los PRIVILEGIOS de ciertas comunidades autónomas es una necesidad objetiva que debe abordarse más pronto que tarde, con total naturalidad y sin rasgarse las vestiduras por ello, sabiendo que es lo lógico y lo mejor para TODOS los ciudadanos.

Es hora de que se acabe la fiesta y se empiecen a tomar medidas en serio para evitar el despilfarro de comunidades que están más preocupadas de poner embajadas en Kazijistán o pegatinas ilegales en el coche que en la propia ciudadanía.

BASTA YA de tanta tontería. Es hora de ir al grano y de meter mano. Que otro gallo así nos cantaría.
 
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¿Es un privilegio tener un IRPF dos puntos superior al territorio común? Una cosa es desde donde se gestionen los servicios públicos y otra, muy distinta es tener privilegios.
 
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Bueno de algún lado habrá que compensar los fueros...
 
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Las Bolsas y los mercados de deuda recuperan la confianza en Europa

Los inversores examinarán hoy los resultados de la cumbre. -Las primas de riesgo bajan con fuerza en los países rescatados y en España e Italia. -El Ibex sube casi el 3% y recupera los 10.000 puntos
Un puro espejismo, bajo mi punto de vista.

Se han de dejar quebrar varios países para que podamos ver el fin del túnel.
 
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Bueno ya lo han hecho con Grecia aunque lo llamen "de otra forma".
 
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La Carta de la Bolsa - Funcionarios

Funcionarios
Santiago Niño Becerra - Viernes, 22 de Julio

“La Generalitat realizará 1.500 despidos en el sector público” (El País 16.07.2011, Pág. 1), y luego, en Pág. 12: “La Generalitat presentará un ERE para 1.500 empleados de empresas públicas”. Las noticias no se refieren a personal integrado en los cuerpos de la función pública en el más estricto sentido de la palabra: es personal de la Administración con alguna modalidad de contratación laboral, pero que entra totalmente en el rótulo ‘Empleo Público’ y que a los ojos de la gente son ‘funcionarios’.

Es curioso lo que ha sucedido con el factor trabajo ocupado en las administraciones públicas, muy curioso. Hasta hace cinco años un funcionario era ‘un pringao’: quienes sabían, quienes sabían lo que había que hacer, compraban un piso un Lunes y lo vendían un Viernes ganándose 30.000 euritos; o ‘se sacaban en horas tanto como en sueldo’. ‘Pareces tonto tío, yo me levanto al mes cuatro veces lo que tú te sacas en ……..’, decía el que sabía lo que había que hacer al amigo empleado público del negociado de Hacienda o del departamento de vialidad de un Ayuntamiento o de un Gobierno regional.

Y era cierto, los mil o mil doscientos euros, o los novecientos de un empleado público se transformaban en cuatro o cinco mil o en mucho más, en el caso de muchos trabajadores de la construcción, o encargados de barras en bares de copas -‘Y además ligo, tío, cada noche’-, o trabajadores de empresas de transporte -‘Y la mitad en negro’-, mientras, el empleado público hacía sus horas a cambio de sus mil euritos mensuales. Hasta que las cosas cambiaron.

‘¡Estoy hasta los cojones de pagar impuestos como un cabrón para pagar a funcionarios que se pasan el día tocándose los huevos!’ exclamó el empleado de la construcción cuando empezaron a reducirle horas y sueldo, y algo parecido dijo el encargado de la barra del bar de copas cuando empezó a rumorearse que el local podía cerrar, y palabras calcadas pronunció el transportista cuando los encargos comenzaron a descender. De la noche a la mañana aquel pobre pringao al que le daban mil euros a cambio de ocho horas se había convertido en un ‘hijoputa al que había que seguir manteniendo’.

Prácticamente nadie, preguntó: ‘Ese empleado público, ¿qué hace?, ¿a qué se dedica?’. De la noche a la mañana el empleado público se convirtió en el monstruo comegalletas que estaba esquilmando unos recursos que, se decía, estaban escaseando. A día de la fecha, la inmensa mayoría del empleo público, funcionario o contratado, lleva perdido, en dos años, el 8,5% de sus ingresos: la reducción habida más la congelación actual, sin embargo cuando un Gobierno anuncia reducciones de empleo público muchos esbozan sonrisas de satisfacción, ¿por qué?.

Por algo que ha pervertido y lleva pervirtiendo la esencia de una actividad absolutamente esencial, la del empleo público: al funcionario es extraordinariamente difícil despedirle. La inmensa mayoría de la población piensa que es injusto (lo piensa en las recesiones, en esta crisis, le importa un rábano en los booms) que el empleo público sea vitalicio; posiblemente ignore el motivo de que sea así.

Antes no lo era, y pasaban las cosas que el escritor Mariano José de Larra contó tan bien en sus trabajos; para evitar eso se decidió, sabiamente, que el funcionariado sería una carrera técnica al margen de quienes gobernasen y de su color (claro que en España, tras la Guerra Civil, quienes la ganaron hicieron una limpieza, pero eso es otra historia), ¿por qué?, pues para que la administración de las cosas públicas tuviese una continuidad al margen de cambios de Gobierno: al ser profesionales quienes llevaban a término sus tareas pervivían a colores políticos porque lo que hacían estaba más allá de colores políticos: suturar un corte de veinte centímetros producido en un accidente de tráfico no entiende de siglas de partidos).
‘Ya, pero, ¿por qué existen empleados públicos?, ¿por qué el Estado y los Gobiernos locales deben realizar tareas y trabajos?, ¿por qué no se privatiza todo?’, pregunta alguien. Cuando, tras la II Guerra Mundial, el planeta entró en el estado de bienestar en el que ha estado hasta hace poco, se llegó a la conclusión de que existían una serie de bienes y servicios en los que a la iniciativa privada no le interesaba entrar porque por esos bienes y servicios no se podían vender a precios libres debido a que eran bienes y servicios a los que, por definición, todo el mundo debía tener acceso; a la vez que, al hacerlo, se redistribuía renta de los más ricos hacia los más pobres a través de las mucho mayores contribuciones fiscales que aquellos pagaban a fin de financiar los bienes y servicios que todos consumían. En unos países esta sistemática se llevó más lejos y en otros se quedó más cerca, pero en casi todo el planeta ese mundo quedó reservado para el empleo público.

Hoy el funcionario se halla en retroceso porque todo lo que lo justificaba lo está: relean el párrafo anterior. Si a eso añaden un nivel de desempleo megaelevado -y creciendo-, el que un Gobierno central, regional o local anuncie que va a reducir el número de empleados públicos, independientemente de lo que hagan, tiene el vítor asegurado: ‘menos hijoputas que se están tocando los huevos’, y si, encima, se dice que se les va a pagar menos, la explosión de júbilo entre gran parte del electorado está asegurada, esté en paro o no lo esté. Es decir, eliminar funcionarios y pagarles menos se han convertido en arman electorales.

‘Pero, encima, ¿de qué se quejan si no se le puede echar?’, exclama otro alguien. Aquí radica una de las lacras con la que nació la función pública y que nunca nadie ha querido abordar. Empleados públicos los hay buenos y extraordinarios, regulares y mediocres, y jetas, vagos y mangantes, como en toda empresa privada que fuese grande o muy grande. Reparen en que los tiempos verbales son distintos: hoy la empresa privada grande o muy grande ya se ha sacado de encima a un montón de trabajadores (con cargo a presupuesto público, en muchos casos, gran parte de sus percepciones aunque casi nadie reniegue contra ‘los prejubilados’), montón de trabajadores entre los que, por pura lógica, deberían estar los jetas, vagos y mangantes que pudiera tener por pocos que éstos fueran; pero, por estatuto en los cuerpos de la función pública, algo así es inaplicable.

En todos los países, en todas las administraciones públicas españolas van a reducirse, se están reduciendo, empleados públicos, pero aquellas/os con contrato laboral, no quienes tienen estatuto de funcionario. Hoy, en España se están yendo a la calle, se irán a la calle, supereficientes empleados públicos con contrato laboral y seguirán en su puesto jetas, vagos y mangantes por el mero hecho de que son funcionarios, y esto es algo que ningún partido político ni ningún sindicato ha querido abordar jamás. ¡Larra, vuelve, por favor!.

Y no: yo no soy funcionario.

(Y a ver si de una vez nos enteramos: en España HAY POCOS empleados públicos en comparación con Europa. En relación a la población ocupada, la tasa es del 13%, en Francia es de más del 16%, en Suecia del 31%, y dentro de España tampoco es igual en todas partes: en Extremadura la tasa es el triple que en Catalunya. Y no, tampoco los miembros de los Gobiernos que firman despidos de empleados públicos se refieren nunca a esas cifras, ¿por qué será?. ¿Será porque tendrían que hablar de cosas de las que no quieren hablar?).

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
 
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:inaudito Y esta defensa del funcionariado a capa y espada de donde sale?? No se de donde saca la imagen esa del pringao porque siempre, pero siempre, el convertirse en funcionario era un jodido privilegio. De ahi que todo dios quisiera serlo, y/o aspirase a ello. Y encima dice que faltan funcionarios!!! No se puede ser mas hipocrita y demagogo. Este señor se ve que no se ha pasado ultimamente por las oficinas de digamos cualquier ayuntamiento y ver como pasan de tu puta cara. O ver a dinosaurios de la epoca de maria castaña anclados a la silla sin hacer nada de cafe en cafe (en informatica y visto con estos ojitos).

Y si, lo creo o no este "señor", el funcionariado, en gran medida, esta escorado ideologicamente, en parte porque he visto entrar a mucha gente a dedo gracias a ser de ugt, ccoo, de familia tal, del psoe o del pp. Y los favores se pagan.
 
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