nogales
Miembro habitual
Respuesta: La metastasis financiera: camino a la perdicion
No os preocupeis, el 15-M lo arreglará
No os preocupeis, el 15-M lo arreglará
Cuadrando las cuentas:
"El fútbol español se está muriendo"
http://www.eleconomista.es/cataluny.../12/2/El-futbol-espanol-se-esta-muriendo.html
"Hay clubs que están muy tocados y éste es el mismo problema que la crisis de deuda de España, el fútbol es el vivo reflejo de la economía."
El Gobierno nacionalizará BFA-Bankia el viernes por un agujero de casi 20.000 millones de eurosEl Confidencial
¿Qué significa esto que dice el Gobierno? Se ha cambiado la presidencia para sanear la entidad...
http://economia.elpais.com/economia/2012/05/08/actualidad/1336477417_723580.html
Creo que el que ha aconsejado ese buen gestor que es Rato es uno que estaba en el BBVA y estaba impedido hasta hace nada para acercarse a más de quinientos metros de un banco...
Por supuesto. Bueno, aquí precisamente yo creo que sois más los nacionalistas frente a los estatalistas.
Baviera, Bretaña, Lombardia....
'À bout de souffle'
El proceso Bankia puede resumirse con el título de la película de Godard: 'Al final de la escapada'
ENRIC JULIANA
Dos vigas maestras debían sostener el nuevo curso de la política española en el peor momento económico desde el final de la autarquía franquista: la mayoría absoluta del Partido Popular en Andalucía y una solución sistémica al quebranto inmobiliario de Bankia, la caja de caudales del Gran Madrid. Aunque de naturaleza muy distinta, ambos factores sumados habrían enviado una señal fuerte urbi et orbi. Urbi: fortaleza incontestable del Partido Alfa, claro dominio del tablero y noqueo del Partido Socialista Obrero Español. Orbi: los españoles saben lo que están haciendo, son más serios que los italianos, hay que confiar en ellos.
La toma del poder en Andalucía garantizaba al PP un dominio pluscuamperfecto del mapa territorial, con modulaciones flexibles para Catalunya y el País Vasco, las dos nacionalidades con esfera política propia. Dos mundos bien distintos, pese a sus afinidades sentimentales, en fase declinante. La primera, Catalunya, sometida al estrés del autogobierno por el fuerte castigo de la crisis en una sociedad fundada sobre la pequeña y la mediana empresa que aporta al común español mucho más de lo que recibe. La segunda, Euskadi, relativamente acolchada por el fuero fiscal que en el siglo XIX puso fin a las tres guerras carlistas, sabiamente ubicada en la especialización tecnoindustrial, y obligada a resolver el débito moral del estrago terrorista.
La solución pactada al quebranto de Bankia pasaba, hace menos de cien días, por una absorción vestida de fusión para no herir el orgullo de los grupos dirigentes del Gran Madrid. Se exploró la vía de Caixa Bank, con el acuerdo tácito de Mariano Rajoy y Artur Mas. Un gran banco de dimensión europea con sede central en Barcelona y con su corporación industrial quizá ubicada en Madrid. Un reparto de poderes con preeminencia catalana -acorde al carácter real de la operación-, con destacados puestos de dirección para el grupo madrileño, aunque sin mucho margen de maniobra para repetir en la avenida Diagonal de Barcelona la histórica defenestración de los vascos en el Banco Bilbao Vizcaya, uno de los grandes episodios de la reconfiguración del poder económico en la España contemporánea (año 2001). Un interesante puente entre Madrid y Barcelona. Ese era el esbozo.
Las dos vigas maestras no han podido ser instaladas. En Andalucía, la tebita de Javier Arenas Bocanegra (tebita, chaqueta de paseo que los señoritos andaluces pusieron de moda durante la Restauración) se cruzó con el impulso defensivo del jornalero de Osuna. El PP ganó las elecciones regionales por primera vez en treinta años, sin alcanzar la mayoría absoluta. A los dos días, la agencia económica Bloomberg emitía el siguiente titular electrónico: "La rebelde Andalucía". El Partido Alfa no era tan potente como se presumía. Nuevo zarandeo a la deuda española en los mercados internacionales. Primera zozobra del Gobierno a los cien días del inicio de su mandato.
La segunda viga maestra nunca dejó de ser un esbozo. Rodrigo Rato y su grupo de directivos -la historia dirá si el grupo acabó empujando al capitán- no aceptó la subordinación a Barcelona, ni que fuera corregida por un florentino equilibrio de poderes. Han pasado muchas cosas feas en España desde el 2004 y ahora no es fácil tender puentes con tiralíneas entre Madrid y Barcelona. Se han dicho palabras que nunca debieron ser pronunciadas. Por ejemplo, que una posible adquisición de Endesa por capital catalán significaba su salida de "territorio nacional" . Caja Madrid creció para dar la réplica a la cartera industrial de La Caixa. Madrid-Barcelona, la gran disputa estructural española. (Un dato poco conocido: al poco de ser nombrada Carme Chacón ministra de Defensa, Caja Madrid recibió la orden política de las autoridades regionales de aumentar su participación en Indra, empresa de tecnología militar, para superar la cuota de La Caixa). Madurada la crisis, Caja Madrid absorbió Bancaja para evitar el estallido del polvorín valenciano y adquirir una masa crítica de dimensión sistémica. Se transformaba así en una cuestión de Estado. Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, socialista a fuer de liberal, lo permitió. Así nació Bankia.
La concatenación de circunstancias negativas para el sistema España durante las últimas semanas ha hecho emerger Bankia como el más inmediato problema estructural, una vez enmarcado -que no resuelto- el déficit autonómico con la ley de Estabilidad Financiera. La salida de Rodrigo Rato ha sido de impacto. Una noticia política de gran calibre, con numerosas conjeturas sobre la morfología del PP marianista. Pero ahora viene el día después: el impacto en los pequeños y medianos impositores, la sacudida sobre el conjunto del sistema financiero y el problemático consenso social sobre las ayudas del Estado. Concluye, con gran incertidumbre para todos, la más arriesgada aventura del Gran Madrid. À bout de souffle, que decía Godard. Al final de la escapada. Y al fondo, la terca realidad: Madrid-Barcelona, la cuestión nuclear de España.