Fasten your seatbelts
Parece que estamos en la calma que precede a la gran tormenta, signos de haberlos hay.
El más llamativo son las bolsas, siguen subiendo y bajando pero sin volumen. Esto quiere decir que las bolsas se han convertido en un becerro sagrado donde pocos invierten su dinero con la esperanza de mantener la ilusión. En lugar de ser la bolsa el lugar donde se financian las actividades productivas esta se ha convertido en un objeto de culto, sin ningún otro fin que el de mantener una ilusión de prosperidad que hace tiempo dejó de existir. Una institución que antaño tenía un fin útil ahora no es más que un lugar desierto donde unos pocos permanecen allí esperando algo que no va a suceder. Un testigo mudo de otros tiempos donde el crecimiento parecía infinito y que hoy toca su techo. De la bolsa solo quedan las formas al día de hoy. Élites financieras, industriales y políticos se afanan en mantener el “índice” a toda costa, cuando ya ese índice no tiene absolutamente nada que ver con la actividad real subyacente.
Luego están los PIGS de Europa, pareciera que fuesen el problema central del mundo, cuando en realidad son economías bastante endebles que le deben billones a otras economías no tan endebles. A finales del 2010 la deuda total de los PIGS ascendía a 2,5 billones de dólares, deuda evidentemente impagable y este es el problema del mundo. Nadie menciona el verdadero problema: las deudas acumuladas por los principales centros financieros del mundo: Londres, Frankfurt, New York. Existen estimados del valor del mercado de derivados que oscilan entre los 700 y 1200 billones de dólares, mercado principalmente “over the counter” sin ningún tipo de regulación. Solo la horquilla de 700 a 1200 indica lo evidente: nadie sabe cuánto es realidad, pero lo que si son evidentes son los signos de quiebra generalizada y que los créditos utilizados para inflar este desastre nunca podrán ser devueltos. Setecientos billones son más de diez veces el PIB mundial, mientras tanto el problema son los PIGS a la vez que la verdadera bomba atómica prosigue con su cuenta atrás.
La esperanza entonces era China quien iba a salvar el día, pero cada vez muestra más síntomas de averías en su máquina de crecimiento, aparte que el estallido de una burbuja inmobiliaria que hará palidecer a las occidentales es solo cuestión de tiempo.
En poco tiempo no quedará nadie que crezca y acumule capital y entonces vendrá la pregunta: ¿cuál es el sentido de un sistema capitalista industrial que no acumula capital ?, ¿ cuál es el sentido de un sistema industrial que no produce lo que de verdad se necesita ?, ¿ cuál es el sentido de este despilfarro de recursos comenzando por el capital ?. ¿ Cómo se van a devolver los billones de dólares invertidos en todo esto si no hay crecimiento ?.
El problema de España es muy simple: debe 4 billones de Euros y su economía tiene un tamaño de 1 billón por lo que es imposible devolver lo que debe. El mundo es una economía de 60 billones de dólares y debe aproximadamente 200 billones de dólares netos. Debe más de tres veces lo que produce y tampoco podrá devolver todos esos créditos. Lo de España multiplicado por cincuenta.
De esto se trata en estos días, de ir tirando como se pueda, de retrasar lo inevitable: occidente está en quiebra mientras se maquillan estadísticas, rescatan bancos, se mantienen índices bursátiles como sea mientras la atención se pone en los PIGS, Argentina y otras economías débiles. Pero la realidad es muy tozuda: el desempleo aumenta, la clase media desaparece y la concentración de riqueza aumenta, riqueza ficticia ya que no son más que papeles financieros equivalentes a más de tres veces la riqueza real que existe. Es decir: dos tercios de eso no tienen valor alguno.
Tarde o temprano saltará la chispa que derrumbará el castillo de naipes, cosa que será atribuida a que “se ha perdido la confianza” cuando no es más que el derrumbe de un esquema de Ponzi de magnitud sideral. En realidad lo que se va a perder es la credulidad y vendrá el sálvese quien pueda. Lo que hoy sucede en España es un tráiler de la película que pronto se estrenará a nivel mundial y el guión será el mismo: la crisis se intentará que la paguen los más débiles, mientras que sus causantes intentaran despiadadamente el preservar sus privilegios por todos los medios legales o ilegales posibles.
Millones de personas “fabricadas” en las escuelas y universidades para vivir en el mundo industrial de producir-dormir-consumir de pronto verán cómo ese mundo ha desaparecido dejando en su lugar un vació inmenso que nadie podrá llenar. Curiosamente los países más atrasados lo llevarán mejor ya que disponen de sociedades donde los vínculos entre las personas no son exclusivamente de trabajo la vida social es más intensa y eso hace a la vida más placentera.
La única recomendación es la de tratar de estar lo mejor posible emocionalmente, resuelvan sus problemas internos y las cadenas mentales que arrastren, hagan psicoanálisis si hace falta, estén bien físicamente, sanos y rodéense de gente que les quiera y aprecie. Las curvas que vienen son las típicas de cuando se agota un sistema y solo hay que ver lo que sucedió en situaciones similares como la crisis de 1873 y 1929 aunque se me antoja más a la caída del imperio romano.
Abróchense los cinturones.
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