Respuesta: La metastasis financiera: camino a la perdicion
Lo volveré a decir. Si estamos donde estamos es porque el sistema vendía una idea y nosotros la hemos comprado. Había una vez un Presidente en los EEUU llamado Dick Chenney, perdón, George W. Bush que dijo que todo el mundo tenía derecho a una casa bonita. Esa declaración escondía detrás todos los intereses de la gran estafa que hemos sufrido y sufriremos. Prestamos hipotecarios que serbían de materia prima para fabricar productos financieros derivados que han gripado el motor de la economía occidental. Y eso es lo que también ha pasado en España.
El sistema crediticio, el dinero se ha fabricado a través de las hipotecas. Millones de Euros en comisiones y negocio que ahora estamos pagando con creces. Los responsables se forraron durante las bacas gordas debilitando los bancos que gestionaban, y cuando todo ha explotado aquí estamos, pagando la perrería. Pero con ello no hacen una quita de una deuda privada en compensación, no, debemos lo mismo y encima tenemos que rescatar los bancos con arcas vacías, mientras los beneficios de los criminales que los dirigen y dirigían se han quedado en un paraíso fiscal.
No puedo aceptar por ello la idea de que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. La gente, ignorante, compró una idea que era promovida por los poderes públicos y privados. Todo iba a crecer, crecer y crecer, y no había nada de malo en hipotecarte a cuarenta años ya que el sistema iba a funcionar siempre. Una ilusión, claro, pero es que de esa ilusión hemos comido todos y seguramente cuando todo iba bien, nadie iba a aceptar medidas que limitaran la burbuja. Pero claro, los poderes políticos se llevaban también su comisión, la burbuja estaba ahí, pero cuando comes con banqueros te gusta tenerles contentos. No sabían lo que duraría el chollo, pero la estafa estaba ahí y la burbuja también. Cuando reventara, ya verían lo que hacer. Y no han hecho nada.
Todo parte de un sistema económico - político - social intrinsicamente corrupto. La compra de pisos eran actos de fe en que el sistema iba a dotar los recursos al hipotecado para devolver al importe de su crédito. El crédito de por sí era un negocio que inflaba e inflaba la burbuja. Se concedían y concedían, sin que hubiese estructuras fuertes como para soportarlos. Una linea impresa en una libreta significaba dinero. No hay nada detrás, los bancos podían crear dinero como si no hubiera un mañana, y se traducía en cosas más tangibles, como absorver las rentas del trabajo. Pero no solo eso, empaquetábamos los créditos, los convertíamos en productos de inversión para el mercado, y creando esos derivados para la inversión se hacía negocio por otro lado. Repito, sin nada tangible por detrás más que la confianza en que eso tenía algún valor. Cuando pincharon la burbuja, obviamente toda esa nada el único valor que ha perdido es la credibilidad de que valían algo más de lo que son, nada. Eso sí, mientras rentó ese dinero de Monopoly, chollo asegurado.
Esta estrategia absurda de construcción de castillos en el aire necesitaba de la confianza del conjunto de la población. El mundo iba bien, de maravilla. El carpintero podía comprarse su chalet pareado y su casa en la playa. Las necesidades básicas estaban más que cubiertas. Había trabajo, los chicos no estudiosos tenían a su disposición la brillante carrera de albañil con la que podían vivir mejor que el abogado, y por lo tanto esto no solo iba bien, iba de puta madre. Claro, el que veía un poco más allá y advertía a sus allegados de que esto era temporal y que la crisis que vendría iba a ser la madre de todas las crisis y se reían de tí. La doctrina se había implantado hasta en el tuétano, la idea de que la vivienda no baja, que todo iba a ser así siempre... Pues nada, aquí lo tenemos y ahora la gente esta indignada... Claro, nos han metido un gol por toda la escuadra, pero bien creímos que siendo participes de este Bingo en el que todo el mundo ganaba, tedríamos la vida resuelta.
¿Y qué pasa cuando de repente todo se derrumba? Que un país como el nuestro se queda en nada. Aquí teníamos ladrillo, nos era más rentable que las patentes. Y el cortoplacismo es lo que impera, el siguiente ya solucionará los agujeros que hemos ido creando. Ladrillo sobre ladrillo, derivados y comisiones sobre hipotecas, dinero inexistente frente a las rentas del trabajo... Cuando todo eso falla, y no tienes una mínima estructura productiva, el gigantes es muy grande para seguir comiendo, donde había víveres solo queda lodo.
Ahora la economía va por el lado contrario, la poca economía que podía quedar la matas. Ya no hay crédito, ya no hay ayudas, las inversiones en futuro reales como una patente no salen porque se han recortado ayudas a la investigación. Reducimos el deber del Estado a cubrir las necesidades sociales a la mínima expresión con un objetivo, pagar la fiesta tal y como reza en nuestra Constitución. ¿Podemos salir de aquí? Difícil. Si tenemos en cuenta que nos han recortado todo menos la capacidad de los distintos cabrones para volver a entrar en una nueva espiral, si la gente no tiene ni para el lujo de tomarse un café, esto obviamente no despegará. Cualquier pulmón estatal está ahogado, y más allá de Pepinos, no logramos producir de forma competitiva... Cualquier recorte invariablemente irá a haer más penosa nuestra situación, y el tiempo corre. Corre, corre y corre. Y lejos de hacer cosas obvias, hacemos todo lo contrario... Estamos en una burbuja de recortes, nuestra política continua ciega tomando decisiones para darse y darnos de bruces contra muros insalvables.
Pero claro, hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Esa es la idea que ahora venden para hacernos sentir culpables del gran negocio del siglo... Y por lo dicho anteriormente es una idea que no compro. Ni compraré.