Hecha la lay, hecha la trampa, con lo cual no se ni para que se molestan. Bueno, sí, para hacer el paripé y poder engañar a sus votantes manifestando que gracias a ello se ha conseguido evitar que las empresas -que son peor que el demonio- dejen de pagar lo que les corresponde, aunque sepan de antemano que no va a ser así.