La economía global se estanca
Juan Laborda (17-05-2014)
Los últimos datos macroeconómicos globales han supuesto un auténtico jarro de agua fría para la inmensa mayoría de analistas y economistas de postín.
Europa, salvo
Alemania, en recesión;
Estados Unidos, bordeándola otra vez; y los
países emergentes en clara desaceleración.
Reino Unido, un auténtico bluf, una nueva burbuja inmobiliaria y los efectos positivos del actual ciclo de propensión al riesgo en los mercados. ¿Y de
España? ¡Mejor no hablar! Cuando vuelva la aversión al riesgo a los mercados financieros, saldrán de nuevo todas nuestras miserias.
Numerosos comentaristas y economistas hablan del modelo alemán. No se han leído las estadísticas de los últimos 30 años.
Alemania no es ninguna experiencia de éxito. Desde finales de los años 80 ha estado en una situación de expansión anémica. Su crecimiento promedio anual en los últimos 20 años apenas supera el 1%; presenta unas tasas de paro maquilladas; y, tras el estallido de la burbuja tecnológica, recibió un rescate en toda regla del
Banco Central Europeo (
BCE). El país germano simplemente está saliendo de su particular recesión de balances, aquella en la que países como
España o Estados Unidos entraron en 2008. Les recomiendo de nuevo encarecidamente
el análisis del economista jefe del banco de inversión Nomura, Richard Koo.
La Segunda Fase de la Gran Recesión
Desde estas líneas, como saben ustedes, venimos manteniendo que estamos ante una salida en falso de la crisis. Prevemos un empeoramiento de las condiciones económicas globales. Si bien el detonante será un aumento de la aversión al riesgo en los mercados financieros, la razón fundamental detrás de estas previsiones es el fracaso de las medidas de política económica como consecuencia de un diagnóstico erróneo de la actual crisis sistémica.
Por eso,
anticipamos en su momento el inicio de la
Segunda Fase de de la Gran Recesión (2014-2016), caracterizada por la
entrada en recesión de los Estados Unidos, la
vuelta a la debilidad de las economías europeas, y por la
triple recesión en la que entrará la economía
española. Los países emergentes se desacelerarán de manera notoria, especialmente
Latinoamérica y Europa del Este.
Asía, por el contrario, continuará con una
dinámica propia más optimista.
El
acelerador de esta nueva ruptura de la tendencia de fondo será un
empeoramiento significativo en los mercados financieros. La mayor parte de activos financieros están sobrevalorados, es cuestión de tiempo esperar a que se desate la siguiente fase de venta masiva de los mismos.
Si bien el detonante será un aumento de la aversión al riego,
la razón fundamental detrás de estas previsiones es
el fracaso de la mezcla de políticas económicas propuestas por la ortodoxia. Para salir de la crisis las recetas prescritas consistieron, en la mayoría de los países, en una combinación de política fiscal restrictiva, política monetaria expansiva (ampliación de los balances de la FED, del Banco de Inglaterra, del Banco de Japón o del BCE), y deflación salarial, bajo una serie de hipótesis que han resultado ser falsas.
La
política monetaria –a través del multiplicador monetario-
no ha funcionado. Por mucho que se bajen los tipos de interés al 0% o se implementen expansiones cuantitativas el crédito no circula. La
velocidad de circulación del dinero se ha desplomado. Por el contrario, esta política monetaria ha exacerbado la búsqueda de retorno a cualquier precio por parte de los inversores sin mirar el riesgo -especialmente el riesgo precio-
incentivando burbujas en los distintos mercados de riesgos.
La
austeridad fiscal expansiva también ha
fracasado. El impacto negativo de las restricciones presupuestarias sobre el crecimiento económico ha sido muy superior al estimado -
paradoja del ahorro.Los déficits públicos y deuda públicas de la práctica totalidad de los países de la OCDE se han disparado. Finalmente, el
abaratamiento generalizado de los salarios y del despido, la tan cacareada devaluación interna, ha acabado hundiendo la demanda efectiva, es lo que se conoce como
paradoja de costes.
Condonaciones de deuda negociadas o no
Si se confirma este escenario va a ser necesario implementar aquellas medidas ineludibles que se deberían haber adoptado a principios de la crisis, y que la ortodoxia no aplicó por un problema ideológico y de formación intelectual. Se educaron bajo un paradigma falso.
Por un lado,
una reestructuración o reducción notoria del tamaño del sistema bancario occidental a costa de gerencia y acreedores. Por otro,
condonaciones de deuda. El problema de occidente es una deuda brutal que no se puede pagar. El objetivo último es reducir la deuda privada, y en menor grado la pública, de las principales economías occidentales a niveles razonables, sobre el 150% del PIB. En España, por ejemplo, la deuda total se sitúa alrededor del 425%.
Les recuerdo, en esta misma línea, el artículo de
Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff publicado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a finales de de 2013, con el título
“Financial and Sovereign Debt Crises: Some Lessons Learned and Those Forgotten”. Según Reinhart y Rogoff, lo peor no ha pasado.
Las causas que originaron la actual crisis económica no solo no se han corregido sino que han empeorado. La carga de la deuda en los países desarrollados se ha convertido en un evento extremo utilizando cualquier medida histórica y requerirán una
ola de condonaciones de deuda, negociadas o no.
Entonces, ¿por qué siguen, erre que erre, con las mismas políticas? Muy sencillo, las políticas que hubiesen recuperado y mejorado las expectativas de vida de la ciudadanía habrían arruinado a los más poderosos. Nos referimos a todos aquellos que lavaron sus inversiones vía bancos comerciales; y para que su juerga continuara contaron con la inestimable ayuda de la centrifugadora de riesgos de los
Bancos Centrales. ¡Porca miseria!
http://vozpopuli.com/blogs/4407-juan-laborda-la-economia-global-se-estanca