Hoy, la cruda realidad: si no hay publi para la película, no hay salas y en las pocas que hay, no hay sesiones, era imposible hacer taquilla. No hemos llegado a los cinco mil euros.
Y de verdad, ojalá La Pasajera fuera una película que hubiera fracasado con la crítica y la opinión del público porque yo hoy no me sentiría como un gilipollas que se ha dejado la piel con otros gilipollas para hacer la mejor película posible. De la otra manera, diría: "qué esperas, Cerezo, si no funciona"
El Semblante, mi último corto, tuvo un único pase el Jueves pasado y lo vio más público que La Pasajera este fin de semana. Había allí más de 500 personas videándolo.
Yo hoy me quiero tirar a un viaducto pero lo tomaré como la siguiente lección: nunca más haré una película que no tenga promoción o gran estreno (me da igual cines o plataformas) asegurado. Lo dejo aquí por escrito. Os doy mi palabra. Y esto solamente lo puede cambiar una gran cifra presupuestaria. Si cobro bien pero va a tener distri indie, vale, porque se paga.
Prefiero seguir haciendo cortos que en su terreno llegan al máximo público posible que envejecer diez años en dos para pocos espectadores con una película de recepción top ten.
No recuerdo Lunes más mierdero que éste. Más injusto. Más absurdo.