Yo AMO la Navidad. Es un periodo delicioso, uno de los pocos momentos del año en que podemos estar mis padres, mis dos hermanos y yo juntos. El año pasado mi madre nos invitó a mi novia y a mi a ir a comer a casa, y pasar la tarde allí. Cuando llegó mi hermano mayor, me dijo "¡Eh! Vamos a pasar la tarde de nochebuena como lo hacíamos antes!". Y es que una tradición navideña en casa cuando éramos pequeños (y no tan pequeños) era encerrarnos la tarde del 24 de diciembre a eso de las seis de la tarde en la salita, para zamparnos una caja de Tosta Rica con un bote grande de Nocilla viendo Gremlins. Me fui a casa, cogí "Gremlins" en VHS, y repetimos la tradición. Mi madre en la puerta prácticamente con lágrimas en los ojos diciendo "Como si no hubieran crecido, como si no hubieran crecido" (aunque mi hermano mide metro noventa... en fin) y mi novia con cara acojonada (si nos hubierais visto a mi hermano y a mi zampar galletas... lo entenderíais
). La verdad es que fue emocionante.
Este año Nochebuena toca en casa de mi novia, por lo que me temo, no tendremos ocasión de repetir el ritual navideño, pero en Navidad si que nos juntaremos, y en fin... yo tengo ganas. En casa, la Navidad fue siempre algo especial. Mi padre es de poner árbol, Belén, adornos y lo que haga falta... mi madre cocina en una noche lo suficiente para alimentar a todo el foro
la tarde de la cabalgate, después de comer estábamos los cinco bajo, a las cuatro de la tarde, con tres horas por delante, pero ahí en la puerta, haciendo el cabra... si, yo AMO la navidad. Que se le va a hacer.